Red Bull, el fabricante de bebidas que nunca iba a construir motores, pero cambió de idea
Después de la despedida de Honda, Red Bull afronta el mayor desafío posible en la Fórmula 1: construir tus propios motores, un terreno siempre ajeno a la marca de bebidas
Red Bull sigue rompiendo los esquemas como siempre desde que llegó a la Fórmula 1 con la adquisición de Jaguar en 2004. “Pusimos un anuncio de publicidad muy básico, para echar la red y ver quién podía estar ahí. Ha tenido hasta el momento 600 respuestas, y desde todas las partes de la industria. Ha sido increíblemente estimulante”. Hace pocas fechas, Christian Horner se felicitaba por la recepción de ofertas de trabajo para afrontar el desafío último que Red Bull siempre había rechazado asumir. “Somos una compañía de bebidas energéticas, no fabricantes de motores”. Sin embargo, la empresa capaz de lanzar a la Tierra a un paracaidista desde fuera de la atmósfera afrontará el desafío último en la Fórmula 1, tanto por complejidad técnica como por coste financiero: fabricar sus propios motores. ¿Y ganar a Mercedes, Ferrari, Alpine, o cualquier otro fabricante que pueda llegar en el futuro?
Desde su llegada a la Fórmula 1 siempre se ha apoyado en Renault, y tras el tormentoso final de su relación llegó Honda. Pero la retirada de los nipones a finales de 2021 puso entre la espada y la pared a Dietrich Mateschitz, Helmult Marko y Christian Horner. Había que afrontar la realidad de una vez por todas. O se dependía de terceros, o de sí mismos, con todas las oportunidades y peligros de cada decisión. Hoy el fabricante de bebidas está poniendo a punto a velocidad del rayo tanto su organigrama como las instalaciones de Red Bull Powertrains. Y el primer golpe de mano llegó ‘robando’ a Mercedes un grupo de importantes ingenieros del equipo alemán, que ahora son la cúpula de Red Bull Powertrains. Y los que vendrán. Quién sabe si los recientes enfrentamientos dialécticos entre Horner y Wolff y el conflicto de los alerones flexibles tiene como transfondo un duelo de otra dimension latente entre bastidores.
The City of W̶i̶n̶d̶s̶ 𝑾𝑰𝑵𝑺 💪 @SChecoPerez #PoweredByHonda
— Honda Racing F1 (@HondaRacingF1) June 6, 2021
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Por qué cambiar de idea
La pugna con Mercedes empezó tirando de chequera, logicamente. Toto Wolff reconocía que esa red echada al mar por Red Bull sondeó a casi cien técnicos de Mercedes HPP. Según Horner, los captados inicialmente por Red Bull era un número superior a los de alto nivel captados inicialmente. Wolff intentó aguantar el tipo presumiendo de la lealtad de los suyos reconociendo públicamente que un número muy elevado de sus técnicos habían rechazado ofertas con ‘número de cifras de lotería’. Pero conociendo cómo se las ha gastado Red Bull en el pasado, habrá que consultarle a Wolff a final de temporada.
“Esta ganando velocidad, estamos fichando a la gente adecuada, usando la misma filosofía que con el chasis”, explica Horner ¿Por qué Red Bull ha optado por entrar en un campo de minas del que se mantenía desde 2021. La dependencia de la estrategia de Renault en la era híbrida, el rechazo a suministrar motores de sus rivales (Mercedes y Ferrari) así como la repentina e inesperada decisión de un consejo de administración (Honda) de retirarse de la Fórmula 1 según propios intereses estratégicos ha recordado nuevamente la fragilidad del proyecto de Fórmula 1. La introducción del tope presupuestario, de un reglamento de motores más sencillos y económicos a partir de 2025 ha facilitado tan compleja decisión. Sin olvidar la posibilidad de asociarse con un gran fabricante -Wolff desvelaba los posibles tratos de Red Bull con el Grupo Volkswagen para su entrada a partir de aquella fecha- han terminado por decidir a Dietrich Mateschitz y Helmut Marko.
