Es noticia
Un decano sin dinero: así se salva el Recreativo año tras año de la desaparición
  1. Deportes
  2. Fútbol
juanma lópez se hace con la gestión del club

Un decano sin dinero: así se salva el Recreativo año tras año de la desaparición

La situación económica del equipo onubense es terminal, pero ser considerado Bien de Interés Cultural y diversas inversiones inesperadas en momentos clave han hecho que no desaparezca

Foto: Aficionados del Recreativo de Huelva. (EFE)
Aficionados del Recreativo de Huelva. (EFE)

Si el escocés William Alexander Mackay no hubiese llegado a finales del siglo XIX a Huelva para trabajar en las minas de Riotinto hoy el Recreativo no existiría. Si en lugar de haberlo fundado en 1889 hubiese esperado algo más, unos años más, probablemente tampoco. El Recre sobrevive de milagro, boquea buscando oxígeno como el pez fuera del agua y el motivo fundamental por el que aún no ha muerto, como tantos otros clubes, es precisamente ser el primero de todos, el que empezó a jugar al fútbol en este país. El hecho diferencial de ser el decano.

Haber estado en pie desde 1889 es lo que llevó al Ayuntamiento a la opción de elevarlo al grado de Bien de Interés Cultural. La Junta de Andalucía aceptó con agrado, poniéndole la tipología de actividad de interés etnológico. Este movimiento no tenía mucho de conmemoración, era la mejor manera que se les ocurrió para sacar a Pablo Comas del poder del club.

Procede contar aquí quién era Comas y por qué era prioritario para el Ayuntamiento sacárselo de encima. Lo cuenta Narciso Rojas, presidente del Trust de aficionados del Recre, una asociación que pelea por la supervivencia del club de sus amores: "La historia es larga, en 2012 el Recre entra en concurso de acreedores con una deuda de 18 millones de euros, con la quita se queda en 12 y se vende a Pablo Comas, que empieza a gestionar el club, pero empieza a fallar en los pagos del concurso, en el pago a Hacienda y se llega a una situación límite".

Foto: Angel Maria Villar (REUTERS)

La ausencia de pagos a Hacienda se convirtió en un problema casi terminal para el club y la solución que realizó el ayuntamiento fue declararlo Bien de Interés Cultural con la excusa de ser el decano y, acto seguido, expropiar las acciones de Comas. Algo que no hubiese sido posible en otro equipo con menos historia. al antiguo propietario, que incumplió con todo lo prometido, le han llegado hasta a poner una querella por la que le piden 18 años de cárcel por apropiación indebida.

Comas, bien conectado en el fútbol español y cercano a Ángel Villar, estaba fuera, pero su salida no arreglaba el problema económico. El Ayuntamiento se convertía en el propietario del Recreativo, pero sin posibilidad de inyectar el dinero necesario para salvarlo. Primero, porque legalmente es imposible. Pero también porque las cuentas del consistorio no están para grandes ayudas, más bien al contrario, con más de 1.500 euros de deuda por habitante está a la altura de Madrid en ese concepto. Y la capital de España es conocida, entre otras cosas, por su extremo endeudamiento.

En 2016 hay una primera bola de partido que se salva con una cuestación pública. Un millón de euros aportados por empresas locales y los aficionados, que se vuelcan en hacer sobrevivir al Recre. Un parche, claro, porque un club no es viable desde la buena voluntad. Compraron 12 meses, la situación sigue enquistada.

"El ayuntamiento gestiona sin poder pagar salarios a jugadores, pagando a seguridad social con entradas e ingresos comunes, que son bajos. Nos salvamos del descenso deportivamente este año, pero ahora llegaba el momento de pagar las fichas de los jugadores para no bajar a Tercera", explica Rojas. El sindicato de futbolistas tiene muy bien atada su parte en todos estos procesos. El club que no abona las nóminas de los artistas, desciende. El Recre debía 600.000 euros y buscaba un inversor.

placeholder Pablo Comas, exdueño expropiado del Recreativo. (EFE)
Pablo Comas, exdueño expropiado del Recreativo. (EFE)

Un inversor poco solvente

Pero no llegó. La única oferta conocida no cumplía las condiciones del pliego de venta. Moody Investments era de cartón piedra. "Apoyamos haber dejado desierta la venta, el grupo inversor no tenía para gestionarlo. Pero si el ayuntamiento se ha quedado con el club tiene que resolver la situación. hasta que no se pague a Hacienda no va a vivir, eso no puede seguir así eternamente", explica Narciso Rojas.

