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Setién tiene un problema con Leo Messi y Zidane da una lección con Hazard
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falta prevención de riesgos con el argentino

Setién tiene un problema con Leo Messi y Zidane da una lección con Hazard

Messi tarda más en recuperarse de los esfuerzos. Nadie es capaz, desde el banquillo, de tomar la decisión de darle un respiro. En el Real Madrid, Zidane sí tiene un plan de equipo

Foto: Leo Messi se reclina para descansar durante el partido entre el Sevilla y el Barcelona. (Efe)
Leo Messi se reclina para descansar durante el partido entre el Sevilla y el Barcelona. (Efe)

La lección que le dio Zidane a Setién en la jornada que le ha quitado el liderato es que antepuso el equipo a la estrella. El entrenador del Barça es ‘esclavo’ de Leo Messi. El del Real Madrid prescinde de Eden Hazard. Zizou miró el calendario, las nueve jornadas y en el día que se jugaba el liderato puso a James. Una decisión discutible e impopular por la inactividad del colombiano (llevaba 136 días sin jugar un partido). Setién no tiene la jerarquía ni la autoridad para mirar a la cara a Leo Messi y negociar, pactar o convencerle del daño que le puede ocasionar jugar cada tres días y todos los minutos de los partidos. La prevención no existe en el Barcelona porque Messi decide cuándo y cómo juega y pone el modo ahorro durante diferentes fases de un partido.

Desde el punto de vista fisiológico es imposible que Messi pueda estar fresco si pretende jugar enteros los ocho encuentros que restan para que acabe la Liga. En contra del argentino influyen varios factores: la edad, las lesiones (a principios de temporada tuvo problemas en el sóleo) y el escaso entrenamiento que repercuten en la fatiga. Estamos viendo un Messi con más voluntad que continuidad y fuerza en el juego tras el confinamiento. Un futbolista que gestiona sus esfuerzos y camina por el césped. Administra sus carreras, los arranques y sus esfuerzos explosivos. No es nueva esta situación, pero sí que es diferente el escenario. Más peligroso en un final de competición que tiene un calendario comprimido. Messi es capaz de todo y en cualquier momento resuelve el encuentro. De eso no hay ninguna duda por su calidad y competitividad. Pero refleja cómo sufre con la fatiga. Tarda más en recuperarse de los esfuerzos. Nadie es capaz, desde el banquillo, de tomar la decisión de darle un respiro.

placeholder Messi durante una acción en el partido del Sánchez Pizjuán. (Efe)
Messi durante una acción en el partido del Sánchez Pizjuán. (Efe)

El siguiente partido es contra el Athletic de Bilbao. El cuarto del posconfinamiento. Otro envite de mucho desgaste para el argentino, que acusa la inactividad (como todos) de los tres meses del parón y los problemas musculares que aparecieron en el cuádriceps antes del primer partido, contra el Mallorca, en la reanudación. ¿Por qué no plantea Quique Setién que a su estrella no le conviene jugarlo todo? Estamos ante un problema al que se han enfrentado los últimos entrenadores del Barcelona. Messi se ha negado a ser cambiado, incluso, en la etapa de Luis Enrique. Con Ernesto Valverde hubo un momento en el que se pactó que pudiera descansar en los partidos de Liga y, sobre todo los de Copa del Rey, para estar fresco en la Champions. Pero se acabó.

La fatiga

Leo Messi decide y traza su plan mientras que Setién mira para otro lado y vive más cómodo con la estrella en el césped. El capitán del Barcelona es de los que piensa que entrena jugando y, de esta manera, no pierde el ritmo. Lo que no le hace ver Quique Setién es que esta competición es diferente a todo lo que ha disputado en su carrera y se rige por otros parámetros que conviene no despreciar. Hasta Simeone tiene claro que no se puede quemar a los futbolistas. No tiene nada que ver el escenario en una mini Liga donde hay un alto riesgo de lesiones.

