Marc Soler, el tapado de Movistar que prefería la siesta a ver el Tour

Habrá muy pocas carreras esta temporada en las que Movistar se presente sin Mikel Landa, Nairo Quintana y Alejandro Valverde, sus tres líderes (si es que un barco puede tener tres capitanes). Una es la París-Niza, que coincide con la Tirreno Adriático, otra importante prueba por etapas. Landa se fue a Italia, donde es tercero en la general a falta de dos días, y Quintana y Valverde descansan antes de afrontar la Volta a Catalunya que empieza en una semana. La ausencia de los tres gallos la aprovechó Marc Soler para lograr su primera gran victoria como profesional, un triunfo que le consagra.

Soler aventajó en solo 4 segundos en la general final a Simon Yates, que llegaba como líder a la última etapa. El catalán atacó desde lejos junto a David de la Cruz, a 50 km, y ambos dieron caza a Omar Fraile. Los tres de que llegaran juntos a la meta de Niza, donde se impuso De la Cruz. "Todavía no me lo puedo creer", dijo Soler. "Personalmente no me lo esperaba, sobre todo después de haber perdido tiempo ayer. Pero ya habíamos planeado con el equipo, con los directores y los compañeros, intentarlo atacando de lejos".

Con este triunfo, el corredor catalán de 24 años se deshace de manera definitiva de la etiqueta de promesa y se convierte en una realidad. Lejos queda ya su victoria en el Tour del Porvenir de 2015. Al año siguiente se llevó una etapa en la Ruta del Sur y en 2017 ya se dejó ver en las primeras posiciones en carreras de entidad. Fue tercero en la Volta, cuarto en el campeonato nacional contrarreloj y octavo en la Vuelta a Suiza, además de debutar en la Vuelta a España con una actuación de menos a más. "Año a año estoy un poquito más fuerte, se nota la adaptación a la categoría", explicó tras el triunfo en la París-Niza.

"No tengo prisa. Eusebio Unzué no me pone ningún tipo de presión y cuando me han dado la oportunidad lo he cumplido dentro de lo previsto", dijo a finales de febrero en una entrevista a 'Efe'. Dos semanas después se ha llevado la victoria en una de las carreras más prestigiosas del calendario, la misma que ganó Miguel Indurain en 1989 y 1990 y Alberto Contador en 2007 y 2010 (también Luis León Sánchez en 2009). Hasta este domingo, el de Pinto era el último que había ganado a la vez los maillot amarillo y blanco. "Estoy muy contento de estar ahí en el palmarés al lado de esos grandes nombres", dijo Soler cuando le recordaron ese hito.

"No soy el mejor en llano, ni subiendo, ni en la contrarreloj, pero me defiendo en los tres terrenos", dijo Soler en la citada entrevista. Comenzó a montar en bici a los 13 años en Vilanova i la Geltrú y entrenar poco después dos veces por semana en un club con una bicicleta prestada. En aquel momento se imaginaba como profesional en algo que hacía como diversión y que no le atraía demasiado. "Mi padre miraba la televisión para ver cómo Contador ganaba el Tour con un amigo suyo y yo le decía que lo cambiara. Era la hora de la siesta", ha reconocido Soler.

La clasificación final de la París-Niza es una magnífica noticia para el ciclismo español. Acompañando en el podio a Soler estaba Gorka Izagirre, compañero del catalán en Movistar hasta el año pasado y ahora en el Bahrain Merida. Cuarto, a solo dos segundos, acabo su hermano Ion Izagirre, que se perdió gran parte de la pasada temporada tras una caída en el Tour. Y noveno acabó David de la Cruz, que en el sprint por la etapa final se impuso a Omar Fraile. Todos tienen ya victorias importantes en su palmarés y deben ser protagonistas a corto y medio plazo.

Con tres estrellas del calibre de Landa, Quintana y Valverde, en teoría hay poco sitio para un corredor como Soler, con características para brillar en vueltas por etapas. Pero en unas de las primeras opciones que ha tenido, ha dado el 'pelotazo'. Él debe ser el futuro del Movistar, pero ya ha demostrado que en el presente puede ser un corredor importante. Aún no sabe qué grandes vueltas disputará esta temporada, si debutará en el Giro de Italia y el Tour de Francia o hará la Vuelta a España, donde el año pasado acabó 48º. Sea cual sea, le tocará ser gregario, un papel en el que puede ser decisivo y que asume con naturalidad. "Ahora tocará Volta a Catalunya, a trabajar para Alejandro y Nairo", dijo en Niza.