El martillazo de Stephens a Choi, un KO más para que McGregor siga en casa

Jeremy Stephens era un luchador valiente pero tremendamente irregular. Incluso ha habido momentos en su carrera en que se ha podido afirmar que era uno más del montón. De sus últimas seis peleas en UFC sólo había ganado tres, lo que, a sus 31 años, no le auguraba un futuro demasiado prometedor en el gran campeonato americano. Pero esta especie de mediocridad se desvaneció este domingo en la velada de San Luis, no sólo porque destrozara a la gran promesa coreana Doo Ho Choi, sino porque algo ha cambiado en él: la confianza.

El factor seguridad

“Voy a darle una paliza, y voy a hacer que parezca fácil. Tengo el cardio, el golpeo, la experiencia y siempre trabajo cosas nuevas. Siempre estoy evolucionando. Soy favorito”. Éstas fueron las palabras de Stephens antes de la velada, y no las dijo por decir, las dijo porque creía en ellas. Durante la pelea en suelo estadounidense, no dejó de avanzar con paso firme hacia su rival, sin miedo al intercambio de golpes. Así le cogió con su mano derecha, poniendo a Choi en el suelo y rematándolo con otra derecha que que descendió del cielo cual martillo de Thor. El árbitro hizo bien en parar la pelea:

Las reacciones a la gran victoria de Stephens no se hicieron esperar. Tyron Woodley, el gran campeón del peso wélter, no dudó en afirmar que Choi le parece muy bueno pero que “Stephens tiene mentalidad de asesino y ahora está peleando de forma muy inteligente. Adoro su forma de luchar ahora mismo”. Y Joe Rogan, el popular periodista de UFC, llevó aún más lejos los halagos hacia el luchador estadounidense: “Es un animal, un auténtico salvaje”.

Eso sí, toda la seguridad que este domingo ganó Stephens probablemente la perdió el luchador coreano. Después de una carrera meteórica en las MMA, y con sólo 26 años, apuntaba a lo más alto. Pero dos derrotas consecutivas van a hacer que las dudas aparezcan, máxime cuando dentro de unos meses tenga que irse durante dos años a cumplir con el servicio militar coreano. Después de su primera derrota hace poco más de un año afirmó que “no volvería a perder”´así que este impasse que se le presenta puede llevarle a darle demasiadas vueltas a la cabeza. Su futuro se presenta incierto.

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A la espera de Mcgregor

En cualquier caso, con la pelea en San Luis del peso pluma se pone al rojo vivo y se convierte en una de las categorías más interesantes de UFC. Con Holloway, Ortega y ahora Stephens se dibuja un panorama en el horizonte de lo más interesante. Tanto más si Conor McGregor tiene a bien regresar a su entorno natural, donde se le espera con ganas. De todas formas, visto cómo está la cosa, no es de extrañar que el luchador irlandés se lo esté pensando. Con los bolsillos llenos de dólares a ver quién arriesga la cara dentro de un octógono con este grupo de luchadores.