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El estrés y la precipitación pasan una seria factura y lesionan a Gareth Bale
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los nervios PERJUDICAN al jugador galés

El estrés y la precipitación pasan una seria factura y lesionan a Gareth Bale

Bale ha sufrido el estrés acumulado a lo largo de agosto, cuando pasaban los días y su fichaje no se concretaba. Ahora toca recuperarse con tranquilidad

Foto: Gareth Bale, durante un partido con el Real Madrid
Gareth Bale, durante un partido con el Real Madrid

El estrés ha dejado fuera de competición a Gareth Bale. El galés llegó al Real Madrid fatigado, cansado por la larga espera que demoró su fichaje hasta el 30 de agosto. Los nervios de los cien días de negociaciones abiertas entre Florentino Pérez y Daniel Levy han pasado factura a un jugador que basa gran parte de su juego en el físico.

Esos complicados días, en los que los presidentes de ambos clubes se dedicaban a esperar que el otro claudicara, han dejado tocados la mente y el cuerpo del galés. Ahora le tocan tres semanas de trabajo específico para recuperar su tocada musculatura y lo hará en Madrid, junto a los médicos del club y su fisioterapeuta de confianza. Nada de buscar soluciones mágicas fuera del entorno de la entidad. Y es que desde la zona noble le quieren dar normalidad al asunto, que Bale recupere la tranquilidad que perdió allá por el pasado mes de junio.

El jugador apareció en Madrid con el mercado a escasas horas del cierre y a cambio de 91 millones de euros. El problema no es ese y sí la demora en el acuerdo en esos días en los que el galés o bien no se entrenaba o bien los pasaba en Marbella de permiso de fin de semana. Bale, pese a ser un atleta perfecto según afirman médicos que le han tratado, acusó la falta de entrenamiento, los nervios y la precipitación en su estreno.

El ex del Tottenham inauguró su casillero goleador ante el Villarreal, y lo hizo con tan sólo tres entrenamientos con su nuevo equipo. Venía de reaparecer con Gales tras pasar todo el verano sin jugar por unas molestias musculares que sufría y por su decisión de no jugar con el Tottenham como medida de protesta. La idea era que jugara cuarenta y cinco minutos en El Madrigal, pero terminó estando una hora sobre el césped y a máxima intensidad.

Una semana después, Bale iba a estrenarse en el Bernabéu, pero unas molestias en el calentamiento le impidieron jugar ante el Getafe. Nueva semana de espera antes de aparecer en la segunda mitad ante el derbi. Jugó sin tener que hacerlo y con la necesidad de remontar un resultado que ya era contrario. El galés forzó pese a dejar claro que no se sentía cómodo. Resultado, contractura en el muslo izquierdo y tres semanas de parón.

Ahora toca recuperar, volver a una rutina de trabajo que le permita centrarse en el fútbol. Desde el club no quieren poner fecha a su vuelta, aunque todo el mundo apunta al fin de semana del 26 y 27 de octubre y la visita al Camp Nou como el momento indicado. De momento, no va a viajar a Gales para pasar reconocimiento médico con los médicos de su selección, tal y como confirmaron a este periódico fuentes autorizadas del Real Madrid. El doctor Olmo, nuevo responsable médico del club blanco, será el encargado de supervisar la recuperación y marcar los plazos en el trabajo a realizar.

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