Messi puede salir esta noche ante el Athletic y ser el mejor. Hacer una de esas jugadas asombrosas o meter un golazo de falta. Lo que no se puede obviar es que en el partido contra el Sevilla necesitó más tiempo para recuperarse de los esfuerzos y se le vio caminar durante más tiempo. La exigencia es cada vez mayor para un futbolista que, el 24 de junio, cumple 33 años. Lo quiere jugar todo y hacerlo cada tres días no le beneficia. A Messi le pasa factura la fatiga, como a cualquier otro futbolista de su edad, por mucha calidad que atesore.

Mientras tanto, Setién a lo suyo lanza cortinas de humo. “Tenemos que mejorar, pero no estoy de acuerdo en que tengamos un problema futbolístico”, es la explicación que da el cántabro en su primera comparecencia después de que haya perdido el liderato. No le ha durado mucho, pese a que lo disfrutara en el largo confinamiento. Hay quien se pudo hacer ilusiones de que si la Liga no se reanudaba se le nombraría campeón (como se hizo en Francia con el PSG). Setién perdió crédito con la derrota en el Clásico en el Bernabéu y recuperó la primera posición con el pinchazo del Real Madrid en el campo del Betis. Todavía puede volver a cogerlo porque, como dice Zidane, quedan ocho jornadas y no se ha ganado nada. 24 puntos es un mundo. Lo que les diferencia es que el cántabro tiene un problema que va más allá de lo futbolístico porque resulta incapaz de cuidar de la salud de Messi y Zidane lo tiene más claro. El entrenador del Real Madrid está molesto, aunque no lo parezca, por las insinuaciones de las ayudas arbitrales. ZZ reivindica que los puntos que tienen son merecidos y ganados en el campo. No con manos negras y en los despachos. Esto es otra historia.

placeholder Vinicius se abraza a Benzema para celebrar el gol a la Real Sociedad. (Efe)
Vinicius se abraza a Benzema para celebrar el gol a la Real Sociedad. (Efe)

Es la polémica que nos va a acompañar de aquí al final de la Liga. El Barcelona puede estar cayendo en el error de no hacer autocrítica y su entrenador de una mala gestión con su estrella. Al argentino se le puede acabar la reserva en alguno de estos partidos que se encadenan sin apenas tiempo de recuperación. Si es por cuestión de chispa, calidad e inspiración siempre es mejor tenerle en el campo. Pero si hay que atender a criterios físicos y fisiológicos está cometiendo un error por cómo se le vio caminar en Sevilla y la dependencia que tiene el Barça si no aparece para desequilibrar en una acción aislada. Setién no tiene otro plan que Messi y la realidad es que el argentino camina por el campo más que antes del confinamiento.

Zidane ha puesto el foco en las rotaciones, la tensión competitiva, los esfuerzos y, sobre todo, en la intensidad. Por encima de un jugador está el equipo y lo demostró con la suplencia de Modric, pero sobre todo, con la de Hazard. El belga es el jugador que mejor mezcla con Benzema. La exigencia de jugar cada tres días le llevó a dar entrada a James y Vinicius en un partido de alta exigencia contra la Real Sociedad. Se comprobó como la fuerza, velocidad, potencia y en general, el nivel físico del brasileño sirvió para desequilibrar y desatascar el encuentro. El Barcelona tiene a Messi, cada vez más fatigado, y el Madrid afronta estos ocho partidos con una plantilla más larga y la idea de que hay que ser más equipo.

La lección que le dio Zidane a Setién en la jornada que le ha quitado el liderato es que antepuso el equipo a la estrella. El entrenador del Barça es ‘esclavo’ de Leo Messi. El del Real Madrid prescinde de Eden Hazard. Zizou miró el calendario, las nueve jornadas y en el día que se jugaba el liderato puso a James. Una decisión discutible e impopular por la inactividad del colombiano (llevaba 136 días sin jugar un partido). Setién no tiene la jerarquía ni la autoridad para mirar a la cara a Leo Messi y negociar, pactar o convencerle del daño que le puede ocasionar jugar cada tres días y todos los minutos de los partidos. La prevención no existe en el Barcelona porque Messi decide cuándo y cómo juega y pone el modo ahorro durante diferentes fases de un partido.

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