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Quién iba a creer que Kimi Raikkonen se arrodillaría porque se lo pidió Hamilton
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EL DEBATE INTERNO ENTRE LOS PILOTOS

Quién iba a creer que Kimi Raikkonen se arrodillaría porque se lo pidió Hamilton

Por primera vez, la Fórmula 1 escenificó una reclamación social, contra el racismo a instancias de Lewis Hamilton, que encontró una respuesta final diferente según qué piloto

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Parrilla de salida del Gran Premio de Austria. Bernie Ecclestone debía ver las imágenes entre sorprendido y divertido. 14 pilotos habían hincado una rodilla en el suelo como gesto contra el racismo en el contexto de la campaña con la que Lewis Hamilton había arrastrado a la Fórmula 1. Durante décadas, Ecclestone mantuvo alejado este mundo de todo pronunciamiento social o colectivo. Era anatema. Nada asustaba más a los patrocinadores y promotores que mezclar su imagen con causas políticas, divisivas o polémicas. En el Red Bull Ring, se rompieron los cánones tradicionales.

A primeros de junio, Hamilton entró como elefante en cacharrería en el tema señalando a sus compañeros y figuras emblemáticas por no comprometerse lo suficiente contra el racismo y la falta de diversidad de la Fórmula 1. Algunos, sorprendidos y molestos por el arranque del británico y su enfoque del tema. Desde entonces, muchos se vieron situados entre la espada y la pared al ser puestos bajo el foco público por sus respectivos posicionamientos en el gran premio. Cuando ingenuamente Lando Norris desveló días antes el debate interno, añadìa más presión a quienes no compartían ese esperado gesto último y tan gráfico de arrodillarse ante millones de espectadores con distintas sensibilidades y contextos sociales. Pero ¿alguien pensaba de verdad que Kimi Raikkonen se iba a poner de rodillas?

Lo que sea, pero no arrodillarse

“Veo a aquellos de vosotros que permanecéis callados, algunos las estrellas más grandes, pero os mantenéis el silencio en medio de la injusticia. Ni una señal de mi sector que, por supuesto, es un deporte dominado por los blancos. Soy el único de color aquí, pero soy el único que se levanta solo” fue la primera declaración pública en junio. Casi de guerra, y algunos colegas se dieron por aludidos y reaccionaron rápidamente a la defensiva en las redes sociales, como Lando Norris o Daniel Ricciardo. Pero la bola ya había echado a rodar. En las últimas semanas, la intensa militancia del británico encontraba eco en Mercedes y la propia organización de la Fórmula 1, que ponía en marcha a toda prisa la iniciativa #WeRaceAsOne. Chasey Carey, máximo responsable de Liberty, donaba un millón de dólares de su propio bolsillo.

Para Hamilton no era suficiente. Pretendía gestos nítidos de sus colegas, algunos remisos a poner esa rodilla en suelo surgida en Estados Unidos en circunstancias y contexto muy particulares, y de connotaciones políticas en los últimos tiempos. Varios manifestaron a Hamilton que compartirían cualquier iniciativa contra el racismo, pero no arrodillarse. El sábado, el británico siguió aplicando presión pública tras el panorama que encontró en la primera reunión. Siempre a preguntas de los periodistas pero sin obviar sus intenciones finales, para las que había encontrado el apoyo de los responsables de la GPDA, la asociación de pilotos representada por Romain Grosjean y Sebastian Vettel, aliado directo de Hamilton en esta historia.

placeholder Lewis Hamilton se ha mostrado muy activo en todo tipo de frentes en su lucha contra el racismo (MERCEDES AMG)
Lewis Hamilton se ha mostrado muy activo en todo tipo de frentes en su lucha contra el racismo (MERCEDES AMG)

"Lo que considereis correcto"

Hamilton tuvo que recoger inicialmente velas en el Red Bull Ring porque muchos le reprocharon haberles puesto en el disparadero. “En la reunión vi que muchos pilotos…obviamente, se interpretó un mensaje que puse, no iba dirigido en particular a los pilotos”. Pero su primer mensaje público fue claro. El británico dejó caer además juicios velados hacia algunos de sus compañeros. “Dí las gracias a la gente que se había manifestado en las redes sociales porque tienen una gran voz, una plataforma, y animaba a otros a que dijeran algo, describiendo que el silencio era un escenario de complicidad. Sigue habiendo silencio en algunos casos, pero creo que es parte del diálogo de gente intentando entender, porque hay gente que no lo entiende totalmente cuáles son las razones para estas protestas”. Las entendían, pero no hasta el punto de hacer seguidismo total al británico.