A por el 'know how' de Mercedes
Tomada la decisión, el fabricante de bebidas está dispuesto a actuar como en el pasado: con pólvora sobrada, contratando a los mejores y proporcionándoles los medios técnicos más sofisticados gracias al inmenso ‘cash flow’ que genera su modelo de negocio. Por ejemplo, como en el fichaje de Adrian Newey, cuando Mateschitz invitó al ingeniero a Austria, avión privado, todos los agasajos, paseo en caza de combate, y cheque en blanco en cuando a medios disponibles a su alcance. Cabe imaginar qué puede lograr con técnicos de alto nivel aunque anónimos en el área de motores que pueden encontrar en el proyecto de Red Bull Powertrains la oportunidad de su vida.
En estos momentos Red Bull está organizando el núcleo del programa, y como el propio Horner reconoce, su objetivo es succionar el ‘know how’ de Mercedes en matería de tecnología híbrida. “Nuestra mejor oportunidad para empezar fuerte desde el principio es traer auténtico talento con experiencia en la Fórmula 1”. Puede que en Renault y Ferrari tengan algo de éxito, pero que la base de Mercedes HPP esté no lejos de Milton Keynes anticipa que una parte importante del ‘staff’ de Red Bull llegará de Mercedes. Sobre todo, si no hay problemas de chequera. Cómo afectará en el futuro al fabricante alemán está por ver.
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— Mercedes-AMG PETRONAS F1 Team (@MercedesAMGF1) June 8, 2021
El caballero blanco de 2025
Pero Red Bull Powertrains empieza, literalmente, de cero. Ya está ampliando la estructura física en Milton Keynes para la nueva división y, como Ferrari, tendrá integradas en las mismas instalaciones su división de chasis y futura de motores. La empresa austríaca AVL, puntera en su área, y en lo que se intuye un fabuloso contrato, suministrará los más sofisticados bancos de pruebas con capacidad para trabajar con motores de combustión y eléctricos, así como bancos de un solo cilindro para prototipos con los futuros combustibles sintéticos que, previsiblemente, serán de rigor en los nuevos motores a partir de 2025.
Porque entonces llegarán las primeras unidades de potencia específicamente diseñadas y construidas por Red Bull en Milton Keynes. Hasta entonces, el equipo austríaco trabajará con Honda, pero sin Honda. Es decir, el fabricante japonés asistirá en el mantenimiento de sus actuales motores, que quedarán progresivamente congelados hasta 2025. En esta fecha quizás aparezca el caballero blanco en forma de gran fabricante cuyo estímulo habría ofrecido el empujón final que ha decidido a Dietrich Mateschitz para entrar en ese campo de minas que siempre quiso evitar. Pero volviendo la vista atrás a 2004, y constatando desde entonces los logros de Red Bull en la Fórmula 1, a ver quién osa anticipar que será un fracaso.
Red Bull sigue rompiendo los esquemas como siempre desde que llegó a la Fórmula 1 con la adquisición de Jaguar en 2004. “Pusimos un anuncio de publicidad muy básico, para echar la red y ver quién podía estar ahí. Ha tenido hasta el momento 600 respuestas, y desde todas las partes de la industria. Ha sido increíblemente estimulante”. Hace pocas fechas, Christian Horner se felicitaba por la recepción de ofertas de trabajo para afrontar el desafío último que Red Bull siempre había rechazado asumir. “Somos una compañía de bebidas energéticas, no fabricantes de motores”. Sin embargo, la empresa capaz de lanzar a la Tierra a un paracaidista desde fuera de la atmósfera afrontará el desafío último en la Fórmula 1, tanto por complejidad técnica como por coste financiero: fabricar sus propios motores. ¿Y ganar a Mercedes, Ferrari, Alpine, o cualquier otro fabricante que pueda llegar en el futuro?