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Zidane no derrama lágrimas por Bale, pero se queda sin margen de error con Hazard
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el francés está cómodo sin el galés

Zidane no derrama lágrimas por Bale, pero se queda sin margen de error con Hazard

Le toca dar un paso adelante, de gigante, a Eden Hazard. El único fichaje que queda en la plantilla que supera los 100 millones de euros no puede decepcionar

Foto: Gareth Bale escucha a Zidane durante un partido del Real Madrid. (Efe)
Gareth Bale escucha a Zidane durante un partido del Real Madrid. (Efe)

La salida de Gareth Bale del Real Madrid no es un drama como sí lo fue la de Cristiano Ronaldo. El portugués provocó la depresión en la plantilla y en la afición. Antes de irse, dio el paso Zidane con su inesperada espantada. Dejó descolocado a Florentino Pérez, sin reacción y en su búsqueda de un entrenador a la desesperada se lanzó a por Julen Lopetegui. El terremoto de la fuga de Zidane llegó hasta la concentración de la Selección española y a dos días de empezar el Mundial de Rusia todo saltó por los aires. Con Zidane es mejor llevarse bien y estar de su lado. Pero esto ya es agua pasada. Sin Bale, en el Real Madrid no derrama lágrimas ni Zidane ni los compañeros. El presidente sí se queda con una espina clavada.

Pero sin Bale, Zidane está más obligado a hacer un equipo fiable, regular y competitivo. Florentino Pérez exige otro tipo de excelencia después de abrirle la puerta a dos fichajes realizados a golpe de talonario (James y Bale). El presidente quiere comprobar si tiene continuidad el proyecto que le ha vendido el entrenador. El de hacer un equipo más compacto, sólido, solidario y ganador. El Real Madrid de Zidane tiene que seguir ganando y hacerlo de manera más holgada y sin el sufrimiento que tuvo en muchos partidos de Liga tras el confinamiento o en la derrota contra el Manchester City en el Etihad.

placeholder Eden Hazard en el partido contra el Manchester City. (Efe)
Eden Hazard en el partido contra el Manchester City. (Efe)

Con la salida de Bale del Real Madrid el equipo no se tiene que reinventar porque ya hemos visto cómo compitió, sobre todo, en las últimas once jornadas de Liga de la pasada temporada. La prioridad de Zidane seguirá siendo la de ser un equipo que defienda fuerte, reciba pocos goles y aproveche las ocasiones que genere en ataque. Tiene diferentes formas de estructurarle para potenciar el equilibrio (con los cinco centrocampistas), la profundidad (con tres arriba) o buscar el punto intermedio (con cuatro centrocampistas). La idea esencial del juego está en la intensidad y el sacrifico colectivo. Aquí no le encajaba Bale.

El belga, la apuesta de ZZ

Pero la temporada es larga. Se puede echar de menos a Bale en alguno de esos partidos en los que el equipo se atasca con el gol, no finaliza las jugadas o entraba en una mala racha. El galés tenía y tiene gol, pese a que la pasada temporada aportó poco o nada entre lesiones y la desconfianza de Zidane. Bale tiene gol y el Real Madrid no solo no ha fichado un delantero sino que tiene abierto el debate sobre si conviene que salga cedido Luka Jovic y se quede Borja Mayoral. Mariano sigue en la plantilla, se agarra a su contrato, y Zidane no lo quiere.

Le toca dar un paso adelante, de gigante, a Eden Hazard. El único fichaje que queda en la plantilla que supera los 100 millones de euros ya no tiene margen de error. Ni él ni tampoco Zidane. El entrenador tiene que ser igual de exigente que lo fue con James y Bale en cuanto a implicación, actitud, liderazgo y rendimiento. La temporada pasada la cerró con un gol y la desgracia de una lesión que le obligó a pasar por el quirófano. Ahí está la preocupación por cómo responderá el tobillo del belga en su segunda temporada, pero sobre todo si tendrá regularidad y estará a un altísimo nivel. A Bale le faltó regularidad, pero no se puede negar que tuvo momentos brillantes en partidos claves del Real Madrid.

placeholder Zidane da instrucciones a Bale. (Efe)
Zidane da instrucciones a Bale. (Efe)

De Benzema no se puede tener dudas. Fue el primero que quiso tirar del equipo, se lo echó a sus espaldas, cuando se marchó Cristiano Ronaldo. El francés se implicó, se cuidó, mejoró sus entrenamientos, la dieta y los resultados han sido los de un futbolista más resistente y goleador. No sufre lesiones y tiene más agresividad. También más compromiso para jugar con una fractura de un dedo de la mano y seguir llevando una férula de protección.

Luego está el núcleo duro. Los siete jugadores que han evitado, por segundo verano consecutivo, que sus nombres estén en la operación salida. Además del mencionado Benzema, los Sergio Ramos, Carvajal, Marcelo, Kroos, Modric y Lucas Vázquez tienen continuidad en el proyecto de Zidane. Un año más viejos, pero imprescindibles para un entrenador que los quiere a su lado, los exprime y tiene la confianza depositada en ellos antes que en Achraf, Reguilón, Ceballos, Brahim Díaz, James y Bale.

La salida de Gareth Bale del Real Madrid no es un drama como sí lo fue la de Cristiano Ronaldo. El portugués provocó la depresión en la plantilla y en la afición. Antes de irse, dio el paso Zidane con su inesperada espantada. Dejó descolocado a Florentino Pérez, sin reacción y en su búsqueda de un entrenador a la desesperada se lanzó a por Julen Lopetegui. El terremoto de la fuga de Zidane llegó hasta la concentración de la Selección española y a dos días de empezar el Mundial de Rusia todo saltó por los aires. Con Zidane es mejor llevarse bien y estar de su lado. Pero esto ya es agua pasada. Sin Bale, en el Real Madrid no derrama lágrimas ni Zidane ni los compañeros. El presidente sí se queda con una espina clavada.

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