Varios pilotos manifestaban a Hamilton que representaba al movimiento Black Lives Matter, cuya evolución política se ha acentuado en las últimas fechas, especialmente en Gran Bretaña y Estados Unidos. Para algunos, la rodilla en el suelo era la expresión última de ese movimiento. “Nadie debería ser forzado a una escenario donde hubiera que arrodillarse, y me gustaría corregir una historia incorrecta que circula. Nunca he pedido a nadie que se arrodillara, ni siquiera lo saqué, lo sacó la Fórmula 1 y también la GPDA. Cuando en la reunión de pilotos Seb (Vettel) y (Romain) Grosjean preguntaron a los pilotos si lo harían o no, hubo varios que dijeron que no lo harían, y dejé a todos que dijeran lo que quisieran. Me abrí a ellos y les dije “Mirad chicos, haced lo que sintáis que es correcto”.

"Arrodillarse no cambia el mundo"

Algunos pilotos habían sugerido inicialmente que se adoptara una postura colectiva. O se arrodillaban, o no. De lo contrario, quienes no lo hicieran podían verse sometidos a presión pública ante una posible falta de empatía por semejante causa. Pero Lewis se arrrodillaría sí, o sí. Por ello, algunos se curaron en salud antes de llegar a la ceremonia de la parrilla. “Creo que lo que importan son los hechos y comportamientos en nuestra vida cotidiana más que los gestos formales que podrían ser controvertidos en algunos países”, tuiteaba Charles Leclerc por la mañana, “no voy a arrodillarme, pero esto no significa en absoluto que tenga menos determinación que otros en la lucha contra el racismo”. Verstappen se manifestó en la misma línea. Al final, todos posaron con una camiseta negra y el slogan, pero Charles Leclerc, Max Verstappen, Carlos Sainz, Daniil Kvyat, Kimi Raikkonen y Antonio Giovinazzi se quedaron de pie. En algunos casos, como Sainz, señalando ese eslogan.

Eso sí, Hamilton se desmarcaba de la unidad al añadír el ‘Black Lives Matters’ a su camiseta. El británico tuvo inclusio que clarificar tras la carrera que utiliza la imagen de este movimiento para promover la igualdad, alejándose de las proclamas políticas incorporadas al mismo en los últimos tiempos y alejadas de temas relacionados con el racismo, especialmente en su país, por lo que británico intentó separar sus reinvicadiones sociales de las políticas. “Estoy muy agradecido a quienes se han arrodillado conmigo, creo que es un mensaje poderoso pero, finalmente, si te arrodillas o no, no va a cambiar el mundo. Este es un tema mucho mayor que algo tan pequeño como esto. Pero todo el mundo tiene el derecho a su opción personal, y para mí, personalmente, era lo que debía hacer”. Fue lo que intentó desde días atrás. Seis pilotos no pensaron lo mismo.

Parrilla de salida del Gran Premio de Austria. Bernie Ecclestone debía ver las imágenes entre sorprendido y divertido. 14 pilotos habían hincado una rodilla en el suelo como gesto contra el racismo en el contexto de la campaña con la que Lewis Hamilton había arrastrado a la Fórmula 1. Durante décadas, Ecclestone mantuvo alejado este mundo de todo pronunciamiento social o colectivo. Era anatema. Nada asustaba más a los patrocinadores y promotores que mezclar su imagen con causas políticas, divisivas o polémicas. En el Red Bull Ring, se rompieron los cánones tradicionales.

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