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Dos Yates juntos al comando, dos favoritos que no defraudan: el Tour empieza en Bilbao con fiesta y calor
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PRIMERA ETAPA DE LA 'GRANDE BOUCLE'

Dos Yates juntos al comando, dos favoritos que no defraudan: el Tour empieza en Bilbao con fiesta y calor

La última vez que el Tour empezó por el País Vasco fue en 1992. Igual recuerdan: Indurain gana el prólogo, Zülle bonificando en Agiña al día siguiente... y este sábado tuvo de todo

Foto: Adam Yates celebra su victoria en el Tour. (EFE/EPA/Christophe Petit Tesson)
Adam Yates celebra su victoria en el Tour. (EFE/EPA/Christophe Petit Tesson)

Hacía calor en Bilbao. Igual ustedes no lo saben, porque los de Bilbao apenas hablan de sí mismos, pero a la ciudad le dicen Botxo. Botxo es 'agujero', en euskara, porque aquello está rodeao de montes y entonces se quedan allí nubes como si estuviesen haciendo gyozas al vapor, y viene el verano caluroso, eh, viene el verano caluroso. Así que hacía calor en Bilbao, con rollito sudores grandes, y empezaba el Tour de Francia, que trae gotas mayores. Se hacen cargo, supongo.

La última vez que el Tour empezó por el País Vasco fue en 1992. Igual recuerdan... Indurain gana el prólogo, Zülle bonificando en Agiña al día siguiente, el futuro pódium escalando escapaos Marie Blanque un lunes mientras Lemond intentaba mover cuesta arriba ese culo gordísimo que acabó echando. Vamos, que estuvo bien, estuvo guapísimo, vamos a repetir. Preferiría que no echasen cuentas sobre cuánto hace de aquello, y los años que maneja servidor.

Ahora somos más viejos, calzamos más canas, tenemos cinismo grande. Pero, qué quieren que les diga, llega julio y se te pone cara cubinoluzardidenesca que tira para atrás. Vamos, que ilusión. Vamos, que guay.

Foto: Enric Mas tuvo que recibir atención médica. (Reuters/Benoit Tessier)

A ver, la etapa era dura, dura. Se lo conté el otro día, así que prefiero no repetir como hacen los estudiantes malos (y los ciclistas buenos, cómo repitió de Vlaeminck en Roubaix). Yo, como periodista responsable, reconocí el asunto hace meses, aunque ellos van más rápido, eh, ellos van más rápido. Pero... que ganará alguien gordo. A ver, no gordo de estar gordo, porque Darío Pieri no corre, sino gordo de 'qué bien luce este paisano en el palmarés'. Gordo tipo, 'jo, qué gordo lo que ha hecho Hinault'; gordo tipo sacar afiches con su cara. ¿Quieren que me moje? Pues cuatro tíos, la manita siendo generoso. Vingegaard y Tadej, que están a todas, que lo mismo pueden trincarte un repecho que un col, una Clásica que el Primavera de Novela (si Juan del Val pudo, Jonas puede). Luego... los 'vans'. El más fino, que se llama Mathieu, que es nieto de Raymond. Y Wout van Aert, que libraba en sus labores de limpiapiscinas, jardinero y profe de flamenco para los niños y, cuando tiene libertad, se convierte en un sputnik (o regala Clásicas de espesor, eso también). El quinto es Alaphilippe y lo citamos porque... en fin, porque es francés. Lleva veinte meses Alaphilippe que exhibe solo bandera para ser considerao outsider, pero siendo esto el Tour. También podría ir el tema a Peter Sagan, pero Pike corona justo en las ruinas de una disco, y posiblemente se detenga para reactivar el negocio. Antes hay una bodega de txakolí... no, imposible para Sagan. Vamos, que chulísimo.

Viniendo para acá me cruzo con un montón de paisanos en bici. Subiendo en dirección a Pike. Pike es el último puerto de la etapa y es una pared horrorosa, una tortura de riñones, una venganza de Belisario. Pike es que sea lunes, tengas dentista a las once, más tarde trimestre, después tomas café de máquina y a las doce y media te llegue un whatsapp de tu pareja con la frase: '¿Crees que esto es normal?', y luego la cursiva de 'escribiendo' que no se mueve en un rato... Eso es Pike. Claro que a Pike puedes subir por varios sitios y estos paisanos iban por uno más faciluco. Y menos mal. Porque hay gente con ropa más justa que Yola Berrocal, pero otros suben con lo que pueden. Lo que pueden significa, en alto porcentaje, una camiseta naranja (recordando a Samuel Sánchez) o una camiseta del Athletic. También vi maillots del Athletic. Y qué bonitos los maillots del Athletic.

