"Hay familia a la que vemos menos que a Perico Delgado. Es uno de los nuestros"

Nunca es fácil encontrar el momento para publicar un libro. Pero dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. En esa fase se encontraba Juanma Trueba (Pozuelo de Alarcón, Madrid, 1968), cuando Planeta le sugirió hacer uno de ciclismo. "Cuando a uno le va bien, piensa que ya escribirá un libro cuando le vaya mal", relata en conversación con El Confidencial. Ha escrito Diccionario de ciclismo, un glosario sentimental con 100 conceptos en los que resume de forma subjetiva el ciclismo.

Su pluma ha sido, y es, una de las más brillantes del periodismo deportivo español. Desde hace tiempo, sus seguidores le pedían que escribiera un libro, pero nunca se había animado. Trueba lo explica: "En octubre fue cuando Planeta se puso en contacto conmigo para hacer este libro. Antes, ya lo habían hecho, pero yo no estaba receptivo porque tenía muchas cosas que hacer. Yo era un periodista al que se puede decir que le iba bien y lo tenía todo cubierto. El año pasado, sin embargo, me vino bien porque no tenía las cosas claras. Me pareció halagador y no podía decir que no".

La bibliografía de ciclismo es numerosa, con Marcos Pereda y Ander Izaguirre como autores españoles más destacados. "Me aterró escribirlo de ciclismo, porque está todo muy bien escrito. Compararía la literatura del ciclismo con la del boxeo". Trueba, una mente original como pocas, tuvo que buscar uno de sus habituales enfoques para plantar las semillas de este libro. "Planteé la idea del diccionario porque, cuando era pequeño, en mi casa había muchos libros viejos de ciclismo. Uno de ellos se llamaba 100 años de ciclismo, planteado como una especie de diccionario de personajes. Me pareció divertido y me lancé".

Una selección subjetiva

"La afición me viene por mi padre". Sin él, hubiera sido imposible escribir este libro, como detalla en la introducción. "Él lleva tiempo diciéndome que se quiere quitar de encima todas las revistas que lleva coleccionado desde hace 50 años, españolas y francesas. Y tiene mérito porque él no habla francés, pero las compraba, así que imagínate cómo de aficionado es. Además de que son muy prestigiosas, te encuentras cosas que no están en internet. Y eso es como dar con un tesoro".

Los 100 conceptos elegidos no siguen ningún criterio, de ahí que sorprenda que aparezcan algunos nombres propios y otros no. Están Miguen Indurain, Perico Delgado, Alberto Contador, Federico Martín Bahamontes y Luis Ocaña. Pero Trueba ha omitido a Sastre y a Pereiro en esa lista de españoles que han ganado el Tour. "Los dos que me citas me pillaron en mi etapa profesional, no como aficionado joven. Ninguno forma parte de mi paisaje de héroes; supongo que por cosas de la edad. Porque tiendes a hacer héroes a aquellos con los que has disfrutado siendo chaval".

Ángel Arroyo, subcampeón del Tour en 1983, aparece como uno de esos nombres propios del glosario. Su buen papel en esa edición hizo que a TVE, que no había previsto emitir ninguna etapa, no le quedara más remedio que retransmitirlas en directo. "Es una pieza fundamental en la modernización del ciclismo español. Y el responsable de que se acabaran las siestas en verano. Los primeros españoles modernos son Perico y Peio Cabestany; Arroyo todavía tenía la cara de los ciclistas antiguos, que tenían un aspecto de agricultores sufridos. Él se quitó los complejos y fue a por el Tour, que no ganó por un pelo. España llevaba diez años sin hacer nada y aquello lo cambió todo".

El surrealismo de Bahamontes

"Todo lo que rodea a Bahamontes es surrealista". El primer español campeón del Tour es al que más espacio le ha dedicado Trueba en el libro. "Lo que hacía no tenía ninguna coherencia. Igual se bajaba de la bici y se escondía detrás de unos matorrales para no ir el primero en una bajada. O se paraba a tomarse un helado por la gran distancia que le llevaba al pelotón… Ese tipo de chulería hispánica era en el fondo una inconsciencia absoluta".

Trueba relaciona en el libro a Bahamontes con los pícaros del Siglo de Oro. Habla de su capacidad de supervivencia y de sus innegables cualidades cuando se subía a la bici. "Era hijo de la guerra y, por tanto, un superviviente. Era un tío solitario que se buscaba la vida. Tiene cosas tanto de los hermanos Marx como de Salvador Dalí. Si no fuera disparatado, no sería genial. No tuvo ningún complejo en el Tour, a pesar de tener peor equipo, equipamiento, alimentos… Al contrario. Siempre se sintió más que todos los que corrían". Incluso hablaba de que hacía el amor dos veces al mes… Y solo en los seis meses que no competía.

Chava Jiménez es el ciclista cuya personalidad es directamente proporcional a la de Bahamontes. Solo él tuvo una locuacidad y protagonizó anomalías comparables con la del Federico. "Chava tenía carisma y una manera de correr que iba en contra de toda lógica. Le dijeron que él tenía capacidad para ganar el Tour, pero respondió que no estaba entre sus planes pasar hambre. Los genios no suelen ser sensatos".

"Indurain invita a la reverencia y Perico, al abrazo". Las diferencias entre ambos siempre han estado presentes, especialmente cuando Miguel relevó a Delgado como español más destacado en Francia. "Delgado es el ciclista del pueblo en España y un tío divertido. Lleva 40 años, como ciclista o comentarista, en el Tour. Es que hay familia a la que vemos menos. Es uno de los nuestros".

Son muchos los que han escrito de ciclismo, pero Trueba se queda con tres nombres: Carlos Arribas, Ander Izaguirre y Marcos Pereda. "Me gusta el estilo de Pereda y Arribas ha sido, sin duda, uno de los grandes. Y lo sigue siendo. Con Izaguirre hay que quitarse el sombrero porque, a la condición de escritor, añade que es prácticamente profesional".

Primerizo en esto de escribir libros, no descarta en absoluto que haya descorchado la botella y que publique más en el futuro. "Tengo la sensación de que he escrito muchos artículos en vida y que se han quedado como lágrimas en la lluvia. Pero los libros se quedan. Cuando estás fuera de foco, publicar un libro es como hacer un currículum".