Florentino Pérez ratifica a José Mourinho en un desayuno, pero le da un toque de atención

Ocho de la mañana. Miércoles. Despacho profesional de Florentino Pérez. Vistas a las cuatro torres ubicadas en la antigua Ciudad Deportiva y que tienen el nombre cariñoso de Figo, Zidane, Beckham y Ronaldo. El sol todavía no ha terminado de aparecer, ingrediente necesario para dar un toque más intenso al prometido cara a cara entre el presidente de la entidad madridista y José Mourinho. Ningún testigo más. Ni José Ángel Sánchez, director general del club, ni Jorge Mendes, agente del entrenador. Presidente y entrenador, nadie más. Sesenta minutos de reunión para ratificar el compromiso de, al menos, seguir formando pareja hasta el 30 de junio. Al menos, esa es la intención y el deseo de las dos partes. Después, los resultados marcarán sentencia.

Pérez y Mourinho tenían una cita pendiente para analizar el momento y el futuro del equipo, que adquirió mayor trascendencia tras la escena de la rueda de prensa del sábado y que terminó con un periodista de Radio Marca como protagonista, encerrado en un cuarto y rodeado del técnico, Silvino Louro y cuatro empleados del club. Al término de la reunión, uno y otro tienen claro que van a seguir trabajando, como poco, hasta el final de temporada. Van a cerrar filas, pero el presidente pidió al entrenador unos puntos mínimos de actuación de acuerdo con los del club.

Mourinho, según ha podido saber El Confidencial de fuentes cercanas al entrenador, terminó satisfecho del encuentro con uno de sus dos jefes dentro del Real Madrid. El otro, José Ángel Sánchez, no estuvo presente en la cita. Se entiende con Florentino Pérez pese a que en ocasiones caminen por sitios divergentes.

Florentino Pérez sabe que tiene estar al lado del técnico. El futuro del equipo, y en cierta manera de la entidad, está en manos del portugués. Lo sabe, de ahí que el presidente intente blindar y proteger al técnico, al que pidió mesura, dosis de tranquilidad y, en especial, no provocar conflictos como el del pasado sábado, máxime cuando, horas antes, el presidente había ratificado en público su confianza en él y había dado un toque de atención a la prensa. "Esto no me lo puedes hacer, cuando te había respaldado con nuestros socios", comentó el máximo mandatario blanco molesto por lo hecho por el técnico y su ayudante.

Lo cierto es que empleados de peso dentro del Real Madrid aconsejaron al técnico que desistiera de la idea de 'hablar' con el periodista de Radio Marca, pero Mourinho hizo caso omiso, provocando una crisis que desde la zona noble del Santiago Bernabéu califican de innecesaria. Esa manera de actuar del primer entrenador y de su ayudante no fue del agrado de los directivos ni del presidente. 

La hora de charla sirvió para ratificar la confianza de Florentino Pérez en el trabajo de Mourinho, pero también le recordó al portugués el sitio en el que está, el lugar que ocupa y la entidad que representa. El presidente quiso dejar claro el lugar de cada uno dentro de la entidad. La conclusión que uno y otro obtuvieron es que la colaboración y el entendimiento es bueno pese a los diferentes momentos de tensión vividos durante la temporada debido a los criterios enfrentados que ambos mantienen. El presidente trasladó que si con un entrenador pueden conseguir la ansiada décima es con él en el banquillo, y que una vez terminada la campaña, será el momento de volverse a sentar y analizar el futuro.

Mourinho tiene contrato hasta el 30 de junio de 2016, pero nadie es capaz de afirmar qué sucederá en el momento en el que termine la presente temporada. Ahora mismo, la corriente que más enteros gana dentro de la entidad madridista es la del adiós del técnico en caso de éxito europeo y continuidad, al menos por su parte, en caso de no lograr el objetivo. Una vez más, el Bernabéu volverá a tener la palabra.