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Carlos Sainz o el arte de dar la vuelta a la tortilla cuando te iban a dar para el pelo
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Carlos Sainz o el arte de dar la vuelta a la tortilla cuando te iban a dar para el pelo

Sainz salió desorientado y confundido de Spa, consciente de que el panorama iba a ser peor en Monza. Sin embargo, el español fue capaz de romper los negros pronósticos previos

Foto: Carlos Sainz, durante el Gran Premio de Bélgica. (EFE)
Carlos Sainz, durante el Gran Premio de Bélgica. (EFE)

Carlos Sainz fue octavo en Gran Premio de Italia, pero en el aeropuerto de Milán, donde conoció la descalificación del Haas de Romain Grosjean. Los responsables de Renault nunca habían esperado tal resultado antes del fin de semana de Monza y sí ser superados en el mundial por el equipo americano en una de las dos peores pistas más temidas del calendario junto con Spa.

Días atrás Sainz y su equipo habían quedado desconcertados con el rendimiento del monoplaza francés, tanto en los entrenamientos como en carrera. “Nos encontramos con un coche muy diferente al del viernes y el fin de semana no fue como el que todos esperábamos”, explicaba el piloto español tras la complicada experiencia en Bélgica. “La de Monza va a ser la Q3 más difícil de todo el año”, anticipaba ante lo visto en Spa. Sin embargo... Esta es la historia de cómo se logra dar la vuelta a la tortilla en la Fórmula 1.

Sin la menor pista

En Spa, Sainz solapaba la telemetría de la vuelta de preparación de entrenamientos clasificatorios del viernes con la del sábado. Divergían de forma inexplicable, y ni el equipo ni el piloto entendían por qué. El RS 17 sufría una hemorragia en el segundo sector. Atrapado en el Q1, el monoplaza fue a su aire y la carrera un desastre. Ante semejante panorama, el equipo aprovechó para penalizar a un Sainz que salió desde el fondo de la parrilla. Aunque remontara hasta la decimoprimera posición, Renault se marchó con el primer cero de la temporada y Hulkenberg sancionado para Monza.

Foto: Fernando Alonso y Carlos Sainz en el pasado Gran Premio de España. (EFE)

Las simulaciones anticipaban un rendimiento similar en el circuito italiano. “Asumimos que nuestra ventaja va a desaparecer como el hielo en el agua”, avisaba Cyril Abiteboul ante las perspectivas de su equipo y la remontada que Haas está protagonizando en la lucha por la cuarta posición que mantienen los dos equipos. Entonces, Sainz se puso a empollar.

Un monoplaza patas arriba

El piloto español tenía dos días libres antes de acudir a Monza y se marchó a Mallorca. Con todos los papeles de Spa en la cartera, se encerró en una habitación, cogió papel y lápiz y analizó todas y cada una de las vueltas del fin de semana, tanto libres como oficiales y de carrera. Comprobó también todos y cada uno de los cambios realizados en el monoplaza, y aquellos que quiso pero no pudo probar. Sacó así sus conclusiones sobre lo que necesitaba ese monoplaza lento de Spa. Y se marchó con los papeles para Monza.

El jueves se sentó con su equipo técnico. “Creo que esto y esto es lo falta al coche, esto y esto es lo que quiero probar. ¿Qué os parece a vosotros? Es una cuestión de instinto, de ‘feeling’ personal, el coche debería ir por aquí”, planteaba el español a sus ingenieros. Ante el resultado de Spa y el trabajo realizado por Sainz, estos decidieron darle un voto de confianza y apostar por la línea técnica sugerida por el español. Los cambios suponían poner el monoplaza patas arriba, como el propio Sainz recordó terminado el gran premio italiano. Con Hulkenberg neutralizado por su sanción, Sainz iba asumir todo el peso especifico de Renault en una una de las peores pistas de 2018.

Una vuelta extraordinaria

Comenzó a tener buenas sensaciones desde que salió al asfalto. Pero los entrenamientos oficiales, "el peor Q3 de la temporada", debían confirmarlo. Ya en la primera vuelta del Q1 Sainz se marcó un crono extraordinario que le colocó a un segundo de Kimi Raikkonen. No necesitó otro intento para pasar al Q2, mientras que su compañero tuvo que salir de nuevo a la pista. Ambos, además, se vieron obligados a usar un alerón de mayor carga aerodinámica en los clasificatorios ante los problemas del DRS del alemán en los terceros libres.

Foto: Rafa Nadal, el 'hombre de hielo' en el US Open. (Reuters)

Parte del fin de semana se estaba jugando en esos momentos. En el Q2, Hulkenberg le ayudaba con un rebufo en la recta, aunque no en el resto del giro. El impensable Q3 ya estaba en el bolsillo. Y, además, el equipo acertaba una y otra vez con la estrategia, ya que siempre que enviaba al español a la pista le colaba al rebufo de los Ferrari y Mercedes. También lo lograron en el último intento. Dejó pasar a los Ferrari, les echó el lazo y completó a su rebufo otra gran vuelta. Fue sexto gran parte de la última sesión, superado in extremis por Grosjean. El inesperado resultado llenó de satisfacción a equipo y piloto ante la sensación de que todos había estado perfectos. Pero faltaba rematar la faena.

Cuatro puntos de oro

Grosjean y Haas iban a ser inalcanzables. Se trataba por tanto de mitigar los daños y puntuar a toda costa. Sainz llevó a cabo un larguísimo primer relevo, con unos tiempos inesperados ante lo visto una semana atrás en Spa. Perez también alargó el suyo, y al final los dos monoplazas del ex Force India terminaron por delante del español. “Creo que he puesto el coche donde no estaba previsto este fin de semana”, reconocía orgulloso Sainz, satisfecho del resultado de su trabajo personal. Sabía lo que había detrás. El equipo también, como se comprobó con la cerveza de celebración tras la carrera con los ingenieros del equipo. La descalificación de Grosjean fue un regalo inesperado. Como para Renault, que de perder la cuarta posición del campeonato aumentaba su ventaja en cuatro puntos más sobre Haas, aunque ahora también acecha el equipo de Ocon y Pérez.

La próxima cita será en Singapur. Una pista donde el motor no adquiere tanta relevancia, y donde el equipo francés incorporará una nueva evolución aerodinámica. Abiteboul y compañía esperan que sus dos pilotos vuelvan a la posición natural de otras pistas, el séptimo y octavo puesto. Es además uno de los circuitos favoritos de Carlos Sainz, donde ha logrado su mejor resultado -cuarto- en la Fórmula 1. Tras dar la vuelta a la tortilla en Monza, sería buen momento el comérsela en Singapur.

Carlos Sainz fue octavo en Gran Premio de Italia, pero en el aeropuerto de Milán, donde conoció la descalificación del Haas de Romain Grosjean. Los responsables de Renault nunca habían esperado tal resultado antes del fin de semana de Monza y sí ser superados en el mundial por el equipo americano en una de las dos peores pistas más temidas del calendario junto con Spa.

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