Los niños españoles no consiguen ser los mejores, pero el estilo triunfa y se copia

España no ha sido campeona del mundo de categoría sub-17 en toda su historia. Ser el mejor le ha costado décadas a este país en el fútbol. En 1999 lo fue en sub-20. En el 2010, en absoluto. Pero en la competición planetaria más joven no le salen las cosas. En ninguna otra ha tenido tantas oportunidades para no levantar la copa nunca. Jugaba una más en Calcuta, la cuarta, y la perdió también, de manera grotesca, dura, que duele incluso más que un gol decisivo en el último segundo. Porque España tuvo el título en la mano y se hundió de manera incomprensible para ser vapuleada por la mejor cantera del planeta en estos momentos, Inglaterra, por 5-2.

A los niños de Santi Denia les perseguirá durante un tiempo ese abultadísimo resultado. No entenderán de primeras, de segundas ni de terceras cómo iban ganando cómodamente 0-2 en el minuto 44 y se abandonaron a sí mismos para ir encajando todas las ocasiones que les creaban los chavales de los 'Three Lions'. Pasarán años hasta que se den cuenta de la maravillosa lección deportiva y humana que se llevaron en la India. A veces, perder es mejor que ganar, pues de las derrotas se sacan aprendizajes y de las victorias, excesivos elogios.

Probablemente, esto último habría marcado la carrera de Sergio Gómez si hubiera acabado viendo a su compañero y capitán, Abel Ruiz, levantando la copa al cielo asiático. El '10' del Barça es uno de tantísimos jugadores talentosos que han proliferado de la Masia, uno de esos que se parecen a Messi, que ansían ser como él y que intentan aprender cada movimiento, cada gesto y la utilización de la pierna izquierda como guante. Como pareja ofensiva de Ruiz en el juvenil blaugrana ya da alegrías, ha hecho un Mundial fantástico y marcó dos goles en la final. Quizás una cura de realidad le venga de maravilla. Un golpe de madurez que le haga crecer como personas, pues como futbolista nadie duda de que tiene madera para ser importante.

No son los primeros en caer en una final, y puede que la desgracia se repita más adelante. ¿Y qué? Las anteriores generaciones incluyeron futbolistas que posteriormente han sido determinantes en la trayectoria de la selección absoluta. Cesc Fàbregas fue el máximo goleador y Balón de Oro del Mundial que perdió España contra Brasil en 2003. Le acompañaba David Silva. David de Gea cayó también en 2007 defendiendo la meta roja ante la superioridad física de Nigeria. En ese equipo estaban Illarramendi, Bojan Krkic, Ignacio Camacho y Nacho Fernández. Quizás menos conocidos, menos relevantes en la absoluta, pero con larga carrera en nuestra Liga fueron López Vallejo, Robaina y Sandro, los que sufrieron la primera derrota en una final de un Mundial en la historia del fútbol español.

El trabajo en la cantera sigue siendo prodigioso. Si bien el primer equipo se ha desviado en los últimos años del fútbol de posición que había dado los mayores éxitos internacionales a la selección, las categorías inferiores siguen fieles a los mandatos establecidos por Luis Aragonés hace ya más de una década. Todos, desde arriba hasta abajo juegan a lo mismo. Y eso intentaba la plantilla dirigida por Santi Denia.

¿Qué pasa? Que el modelo académico español se ha extendido por el mundo. Creas una escuela y aparecerán miles mejores que la tuya alrededor del mundo. Este año mismo, en apenas unos meses, ha habido tres finales internacionales en las que España, siempre presente en torneos de chavales, se ha cruzado con los países que más y mejor han instaurado el modelo español en sus aulas y campos de fútbol. Solo una alegría, la de esta misma generación ahora aplastada, que ganó a la misma Inglaterra en el Europeo sub-17. Después, dos hundimientos provocados por los mismos torpedos que dispara la propia España. Alemania ganó la Eurocopa sub-21 e Inglaterra ha ganado su primera final mundial desde 1966 en cualquier categoría.

La construcción de una estructura académica a través de la cual aplicar unas ideas de juego muy claras, con las que el perfil del futbolista queda definido, la inclusión sin ningún tipo de discusión de oriundos como propios, todo gracias a una fuerte inversión económica. Alemania e Inglaterra son los exponentes más claros de que el trabajo en las bases es primordial para que los mayores puedan triunfar. Los ingleses son, hoy por hoy, los mejores del mundo en categorías inferiores. El tuit que precede a este párrafo es increíblemente aclarativo. En todas las categorías han llegado, como mínimo, a semifinales. Son campeones del mundo sub-17 y sub-20 y campeones de Europa sub-19. El futuro es inglés. Otra cosa es que luego les den oportunidades en la Premier League, emborrachada con los millones de los derechos de televisión.

Ficha técnica

5 - Inglaterra: Curtis Anderson; Steven Sessegnon, Joel Latibeaudiere, Marc Guehi, Jonathan Panzo; Callum Hudson-Odoi, George McEachran (Conor Gallagher, m.87), Philip Foden, Tashan Oakley-Boothe (Angel Gomes, m.91), Morgan Gibbs White (Nya Kirby m.81); Rhian Brewster.

2 - España: Álvaro Fernández; Mateu Morey, Hugo Guillamón, Víctor Chust, Juan Miranda; Antonio Blanco (Carlos Beitía, m.81), Ferrán Torres, Moha Moukhliss (Nacho Díaz m.85), Sergio Gómez, Cesar Gelabert (José Lara, m.72); Abel Ruiz.

Goles: 0-1: m.10 Sergio Gómez. 0-2: m.31 Sergio Gómez. 1-2: m.44 Rhian Brewster; 2-2: m.58 Morgan Gibbs White; 3-2: m.69 Philip Foden; 4-2: m.84 Marc Guehi; 5-2: m.88 Philip Foden.

Árbitro: Enrique Cáceres, de Paraguay, amonestó a Juan Miranda (m.63) y Mateu Morey (m.83), de España, y a Rhian Brewster (m.91), de Inglaterra.

Incidentes: Final del Mundial Sub'17 de la India disputado en el Estadio Vivekananda Yuba Bharati Krirangan de Calcuta ante 66.684 espectadores.