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Leo Messi, el nuevo fútbol y la excusa de la "testiga de Jehová" (0-4)
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Victoria del Barça por 0-4

Leo Messi, el nuevo fútbol y la excusa de la "testiga de Jehová" (0-4)

Esto no es lo de antes ni de broma. Al nuevo fútbol le falta emoción, pero tres meses después de la última vez, el Barça gana al Mallorca por goleada para seguir líder. Braithwaite se estrenó

Foto: Messi celebra su tanto al Mallorca, que cerraba el marcador, con Jordi Alba. (EFE)
Messi celebra su tanto al Mallorca, que cerraba el marcador, con Jordi Alba. (EFE)

Empiezo con una confesión. He intentado con todas mis fuerzas contagiarme del entusiasmo general por la vuelta del fútbol, sobre todo la que han expresado la mayoría de mis colegas de profesión en los últimos días, y he fracasado miserablemente. “Ya me gustaría a mí, ya…”. Y lo digo y lo escribo acordándome de Chus Lampreave en ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’. Ella tenía la excusa de no poder mentir por ser "testiga de Jehová", yo no encuentro ninguna y menos cuando además el regreso de LaLiga significa volver a escribir tres meses después de la última vez aquí, pero nada, que no ha habido manera.

Por algo le llaman el nuevo fútbol, claro, porque efectivamente esto no es lo de antes ni de broma. Es tan surrealista como que en un partido sin público en las gradas salte un espontáneo en el minuto 54’ para hacerse una foto con Leo Messi. Es tan extraño como que se escuchen cánticos de una afición que no está porque el encargado de la megafonía del estadio así lo ha decidido. Es tan ilógico como que haya una pausa de hidratación en el minuto 32’ cuando la temperatura en Mallorca a esa hora es de 19 grados. Es tan irreal como que en el 14’ -y ya con el Barça por delante en el marcador gracias al gol de Arturo Vidal nada más comenzar el partido- Messi haga un par de quiebros en el área, pierda la pelota y oiga en la radio que está finísimo.

Lo único que se mantiene intacto como si el coronavirus no nos hubiera atropellado es que el minuto de silencio en memoria de las víctimas no es minuto ni hay silencio y que a los 25’ el Barça ya aburría frente a un Mallorca timorato en defensa y al que sólo le hizo falta espabilarse un poco para crear peligro. Take Kubo había probado a Ter Stegen justo cuando llegó la pausa de hidratación (aunque no hiciera calor) y a la vuelta Braithwaite marcó su primer gol como azulgrana y ni lo celebró. Eso sí: asunto arreglado. Partido solucionado.

placeholder Braithwaite celebró muy serio su tanto al Mallorca. (EFE)
Braithwaite celebró muy serio su tanto al Mallorca. (EFE)

Las ilusiones ficticias

En esas ganas locas de mis compañeros y de gran parte de la afición por volverse a emocionar falló justo eso: la emoción. Todo es postizo y falso, desde el público virtual hasta los cánticos de mentira y en el empecinamiento en que sintamos y experimentemos las sensaciones del viejo fútbol, como si nada hubiera pasado, nos estamos perdiendo la realidad y enredando en ilusiones ficticias. Si esto es lo que hay, si no hay gente, ni canciones, qué menos que poder escuchar el sonido de verdad, lo que hay y punto en lugar de empeñarnos en lo que no es.

Quizás es cuestión de tiempo acostumbrarse, pero resulta difícil alegrarse una barbaridad y empatizar cuando hasta Semedo, que hace una semana se saltó las reglas y apareció fotografiado en una barbacoa junto a 20 personas y sin mascarilla, saltó al terreno de juego en el 70’ y en el 76’ ya estaba bebiendo agua en otra pausa de hidratación. Ni siquiera hay castigo ni un leve tirón de orejas público para quien ha tenido acceso a no sé cuántos test de coronavirus y mimado por la patronal para que el negocio, la industria, volviera a la vida. En cuanto se reanudó el juego, por cierto, Alba marcó el tercero para el Barça.

placeholder Leo Messi se retiró al final del choque con síntomas de cansancio tras el parón. (EFE)
Leo Messi se retiró al final del choque con síntomas de cansancio tras el parón. (EFE)

Empecé con una confesión y terminaré con otra. Ya que el parón les había venido fenomenal y estaban en una forma física fabulosa según las declaraciones de los jugadores, sí que tenía interés por ver a Messi. En mi empeño por vibrar, hasta me lo imaginé saliendo al campo en plan estampida y, a pesar de lo que escuché en la radio, lo que yo vi fue que está blandito y hasta aprovechó para tomar aire, desfondado con las manos en las rodillas, mientras Setién cambiaba a De Jong por Junior en el 84’. En el descuento el argentino no falló con su pierna derecha y certificó el 0-4 en el marcador, pero hasta la realidad con Messi ya no es lo que era. ‘Antes de’ era mucho mejor: hacía lo que jamás te habías imaginado.

Empiezo con una confesión. He intentado con todas mis fuerzas contagiarme del entusiasmo general por la vuelta del fútbol, sobre todo la que han expresado la mayoría de mis colegas de profesión en los últimos días, y he fracasado miserablemente. “Ya me gustaría a mí, ya…”. Y lo digo y lo escribo acordándome de Chus Lampreave en ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’. Ella tenía la excusa de no poder mentir por ser "testiga de Jehová", yo no encuentro ninguna y menos cuando además el regreso de LaLiga significa volver a escribir tres meses después de la última vez aquí, pero nada, que no ha habido manera.

Leo Messi Jordi Alba
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