Francia se mete en el Mundial tras uno de los mayores escándalos de la historia del fútbol

El fútbol es, a veces, un juego igual de simple que de cruel. Cuando todo un país se juega su presencia en la fase final de una Copa del Mundo en un doble enfrentamiento a vida o muerte, este juego se simplifica hasta su mínima esencia. Y cualquier detalle es fundamental.

 

Francia logró su clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010 este miércoles tras superar la repesca que le enfrentó a la República de Irlanda. En el partido de vuelta en París, los irlandeses habían forzado la prórroga tras vencer en el tiempo reglamentario a los locales por 0-1 con gol de Robbie Keane.

 

Y al filo del descanso de la correspondiente prórroga, tuvo lugar uno de los mayores escándalos de la historia del fútbol. El delantero del Barcelona Thierry Henry asistió a Gallas para que marcase a placer después de haber controlado y orientado el balón con su mano izquierda. Ningún miembro del trío arbitral debió de ver la flagrante infracción. Por si fuera poco, la jugada estaba precedida por un fuera de juego posicional, pero muy dudoso, del sevillista Squillaci. De nada sirvieron las quejas alocadas de los incrédulos irlandeses. El tanto subió al marcador.

¿La consecuencia de tamaño error? Que Francia jugará el Mundial e Irlanda no. Ni más ni menos.