Ah, 'acá' es la sala de prensa, un sitio con periodistas jóvenes y periodistas viejos. Si usted anda corto de vista, puede identificar a unos u otros dependiendo de lo que beben (Red Bull o café). Animado el asunto, porque siempre escuchas cosas. Omitiremos por pudor, claro... (Que no se me pase... muchas gracias al Tour por poner la sala de prensa justo enfrente de 'Sanitarios Pereda'. Bonito gesto).

Un inicio de impresión

La salida fue en San Mamés, por seguir con el Athletic, y allí había mogollón de peña, y estaba Landa vestido con maillot blanco, que, mira, eso que hemos ganado, con Landa, mejor joven, tío, porque esconder tu edad es de coquetos, es de landistas. Tiraba el grupo para septentrión hasta llegarse a la costa... Y, miren, pues lo esperado. Que escapada. Cinco, menos peligro que Corín Tellado en la batalla de Caporetto, optimismo a lo Paco Jémez contra Brasil del 70. Allí estaban Calmejane, Ferron, Guglielmi, Gregaard y el campeón de España, Pascal Eenkhoorn. El botín era guay, con maillot avaricelado, y siempre luce el esfuerzo de pocos frente al esfuerzo de muchísimos, y tampoco esperábamos a Laporte rompiendo bielas desde Getxo, y a mí no me miren, que yo no les vendo ciclomotores...

Así que... guion previsto, carretera preciosa para la bici (pero con desnivel para deprimir a Quaranta), bosques, vistazos a la mar, gente como para llenar diez Bernabéus (los Bernabéus es medida aceptada en juntaletras de lo patrio).

Vale, aprovechemos para dar garbeuco. Es lo guay de las carreras de bicis, que te das garbeucos y ves tema, porque, si no, se queda el rollo un poco de mirar paisanos vestidos raro (y los de ese equipo yanqui, vistiendo peor que raro). Este viernes anduve por la fan zone (vine a Bilbao para presentar una locura que llamamos Landismo, un libro con doce autores y más moral que Vainsteins preparando el Tour), y estaba aquello precioso, con gente haciendo cola para sacarse fotos, gente haciendo cola para subirse en un rodillo (prometo que yo a un rodillo no me subo ni obligado) y gente haciendo cola porque sí, por el gusto de hacer cola. Pero pintoresco. Este sábado no me fui hasta allá (porque caía lejos), sino que anduve por entre autobuses de equipos. En el del Israel pedí una foto de Froome y me dijeron que costaba 500 euros, para cubrir gastos; en Movistar quise comprar un maillot, pero me dijeron que no, que no gastase, no gastes, no gastes; en Jumbo regalaban rubíes y bonos para que Van Aert fuera a limpiarte la casa. Ah, también estaba el del EF, pero preferí no acercarme, por si Simmons trae colegas rednecks...

placeholder El Tour de Francia ha empezado a lob grande. (Reuters/Papon Bernard)
El Tour de Francia ha empezado a lob grande. (Reuters/Papon Bernard)

Vuelta a la competición, que sigue todo igual, sube que te baja, la fatiga, eh, la fatiga. Ah, y luchan contra este horrible resol. Vale, el concepto 'resol'. Resol es como decimos en el norte a esos días donde hay nubes, pero no son nubes muy gordotas, no son nubes negras, no son nubes de asustar, y entonces se filtra el solete por allí, y no cae a plomo, pero es cosa de abochornarte, y a veces te quemas, con el resol, y tiene peligro, el resol, y para la playa está muy bien, el resol, eso sí...

Cincuenta a meta, y todo tranquilón. Llegan las tres cimas... Que si Morga, que si Vivero, que si Pike. A ver si pasa algo, amigos... Bueno, Morga fumado, ya en Vivero y Pike... Tensión, codos, el pelotón a todo lo ancho, velocidad pero no mucha velocidad... Lo de siempre.

