McLaren o cómo tres años en el barro pueden vaciar las arcas de un equipo de Fórmula 1
A lo largo de los tres últimos años, McLaren ha rendido por debajo de lo esperado y más allá de la evidente decepción deportiva, ello tiene un efecto en la economía de Woking
McLaren cerrará en Abu Dhabi la peor etapa de su historia, cuando se acabe su asociación de tres temporadas con Honda. Lejos quedan los sueños de replicar los éxitos de finales de los 80 y principios de los 90. Ahora, hay que olvidarse del sushi y los mochis para pasarse a la cassoulet y los croissants. Llega Renault y las cosas irán —en teoría— mejor. Pero, ¿qué es lo que McLaren ha perdido en tres años? A nivel deportivo, mucho. Pero también a nivel económico.
Está claro que si un equipo no acaba en posiciones tan altas como debería, se pierde una determinada cantidad de dinero en premios. McLaren tenía potencial en su chasis para estar entre los cuatro primeros clasificados, de manera que sus resultados entre 2015 y 2017 están muy por debajo de lo que deberían haber sido. Esto significa que la asociación con Honda costó dinero en materia de premios recibidos por sus resultados. Se trata de tres años que han dañado la economía del equipo.
El precio de correr con Honda
El reparto del dinero en el mundo de la Fórmula 1 es un asunto complejo y con muchos detalles que jamás salen fuera del pequeño círculo de gente a quien realmente concierne. Como tal, es muy difícil, por ejemplo, saber exactamente qué cantidad de dinero recibe McLaren en calidad de equipo histórico —como Ferrari o Mercedes— o los detalles más íntimos de los porcentajes que van para cada escuadra. Sí que hay ciertos datos que son públicos y nos permiten entender hasta qué punto los desastres deportivos de McLaren entre 2015 y 2017 han repercutido en sus ingresos. Para ser precisos, a nivel deportivo, McLaren ha perdido alrededor de 100 millones de euros en tres temporadas, por cuanto en 2015 y 2017 ocupó la novena posición en constructores, mientras que en 2016 fue sexta.
La respuesta inmediata sería recordar que, si bien McLaren perdió dinero por sus malos resultados, también recibió importantes ingresos por parte de Honda. Mientras el equipo de Woking cobraba por usar los motores japoneses, otros equipos pagan por usar propulsores clientes... claro que Ferrari, Mercedes y Renault ganan dinero con esos mismos motores que alquilan a otros equipos. ¿Y qué hay de las pérdidas indirectas derivadas de los resultados de McLaren desde 2015? Esas son ya mucho más difíciles de cuantificar, aunque nos podemos hacer una idea viendo lo vacío que está el coche de patrocinadores más allá de los mínimos sponsors técnicos y un par de 'partners' tecnológicos. Poca cosa para un equipo que a nivel de resultados, ha sido muy poco atractivo en tiempos recientes.
Benditos inversores y Zak Brown
Hay una regla de oro en el mundo de la Fórmula 1 que dice que no se puede llevar un proyecto al título en menos de tres años. A McLaren se le acabó la paciencia con Honda antes de tiempo y en 2018 la cuenta parte desde cero con la llegada de Renault pero por una vez, el equipo de Woking parte con una pequeña ventaja: Zak Brown lleva ya un año en el equipo. La presencia del estadounidense es crucial en el objetivo de darle la vuelta a la situación de McLaren. Brown es un experto hombre de negocios y una de sus especialidades está precisamente en las negociaciones con inversores y patrocinadores. En otras palabras, es uno de los mejores candidatos para revitalizar el aspecto económico de la escuadra.
En algunas culturas, existe la tendencia de hacer las cosas deprisa y mal, con ansias de generar resultados de forma inmediata incluso si ello perjudica el proyecto a largo plazo. Brown entiende la Fórmula 1 y el automovilismo y sabe que no se puede solventar una situación como la que vive McLaren en un año. De ahí el renacimiento del equipo a nivel de imagen que se ha vivido en 2017. Comparando los equipos de este año y el pasado, casi parece que sean estructuras distintas. La salida de Ron Dennis, la vuelta del naranja —en 2018 se podría volver a la tonalidad 'papaya' clásica— y el buen trabajo en materia de imagen han sentado buenas bases. Ahora toca trabajar en la llegada de nuevos patrocinadores y con un mejor motor y sus buenos pilotos —tanto presentes como futuros—, McLaren vuelve a ser un prospecto atractivo.
Claro, que si todo esto es posible, es gracias a unos inversores que apoyan al ente conocido como McLaren Racing, la compañía dedicada a la Fórmula 1 dentro del grupo McLaren. No hace mucho, Jonathan Neale tranquilizaba a todo aquel que quisiera escucharle, explicando que el equipo no está en riesgo puesto que el grupo tecnológico puede cargar con el peso de una estructura de la categoría reina que no genere dinero... pero también dejó claro que no es una situación que pueda mantenerse indefinidamente. ¿Unos pocos años? No hay problema. Pero McLaren necesita ganar de nuevo. A fin de cuentas, ¿dónde se genera el prestigio del nombre? Exacto, en la Fórmula 1.
McLaren cerrará en Abu Dhabi la peor etapa de su historia, cuando se acabe su asociación de tres temporadas con Honda. Lejos quedan los sueños de replicar los éxitos de finales de los 80 y principios de los 90. Ahora, hay que olvidarse del sushi y los mochis para pasarse a la cassoulet y los croissants. Llega Renault y las cosas irán —en teoría— mejor. Pero, ¿qué es lo que McLaren ha perdido en tres años? A nivel deportivo, mucho. Pero también a nivel económico.
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