A Simeone se le escapa el control del vestuario, un liderazgo que toca coser

Su expulsión fue el triste epílogo del tránsito del Atlético de Madrid por la actual edición de la Copa del Rey. El Cholo Simeone cargó con las culpas de la eliminación del equipo rojiblanco del torneo, también de la Champions League, pero detrás de dos tropiezos de gran calado, sobre todo el segundo, se esconde la realidad de un equipo diseñado para alcanzar grandes metas en este ejercicio y que ahora se encomienda a la Europa League para maquillarlo. El argentino ya no tiene bajo control todo lo que sucede en el interior del vestuario, donde más de una voz se alza desde hace tiempo.

Decisiones deportivas han abierto diferentes debates en el vestuario, decisiones tomadas por Simeone que han generado debate interno. El caso de Vrsaljko es uno de los más evidentes. El croata tenía la cabeza en otra parte hace apenas un par de meses, pensando en su inmediata salida en el mercado de invierno. De buenas a primeras, el lateral aparece en el once con continuidad mientras Juanfran, uno de los lugartenientes del argentino durante los últimos años, desaparece de escena casi por completo, con la consiguiente irritación del futbolista español.

La vieja guardia, fundamental en los éxitos cosechados, se sigue manteniendo en primera línea a pesar de que el rendimiento ha decaído claramente. El estatus de futbolistas como Godín y Gabi apenas ha cambiado con el paso de los años, aunque sus prestaciones no sean las de antes. La titularidad de ambos, sobre todo cuando llegan las grandes citas, como la de este pasado martes en el Sánchez Pizjuán, es incuestionable para el entrenador atlético, pero sí para otros moradores de vestuario. Cuestiones como esta abren costuras que toca cerrar cuanto antes a Simeone, con una Europa League que arreglaría la temporada del equipo en caso de alzar el trofeo tras la final que se disputará en Lyon.

La final de Milán

No ha sabido exprimir a diferentes futbolistas, efectivos que nunca han sentido un pleno respaldo del estratega y que piensan más en el futuro (en otra parte) que en el presente. Jugadores contratados por el empeño del jefe y que nunca ha sabido cómo aprovechar. Uno de ellos, por poner un ejemplo, Augusto Fernández, a un paso de la puerta de salida a la vista de su escasa participación y con el Mundial a meses vista. Otro, uno más, Nico Gaitán, pagado a precio de oro por petición expresa del que más manda en materia deportiva y al que no se le ha visto en año y medio. Su agente se dedica desde hace semanas a llamar a medio mundo para encontrar un lugar donde acomodar a su cliente.

La final de la Champions de League de Milán abrió una profunda fractura entre el grupo y el entrenador. Éste tenía decidido abandonar el Atlético de Madrid con el trofeo en la mano, pero la derrota sufrida ante el Real Madrid en la tanda de penaltis cambió su plan. "Ahora tengo que pensar", enfatizó tras el partido el sudamericano. El colectivo se sintió traicionado, sobre todo los pesos pesados. Algún jugador le recriminó su actitud tiempo después con severas palabras... Tampoco conviene olvidar que cuando la pasada temporada se iba torciendo sin remisión, la eliminatoria de Copa del Rey ante el Barcelona (cayó el Atlético) abrió un nuevo período de positivismo, que permitió al equipo alcanzar la semifinal del torneo mayor. Pero aquellos momentos no han vuelto.

Griezmann

No le ayuda tampoco al entrenador la situación de algunos jugadores como Griezmann, con la cabeza en otra parte desde hace tiempo y con la masa social señalándole con el dedo acusador. Tampoco es de mucho sumar Yannick Carrasco, al que el club quiere vender como sea y que ha protagonizado algún agresivo enfrentamiento con algún importante compañero de equipo. Importantes grietas abiertas y que Simeone no ha sabido cómo taponar. Con el paso del tiempo, diferentes fisuras han provocado que el ambiente no sea el mismo de antaño, cuando todos remaban a una.

El estado de forma de jugadores de Koke, fundamental para que funcione el equipo, acrecienta la preocupación en el interior del club, igual que muchas alineaciones han provocado la sorpresa de varios futbolistas. El estilo, durante años sin abrir debate alguno, desde hace tiempo sí lo genera. Los persistentes pasos atrás ordenados por el entrenador también han agitado el ambiente. "Si queremos ser algo más, debemos ser protagonistas de los partidos y no salir a empatar", disparó hace semanas Filipe Luis. Pero sus firmes palabras no han encontrado la respuesta que esperaba el brasileño, también un puñado de compañeros.