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El apagón de James en el Real Madrid y su deseo de fichar por el Atlético
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El apagón de James en el Real Madrid y su deseo de fichar por el Atlético

James necesita recobrar la motivación. Llegó al Real Madrid con el cartel de ‘galáctico’ y saldrá sin dejar huella para buscar nuevos desafíos en el rival de la ciudad, si cuaja la operación

Foto: James Rodríguez suspira en un partido del Real Madrid
James Rodríguez suspira en un partido del Real Madrid

A James Rodríguez no le pesa ni le viene grande la camiseta del Real Madrid. Le falla la desconfianza de Zidane y ahora la nueva política de jóvenes talentos que están haciendo cola para coger sitio en el proyecto de presente y futuro. Eden Hazard es la excepción. En una encuesta entre James y Odegaard arrasaría el noruego, pese a que el Bernabéu siempre mostró debilidad por la zurda y la elegancia del colombiano. En el Real Madrid no pueden esperar más de James porque ni el jugador tiene ganas de seguir perdiendo el tiempo con Zidane ni el entrenador le encuentra sitio en las rotaciones. Hay un agotamiento recíproco que obliga a tomar la decisión de poner fin a una etapa de más sombras que luces. El futbolista que enamoró a Florentino Pérez en el Mundial de 2014 tiene el deseo de jugar en el Atlético de Madrid. En otras circunstancias este gesto se tomaría como alta traición. Hoy pocos o nadie se escandaliza con esta posibilidad.

La estrella de James se apagó hace mucho tiempo en el Real Madrid, desde el momento en el que Zidane antepuso el sacrificio colectivo y la alta intensidad para equilibrar el talento. La cuerda se rompió por el colombiano. Zidane prefiere a Lucas Vázquez antes que a James. Le resulta más práctico Fede Valverde para hacer sólido el equipo. Su interés estaba y está puesto en recuperar a Isco y reforzar su apuesta en el que considera como el genio de la plantilla: Karim Benzema. Si no hubiera sido por el enorme crédito de haber ganado dos Champions seguidas y una Liga, la gestión del caso James habría significado un episodio de fuertes tensiones entre el presidente y el entrenador.

placeholder James encara a Lemar en un derbi disputado en el Wanda Metropolitano. (Efe)
James encara a Lemar en un derbi disputado en el Wanda Metropolitano. (Efe)

Es el momento de decidir qué hacer, de nuevo, con James. Esta vez no será una cesión como la operación que se resolvió con su salida al Bayern de Múnich. Tiene que encontrar un equipo que pague una cantidad de dinero en el traspaso, un entrenador que le quiera y una ciudad que le encaje. Su deseo es seguir en la capital y cambiar el Real Madrid por el Atletico de Madrid. Los contactos entre su representante, Jorge Mendes, y el director general del club rojiblanco, Miguel Ángel Gil Marín, se reactivan. Se retoma una operación, según Onda Cero, que se echó abajo el verano pasado después de la goleada de pretemporada del equipo de Simeone al de Zidane. Había sido traspasado Marcos Llorente, se dio vía libre a Mario Hermoso y James podía ser un regalo envenenado. Se quedó en el Real Madrid a la espera de reengancharse a los planes de un entrenador que le dio dos oportunidades y en ambas le defraudó: la derrota contra el PSG en la Champions, en el Parque de los Príncipes, y en la Liga en el campo del Mallorca.

Los obstáculos de Jorge Mendes

¿Cómo se puede entender que a Simeone le encaje James y Zidane le dé tan poco valor? En el Atleti hay que sangrar para ganar. Se necesitan muchas facultades físicas y mentales para adaptarse a lo que propone el ‘Cholo’. El deseo de James pasa por demostrar que Zidane se equivoca y es un jugador más completo de lo que le considera el técnico francés. Si hace falta y aunque parezca imposible, en un equipo de guerreros como es el Atleti y con el que quiere identificarse. Aunque una cosa son sus intenciones y otra que cuadre una operación en la que el Atleti tendría que hacerle hueco, dar salida a jugadores (posiblemente Lemar), asumir un salario de casi 8 millones de euros netos o rebajárselo y convencer al Madrid con una cantidad de traspaso por encima de los 25 millones de euros. Demasiados obstáculos tiene que resolver Jorge Mendes.

El colombiano necesita recobrar la motivación. Llegó a Madrid con el cartel de ‘galáctico’ y saldrá sin dejar huella para buscar nuevos desafíos en el rival de la ciudad, si cuaja la operación. En el Madrid no ha habido manera de recuperar la versión de genio con el que se ilusionaban en el palco del Bernabéu por su vistosidad y que, con confianza, tuvo momentos brillantes con Carlo Ancelotti de jefe en el banquillo. El primero que no comprende por qué James no tiene sitio en el Real Madrid o juega más es Jorge Mendes. La factura se la pasan a Zidane.

A James Rodríguez no le pesa ni le viene grande la camiseta del Real Madrid. Le falla la desconfianza de Zidane y ahora la nueva política de jóvenes talentos que están haciendo cola para coger sitio en el proyecto de presente y futuro. Eden Hazard es la excepción. En una encuesta entre James y Odegaard arrasaría el noruego, pese a que el Bernabéu siempre mostró debilidad por la zurda y la elegancia del colombiano. En el Real Madrid no pueden esperar más de James porque ni el jugador tiene ganas de seguir perdiendo el tiempo con Zidane ni el entrenador le encuentra sitio en las rotaciones. Hay un agotamiento recíproco que obliga a tomar la decisión de poner fin a una etapa de más sombras que luces. El futbolista que enamoró a Florentino Pérez en el Mundial de 2014 tiene el deseo de jugar en el Atlético de Madrid. En otras circunstancias este gesto se tomaría como alta traición. Hoy pocos o nadie se escandaliza con esta posibilidad.

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