Iván García Cortina se gradúa sobre los adoquines de Flandes

A Iván García Cortina se le vislumbra un gran futuro, pero a diferencia de sus compañeros de generación, que empiezan a asomar en carreras por etapas, se adentra por carreteras históricamente poco propicias para el ciclismo español. El asturiano disfruta sufriendo sobre los adoquines de las clásicas del norte, retorciéndose subiendo muros de nombres impronunciables como los que pasó en cabeza este domingo en Ronde van Vlaanderen, el Tour de Flandes.

A veces no hace falta llegar el primero para sentirse vencedor. García Cortina no ganó en Flandes, ni siquiera llegó a la meta de Oudenaarde cerca del ganador, el neerlandés Niki Terpstra, aunque sí más cerca que la mayoría. Pero lo que sí hizo fue brillar. Acabó en el puesto 37º, a 3:40 del primero, su mejor resultado en una clásica de este tipo y su mejor actuación en la temporada.

Hasta ahora no estaba siendo una buen año para García Cortina, sin buenos resultados en las primeras clásicas del calendario. "No lo sé... pero este año está siendo una mierda", escribió el miércoles en su perfil de Instragram después de A través de Flandes, otra clásica de adoquines en la que no consiguió acabar. Intentó coger la escapada, pero acabó rompiendo el cambio y abandonando. "Solo puedo centrarme en la próxima carrera", dijo. Esa carrera era el Tour de Flandes, donde había debutado en 2017, el de su debut al máximo nivel.

"Ha sido como un sueño"

García Cortina se metió en la escapada más importante del día. Tras 70 km de intentos, el pelotón consintió que se fueran por delante once corredores, entre ellos el español, que no se conformó con ir a rueda. Pasó en cabeza el Kapelmuur o el Paterberg, pequeñas colinas adoquinadas que encierran en sus rampas una buena parte de la historia del ciclismo. "Ha sido como un sueño. Una de mis mejores carreras hasta ahora. Flandes es mi segunda carrera favorita, después de la París-Roubaix, que es pronto", declaró el español. "Supercontento con lo que sentido hoy en The Ronde. Muchísimas gracias a todo el mundo por los ánimos a pie de carretera, espero que hayáis disfrutado lo mismo que yo, porque para mí fue increíble. ¡Gracias a todos!", escribió después en Instagram.

Puede parecer una anécdota, pero sigue siendo extraño que un español consiga lo que Iván García Cortina este domingo. Son escasos los ejemplos de ciclistas españoles que se han salido bien parados de esas carreteras: Miguel Poblet en los 50, Juan Antonio Flecha y Óscar Freire la pasada década, Imanol Erviti hace dos años... En las Ardenas, donde Alejandro Valverde se siente como en casa, es otra cosa, pero en Flandes y Roubaix los buenos resultados escasean.

Valverde, a sus 38 años, no ha corrido nunca en Flandes. Este domingo parecía que iba a ser por fin el día, tras un buen resultado el miércoles en A Través de Flandes, pero finalmente decidió correr el Gran Premio Indurain, donde arrasó este sábado. Todo el apego que le falta al murciano por los adoquines le sobra a García Cortina, que alimentó esa pasión en su etapa en el filial del Quick Step. Para muchos, el asturiano es candidato a luchar por la victoria en los próximos años en las clásicas flamencas. Con sus actuación de este domingo alimentó esas expectativas.

Tras muchos kilómetros escapado, fue atrapado a 47 de meta cuando marchaba en cabeza junto al belga Tom Devriendt. Para entonces los favoritos ya se habían puesto manos a la obra. Entre ellos estaba Vincenzo Nibali, compañero de equipo de García Cortina, que lo intentó a 27 de meta. Salió a por él Niki Tepstra, que demostró ser el más fuerte: llegó al italiano, lo dejó atrás y se fue a por el trío de cabeza, formado por Dylan van Baarle, Sebastian Langeveld y Mads Pedersen. Los tres corrieron la misma suerte que Nibali. Tepstra se llevó un monumento y el ciclismo español, la confirmación de que tiene una perla que puede pelear por uno en el futuro.