El Vivero. Aquí no se me esconden, amigos, aquí no se me esconden. Esa primera rampa, que la subes haciendo eses, que mantienes dignidad porque siempre hay muchos ciclistas y subir lento no importa, pero subir feo debería estar penado con cárcel. El Vivero y... a toda velocidad. Con el equipo de Pogacar tirando, y eso promete meneos. Es como cuando dices: 'Una y pa casa'; es como cuando dices: 'Mañana madrugo'... Bjerg, que dura un suspiro. Después... el clásico ritmo neerlandés. Exigente, infernal, demoledor, asfixia, dolores, agónico, el clásico ritmo que aguantan ciento veinte mozos. Todo para Pike. Y no lloremos, que Pike da para ver cosas... (Yo no quería decírselo al principio, pero podía ocurrir).

Golpe final

Bajando El Vivero hay caída. De Carapaz. Y de Enric Mas. Richard queda en el suelo, dolorido, Mas está de pie, dolorido. Ambos con pinta pésima, maldecir suertes, pensar en cómo se te marchan objetivos en un fiu. El ecuatoriano tarda, pero se sube, pedalea despacio, aprieta los dientes, va horrible, pierde cinco minutos abajo, va horrible. Enric Mas queda allí, en la cuneta (giro a zurda), le tocan clavícula, le tocan hombro, escupe, mirada al infinito, rostro cubierto con sudor y mala leche. Entre decepción y conmocionado. Todo pensamientos. Termina para él. Otra vez a la Vuelta.

Pero, bueno, que seguimos, porque debemos seguir. Empieza Pike, ataca Grossstchartner, luego Latour, que parece Le Lay en aquella Valona, seguro que se acuerdan. Luego se pone Adam Yates, que es compañero de Pogacar, y también un crack en estas pendientes, y con él va Tadej, y con él Vingegaard, y Victor Lafay que ve cerca el primer asalto de algo que pinta guay. Victor Lafay que lee lo del pelotón de fusilamiento y Aureliano Buendía, Victor Lafay que dice: 'Oye, Velázquez... ¿y algo con lanzas?'. Los tres juntos, diferencias chicas. Dos detalles: la muñeca de Tadej aparentemente rula y Vingegaard se da mus cuando el esloveno pide relevar...

Parón y cosa rarísima, porque salta Adam Yates, y también Simon Yates. Y son iguales, pero con distinto maillot, pero van escapados en el Tour dos gemelos y eso no sé si se habrá visto alguna vez. Imagen peculiar. Son segundines, tiran para Van Aert, van a cazar, hay más neerlandeses que en el museo Van Gogh. Pero los Yates qué bien relevan, sí, y casi seguro que no meterán codos en volata. Al menos, no muchos.

placeholder Enric Mas, atendido tras su caída. (Reuters/Benoit Tessier)
Enric Mas, atendido tras su caída. (Reuters/Benoit Tessier)

Pasa que llegan. Porque el equipo de Van Aert no suele tirar para Van Aert como tira Van Aert cuando le toca tirar para el equipo de Van Aert. Vamos, que van cuatro paisanos con el mismo maillot (Wout lleva casco diferente) y siguen metiendo tiempos los Derrick. Se impone Adam Yates, porque pica para arriba y tiene más patas. Parcial y amarillo. Estarán contentos en casa.

Detrás llega el primer grupo y ya limpia importante. Están los dos favoritos, sí, pero también Gaudu, o Pinot, está Carlos Rodríguez (pero no Bernal), está Mikel Landa (pero no Bilbao), está Hindley, y Woods, y Skjelmose, y Lafay. Al esprint gana, fácil, Tadej (Van Aert ni se mete, saquen sus conclusiones), que entra brazos en alto, y por un instante todos pensamos que menudo bochorno, y luego pensamos que ganó Adam, y que está en plan celebración. Fíjense... Doce segundos de Yates al grupito, veinte segundos del grupito al grupazo. Bardet, Buchmann, Guillaume Martin, Pidcock, Kuss (qué raro es), O'Connor, Van der Poel.

¿Conclusiones? Pues pocas. Que Pogacar está bien, que Jumbo no parece balsa de aceite, que teníamos mucho candidato para tan poco líder. Que en Bilbao hace bochorno, y que este domingo, Donosti. Para ser el primer día ha estado bien, ¿no?

Hacía calor en Bilbao. Igual ustedes no lo saben, porque los de Bilbao apenas hablan de sí mismos, pero a la ciudad le dicen Botxo. Botxo es 'agujero', en euskara, porque aquello está rodeao de montes y entonces se quedan allí nubes como si estuviesen haciendo gyozas al vapor, y viene el verano caluroso, eh, viene el verano caluroso. Así que hacía calor en Bilbao, con rollito sudores grandes, y empezaba el Tour de Francia, que trae gotas mayores. Se hacen cargo, supongo.

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