Este viernes 30 de julio había una prueba de fuego. Se tenían que pagar los 600.000 euros de nóminas a los futbolistas, pero nadie tenía claro de dónde podía salir el dinero. Todo parecía encaminado a un nuevo golpe, otro descenso administrativo, más dolor y frustración. Pero, de repente, apareció el dinero. En el último instante, como solo pasan las cosas en las películas.

El actor protagonista de esta última historia es Juanma López, exfutbolista, recordado central del Atlético, no fino, sí expeditivo. Hizo fortuna en la representación de jugadores al colgar las botas y ahora es uno de los agentes más importantes del país. Su grupo no ha comprado el club, nada más lejos, pero sí ha inyectado el dinero suficiente para pagar las nóminas a los jugadores, al filial a la LFP e, incluso, un pellizco a Hacienda y la Seguridad Social.

¿A cambio de qué? Pregunta complicada. De gestionar el club, en principio. Es probable que el Recreativo se convierta ahora en una terminal de traspasos, un lugar en el que entren y salgan jugadores según necesidad, casi un vivero para hacer crecer las plantas. Mejor eso, sin duda, que desaparecer o que bajar a Tercera, pero una apuesta así nunca va sin riesgo. "Seguimos trabajando para sacar adelante la venta de las acciones del Recre, aquí no hay cartas marcadas" , cuenta el alcalde Gabriel Cruz que, como representante del consistorio, también es la persona con más mando en el club.

Foto:


Satisfacer al pago de las nóminas a los jugadores es un paso, pero la deuda sigue ahí, y Hacienda no está para hacer concesiones. La Segunda B es un mundo de escasos ingresos, incluso cortos para satisfacer los pagos básicos. El club sigue, a duras penas. Los empleados no futbolistas, que no tienen la fuerza de negociación de los jugadores, se han pasado todo este proceso sin cobrar. 20 meses en el caso de Pepe Delgado, preparador físico, que este viernes, harto de tanta espera, decidió encerrarse en el Nuevo Colombino, a ver si alguien así recordaba que el problema no es solo con la AFE o con el fisco.

"Llevan muchos meses sin cobrar, y eso hay que pagárselo, pero están totalmente desprotegidos; si no pagas a futbolistas desciendes, pero si no pagas a los empleados no pasa nada", explica Rojas, que entiende que esta situación es una flagrante injusticia. No en vano ellos también hacen al Recre.

128 años después de William Alexander Mackay el club ha entrado en bucle. No hay dinero, no hay inversores, nadie parece querer comprar el club, con su deuda excesiva y sus problemas de solvencia. Cualquier otra institución en estas condiciones estaría abocada a la desaparición, enfilando el camino hasta despeñarse, una liquidación dolorosa y quedar solo en el recuerdo. Pero no son el Recre, no trajeron el fútbol a España, no son pioneros ni decanos. Llegaron después. El equipo onubense sigue ahí por ser el primero en llegar. No es el argumento más sólido, pero por el momento sigue siendo el mejor frente a tanta zozobra. Al menos hasta que llegue alguien dispuesto a afrontar la realidad, que es más bien cruda.

Si el escocés William Alexander Mackay no hubiese llegado a finales del siglo XIX a Huelva para trabajar en las minas de Riotinto hoy el Recreativo no existiría. Si en lugar de haberlo fundado en 1889 hubiese esperado algo más, unos años más, probablemente tampoco. El Recre sobrevive de milagro, boquea buscando oxígeno como el pez fuera del agua y el motivo fundamental por el que aún no ha muerto, como tantos otros clubes, es precisamente ser el primero de todos, el que empezó a jugar al fútbol en este país. El hecho diferencial de ser el decano.

Recreativo de Huelva