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Diego González, un multiusos a punto de despegar a las órdenes de Sampaoli
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Diego González, un multiusos a punto de despegar a las órdenes de Sampaoli

Este pujante futbolista está llamado a ser una de las estrellas del Sevilla. Es el prototipo perfecto del jugador completo. Se examinará durante la pretemporada con Sampaoli

Foto: Diego González, durante un partido con el Sevilla Atlético (Foto: Alejandro González Gala)
Diego González, durante un partido con el Sevilla Atlético (Foto: Alejandro González Gala)

“Diego es la polivalencia personificada en un futbolista, al que, menos de portero, le he visto jugar de todo”. Quien habla así es Francisco López Alfaro, glorioso ex futbolista del Sevilla y del Espanyol, hoy ubicado en una de las áreas más delicadas del Sevilla, la de tecnificación, que está dando frutos asombrosos. Uno de ellos es Diego González (21 años), que desde Nervión está llamado a ser una de las estrellas que en poco tiempo alumbre nuestro fútbol. Es el prototipo perfecto del futbolista del siglo XXI, que lo mismo hace goles que amuralla con granito su portería.

Diego, según aseguran los técnicos del Sevilla, no sabe cuál es su pierna buena, pues le pega con precisión y potencia con las dos por igual, mide 1,85 y salta como un pívot de baloncesto. Hace cuatro años, Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, mago Merlín del Sevilla, natural de San Fernando, escuchó un día que un mocetón de 16 la rompía en la cantera del Cádiz y vivía en Chiclana, vecina de la localidad isleña. Monchi ordenó a su gente de la zona un seguimiento de aquella perla. A Diego González lo vieron no menos de una docena de técnicos del departamento del 'León de San Fernando', incluyendo él mismo. Y hace dos temporadas y media decidieron ficharlo para el Sevilla Atlético.

La historia de Diego González, estudiante de psicología, huele a mar y a campo, pero también a sudor y sacrificio. Diego jugaba en el APA Sancti Petri de Chiclana hasta que, en edad de cadete, fue fichado por el Cádiz. Tenía solo 16 años y ya destacaba por encima del resto hasta el punto de ser llamado por el Liverpool, cuyos técnicos lo invitaron a pasar unos días en Melwood, la Ciudad Deportiva del equipo 'red', en West Derby. Pero se topó con la negativa de la antigua directiva del Cádiz, que quería hacer un buen negocio con la incipiente joya. Aquello supuso un primer bofetón futbolístico, que Diego encajó de la mejor manera. Siguió jugando y pasó al Cádiz B, de allí unos meses en calidad de cedido al Granada B, hasta que el Sevilla llegó a un arreglo con el cuadro amarillo y el joven futbolista pasó al filial nervionense.

Le entró fuerte el sevillismo

Era verano de 2015 y el primer equipo sevillista se preparaba para encarar la Supercopa de Europa. Jugó un partidillo con el filial, y Diego llamó poderosamente la atención de Unai Emery, que lo incluyó en la lista del Sevilla para jugar en Tiflis, Georgia, contra el Barcelona. “Cuando me dijeron que estaba en la lista, creí que los compañeros me estaban vacilando como novato que era. Pero era verdad. Imagínese el subidón”, dice Diego González. Al final, el mocetón no jugó pero aquel viaje le supo a gloria.

Con el Sevilla Atlético, Diego ha sido uno de los artífices en el ascenso del filial a la categoría de plata; con el primer equipo ya ha jugado tres partidos. Ante el Logroñés, en Copa, frente al Granada y contra el Athletic Club. Frente a los granadinistas, Diego salió al campo y a los quince segundos de entrar hizo un gol… de tacón. Debut soñado de un chaval que mira arriba pero pisa fuerte sobre la tierra. “Es un chaval muy normal, con unas cualidades extraordinarias, que en el Sevilla se ha sentido muy bien y no tiene techo”, así lo define Miguel Alfaro, la persona de 'You First Sports', empresa que lo representa. “Tiene numerosas ofertas de cesiones, pero se siente muy a gusto en Sevilla y ha frenado cualquier iniciativa. Le ha entrado muy fuerte el sevillismo. El chico tiene un futuro impresionante, pero no ha variado un ápice sus hábitos de siempre. Eso dice mucho de él”.

Un futbolista completo

Diego González va a realizar la pretemporada con el Sevilla de Sampaoli, aunque tiene muy claro que jugará en el Sevilla Atlético en la Liga 2. “Yo soy realista y siempre estoy ahí, para ayudar en lo que pueda. Primero con el Sevilla Atlético, cuya pasada experiencia me ayudó a madurar. El ascenso ha significado mucho para todos. Nosotros creíamos en una idea y la hemos defendido hasta el final. ¿El primer equipo? Ojalá, trabajando se llega lejos”.

Diego admira a Daniel Carriço, es su espejo, el portugués del equipo. Diego es un chico que abre bien los ojos y toma nota, él calla y aprende, luego desarrolla. Siempre mira adelante. “Me gusta atacar. De chico jugué de extremo y tengo tendencia a irme arriba cada vez que puedo. Yo juego donde me pongan, me da lo mismo. Lo importante es poder ayudar al equipo”, asegura. Francisco López Alfaro, el entrenador especialista en la mejora de talentos, expone las cualidades del chiclanero: “Es veloz, en el cuerpo a cuerpo siempre gana. Golpea al balón con los dos pies, cualidad que maneja como he visto a pocos. Técnicamente no tiene ningún problema. Hacía tiempo que no veía a un futbolista tan completo, su futuro es bestial”.

Diego González tiene madera de futbolista caro y ya se entrena bajo las órdenes de Sampaoli. El chico siempre baja la pelota al suelo. Mientras juega y sueña, se escapa al campo o pasea con Oki, su perro border collie, bajo la sombra de los pinos de Chiclana. El futbolista multiusos de la factoría de Nervión ya está listo para el despegue.

“Diego es la polivalencia personificada en un futbolista, al que, menos de portero, le he visto jugar de todo”. Quien habla así es Francisco López Alfaro, glorioso ex futbolista del Sevilla y del Espanyol, hoy ubicado en una de las áreas más delicadas del Sevilla, la de tecnificación, que está dando frutos asombrosos. Uno de ellos es Diego González (21 años), que desde Nervión está llamado a ser una de las estrellas que en poco tiempo alumbre nuestro fútbol. Es el prototipo perfecto del futbolista del siglo XXI, que lo mismo hace goles que amuralla con granito su portería.

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