El curso de entrenador de Raúl comienza con una denuncia a la Federación

Nuevo lío y choque entre las Escuelas de formación de entrenadores y la Federación Española de Fútbol. Miguel Galán, presidente de CENAFE (centro nacional de formación de entrenadores), va a presentar una denuncia contra la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ante la Dirección general de Deportes de la Comunidad de Madrid y la Comisión Nacional de la competencia por el curso para jugadores de élite que dio comienzo, el lunes 16 de abril, en la sede de la Ciudad del Fútbol de las Rozas, y en el que se encuentran alumnos como el exjugador madridista Raúl González Blanco, Víctor Valdés, Marcos Senna, Julio Baptista, Joan Capdevilla, Xabi Alonso, Xavi… Un curso impartido por la Federación, que tiene una duración de seis semanas y una adicional en la que los ex futbolistas tienen que presentar una trabajo por escrito referente a un club.

El conflicto no es nuevo y vuelve a abrir la caja de los truenos entre las Escuelas de entrenadores y la Federación. Galán, como presidente de CENAFE, denuncia que no son válidos los diplomas que otorga el organismo federativo ni se les puede considerar oficiales porque no se regulan por la ley del Deporte de la Comunidad de Madrid, ni tienen orden ministerial. Ginés Meléndez, director de la Escuela Nacional de Entrenadores de la Federación, defiende la validez de los cursos y los diplomas de entrenador que imparte la Federación porque están dentro del ámbito suscrito por el convenio de reconocimiento que regula la UEFA. Esta nueva colisión entre Academias y Federación afecta al Estado desde el momento en el que hay una denuncia, que puede ser admitida a trámite, y con un consiguiente fallo se podría reabrir la peligrosa herida de las injerencias del Estado español con una Federación que se siente respaldada por la UEFA.

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En El Confidencial pulsamos la opinión y los argumentos de las dos partes enfrentadas por un nuevo caso de titulación para los entrenadores. Miguel Galán, el denunciante, manifiesta su postura contraria a la Federación: “La Comunidad de Madrid aprobó en 2016 y es vigente desde 2017 la ley profesional del Deporte y no contempla la titulación de UEFA. En seis semanas les dan un diploma (A y B) que es como si fuera el grado medio académico. A efectos deportivos podrán entrenar porque son competiciones suyas. Pero la vía federativa no se adecua a la vía académica. Esto es algo que instauró Villar y son los restos del naufragio. Yo gané una sentencia y obligó a la Federación a quitar la palabra título y poner la de diploma. Claro que defiendo mis intereses y el de mis alumnos porque hay unas reglas y todos quieren sacarse el título de entrenador, pero tiene que ser oficial y tener validez académica. Voy a denunciar y habrá un conflicto entre la Comunidad de Madrid con la Federación y la UEFA. Si hace falta denunciaré a los alumnos cuando les den el diploma y ejerzan como entrenadores”.

La UEFA no permite injerencias del Estado

La versión de Ginés Meléndez choca frontalmente con la dada por Galán: “La Federación Española, como afiliada a la UEFA con sus reglamentos y estatutos, fue una de las seis firmantes, en 1998, de la convención para que se reconociesen los diplomas de los entrenadores. En 2015 hubo una nueva convención donde los 54 países de la UEFA reconocieron los diplomas de las Federaciones. Los cursos de las escuelas, que son del Estado, valen para entrenar en España y para salir fuera de Europa sólo vale el de la UEFA. No se puede quitar a la Federación la competencia de enseñanza para entrenadores porque está recogido por el decreto 320 y la UEFA y sus Federaciones se reconocen los títulos. Ahí está, por ejemplo, Pep Guardiola que fue uno de los pioneros. No estamos preocupados, por lo tanto, por esta denuncia”.

Las consecuencias de este litigio, si sigue adelante, pueden derivar en una investigación, otra más, y la denuncia de la UEFA al Estado por injerencias en el ámbito privado de la Federación Española de Fútbol. Una comisión de investigación que podría alegar intromisión en el órgano federativo como sucedió hace cinco años en Portugal.