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Por qué el GP de Mónaco puede convertirse en una trampa de osos para Fernando Alonso
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SOLO UNA PARTICIPACIÓN DESDE 2016

Por qué el GP de Mónaco puede convertirse en una trampa de osos para Fernando Alonso

Con sola una edición en Mónaco desde 2016, un monoplaza que no tiene todavía por la mano y un compañero rapidísimo, Fernando Alonso afronta sobre el papel un difícil GP de Mónaco

Foto: Fernando Alonso, en la rueda de prensa oficial del GP de Mónaco, que compartió con Lewis Hamilton.
Fernando Alonso, en la rueda de prensa oficial del GP de Mónaco, que compartió con Lewis Hamilton.

Fernando Alonso es el único piloto que ha logrado ganar el GP de Mónaco durante dos años seguidos (2006 y 2007) con dos monoplazas diferentes (Renault y McLaren). Pero este fin de semana afronta una edición particularmente delicada y compleja tras dos años fuera de la Fórmula 1. Porque el trazado monegasco es quizás el mayor desafío hasta el momento en su proceso de reaclimatación a la disciplina.

Superado por Esteban Ocon en entrenamientos y carrera (salvo en la primera por problemas no imputables al francés), admitiendo además que todavía no tiene su A521 totalmente por la mano, las calles del principado suelen dar oportunidades al talento natural por encima del nivel de la máquina. Puede también comprometer los flancos débiles como en el caso del asturiano, porque los antecedentes de 2021 tampoco juegan a su favor.

El peor circuito

“Estoy dando mi 100%, pero, obviamente, no es suficiente para estar a ese nivel (de Ocon) en este momento, tengo que seguir mejorando”, reconocía el piloto español tras el Gran Premio de España. Al margen de la inmersión necesaria para exprimir el comportamiento y potencial del A521, Alonso también desvelaba recientemente que su monoplaza requería ciertas adaptaciones para responder a su instinto natural de pilotaje, como la sensibilidad y respuesta de la dirección asistida, así como otros elementos que no precisaba, pero a los que habrá que esperar ya a 2022. Las cuatro primeras carreras también han tensado la cuerda especialmente en su respuesta a una vuelta en los entrenamientos clasificatorios. Ningún circuito tan determinante severo como Mónaco en este sentido.

Puesta a punto muy específica, de gran carga aerodinámica, mínimo subviraje y un tren trasero bien plantado y con buena tracción, el trazado de Mónaco exige confianza en la montura para lamer los raíles y apurar las trazadas. También llevar la temperatura de neumáticos antes de las vueltas lanzadas de los clasificatorios al punto óptimo antes del ataque definitivo. Y si Alpine no lograra implementar una asistencia de dirección más acoplada a las sensaciones de Alonso este fin de semana, Mónaco podría convertirse una auténtica trampa para osos asturianos.

Poco Mónaco desde 2016

“Creo que el coche será rápido en Mónaco”, anticipaba el piloto español atendiendo al rendimiento del A521 a una vuelta, más si cabe en manos de Ocon. “Una de las cosas en las que debo mejorar es en extraer el máximo del coche a una vuelta. Y cuando atacas, hay que tener confianza en él, en lo que hace. Y no estoy al cien por el momento”. En la dificultad extrema para adelantar en el trazado monegasco prima la posición de parrilla como en ningún otro. Precisamente, uno de los puntos más positivos del A521 hasta el momento, cuyo ritmo de carrera se despareja respecto al sábado. Al menos uno de los monoplazas franceses ha entrado en el Q3 en todas las carreras esta temporada. Ocon siempre, salvo en Bahrein. En España fue quinto, por delante de McLaren y el Ferrari de Carlos Sainz. Repetir en Mónaco semejante rendimiento puede meter palos en las ruedas de McLaren y Ferrari el domingo. Precisamente la única pista donde Alpine puede neutralizar el sábado la desventaja que sufre el domingo

“En Mónaco es crucial que pueda sacar el máximo del coche en los clasificatorios, así que soy cauteloso más por mí que por el coche. Digamos que me siento confiado en el coche, pero tengo que trabajar en mí mismo desde este punto de vista también, depende de mí”. Precisamente los raíles de Mónaco no serán su mejor aliado, pero tampoco su compañero, Esteban Ocon. El francés muestra una actitud diametralmente opuesta en términos de confianza para exprimir el A521 a una vuelta y, de confirmarse serias diferencias entre ellos, Alonso debería evitar que fueran demasiado embarazosas. En este sentido, su compañero puede convertirse en su principal enemigo este fin de semana.

Pero Mónaco también ofrece la oportunidad al piloto español en un trazado sin curvas de alta velocidad para poner a prueba su proceso de adaptación en otras circunstancias desconocidas en 2021. De aquí la incógnita de su rendimiento este fin de semana. Porque el español también tendrá que reencontrarse a sí mismo en un trazado urbano extraordinariamente exigente desde el punto de vista mental y con demandas totalmente diferentes a otras pistas. De hecho, desde 2016 y tras su ausencia en la edición de 2017 para participar en las 500 Millas tan solo ha competido aquí en 2018. Por tanto, el escaso contacto con un monoplaza en esta pista durante estos años compromete al español, especialmente el sábado. Seguro que si le preguntaran, Fernando Alonso hubiera preferido que el GP de Mónaco cerrara este año su reencuentro con la Fórmula 1.

Fernando Alonso es el único piloto que ha logrado ganar el GP de Mónaco durante dos años seguidos (2006 y 2007) con dos monoplazas diferentes (Renault y McLaren). Pero este fin de semana afronta una edición particularmente delicada y compleja tras dos años fuera de la Fórmula 1. Porque el trazado monegasco es quizás el mayor desafío hasta el momento en su proceso de reaclimatación a la disciplina.

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