Es noticia
Comprendiendo la decepción de España en el Mundial... y por qué hay motivos para creer
  1. Deportes
  2. Baloncesto
Las notas de la Selección Española

Comprendiendo la decepción de España en el Mundial... y por qué hay motivos para creer

La selección se jugará la presencia en los Juegos Olímpicos de París 2024 en un preolímpico que se presupone temible, con posibles rivales como Eslovenia o Grecia

Foto: Juan Núñez y Scariolo en la Selección. (Reuters/Willy Kurniawan)
Juan Núñez y Scariolo en la Selección. (Reuters/Willy Kurniawan)

Sé lo que hicisteis el último verano: ganar de forma magistral el Eurobasket en Alemania, pese a no estar en los pronósticos de nadie y conquistar, así, el cuarto oro continental en lo que va de siglo. Pero en la presente canícula, esta vez sí, el torneo de España se ha convertido —al igual que el título de la película dirigida por Jim Gillespie—, en un slasher, una historia de terror que ha acabado de forma brusca, con una temprana eliminación que dejó a los de Sergio Scariolo sin avanzar a las rondas eliminatorias y con la necesidad de hacer los deberes en 2024 si se quiere estar en los Juegos Olímpicos de París. Pese al serio inicio de La Familia en el Mundial en Filipinas, Japón e Indonesia, la segunda fase se tornó en una pesadilla al caer contra Letonia y Canadá.

Días después de regresar de Yakarta, y más asimilado el temprano adiós al sudeste asiático, es hora de analizar qué ha podido suceder para que la Selección no llegase, ni tan siquiera, a aterrizar en Manila. ¿Cuál ha sido el rol jugado por los jugadores y qué porcentaje de culpa tiene el banquillo? Se trata de un examen donde se mira al pasado, al presente y al futuro de una entidad que no ha dejado de dar alegrías en las últimas dos décadas. Conviene no caer en la nostalgia, esa jalea real que lo suele pringar todo, como la define Juan Manuel Gil en Trigo Limpio, pero sí resultan útiles algunas lecturas necesarias y maduras para lo que está por venir.

Una decepcionante participación

Se dice que, en el baloncesto, unas décimas de segundo pueden suponer un mundo. ¿Sería este texto distinto de haber encestado Álex Abrines el triple lanzado desde su casa contra Canadá? Hacer conjeturas sobre lo ocurrido en una hipotética prórroga entraría en el terreno de la ciencia ficción, pero sí existen conclusiones que pueden extraerse de forma más tangible: España llegó con una ventaja nada desdeñable en los dos partidos de la segunda fase al último cuarto: once puntos ante Letonia y doce contra Canadá, y ¡ambos partidos se perdieron! La mala gestión realizada por los jugadores y el cuerpo técnico de los instantes decisivos del partido es la primera causa de la precipitada eliminación. El equipo parecía apocado en los instantes finales, y ese temple que se detectó de plantel experimentado en los partidos de primera fase, especialmente contra la rocosa Brasil, no volvió a hacer acto de presencia.

Foto: España ha sido eliminada del Mundial. (EFE/Adi Weda)

Si se mira a la totalidad de encuentros, también se pueden encontrar errores difíciles de asumir para cualquier entidad que se precie a llegar a las rondas finales de un torneo de semejante magnitud. Manuel Arias Maldonado es un aficionado de la selección y de los campeonatos de baloncesto de selecciones desde hace décadas. Se trata de una figura polifacética: catedrático de Ciencias Políticas, escritor y uno de los pensadores más lúcidos del columnismo nacional, pero cuando llega el final de agosto no se despega del tubo catódico para seguir y comentar con más aficionados su parecer sobre la competición. Detecta diferentes carencias del cuadro dirigido por Scariolo: "Se podría citar la falta de bases de alto nivel, capaces de desatascar el juego en momentos de colapso y de jugar el pick and roll con los pívots, además de ejercer un liderazgo que en este campeonato nadie ha tomado en la pista. También los tiradores han pecado de irregularidad, y las faltas de concentración han sido determinantes e imperdonables, lo que no se puede tolerar —ahí están los tiros libres, las pérdidas o los atascos ofensivos— en el baloncesto de alto nivel", refiere.

Si bien no solo conviene poner la mira en lo ocurrido sobre la pista, Arias Maldonado también considera que Alberto Abalde o Jaime Fernández podrían haber aportado mucho más que el veterano Sergio Llull, que ha cuajado un Mundial muy flojo, y añade que haber llamado a Serge Ibaka —que llegó a ofrecerse— hubiese sumado un plus defensivo importante. Es por ello que califica la participación de decepcionante. Este adjetivo también es empleado por el periodista Antonio Rodríguez, una de las grandes plumas nacionales sobre baloncesto y colaborador, entre otros medios, de programas como Tirando a Fallar. Sin duda, una voz autorizada para analizar lo ocurrido. También afirma que la lista de convocados adolece de cierta falta de talento, y por ello considera superiores a las dos selecciones que han dejado fuera a España, tanto bálticos como norteamericanos. "Nuestros representantes se han preparado, han competido muy bien y les ha faltado esa pizca de saber resolver en según qué momentos. Y por eso, viéndolos jugar y mostrando tanto esfuerzo, te decepciona ver que no da para lo que pretendemos", atestigua Rodríguez.

placeholder Llull, durante el Mundial. (Reuters/W. Kurniawan)
Llull, durante el Mundial. (Reuters/W. Kurniawan)

Menos severa con el quehacer mostrado por los pupilos de Scariolo se muestra Andrea Blez, periodista colaboradora de Solobasket y Tirando a Fallar, y experta en baloncesto internacional y femenino: "Con el equipo que se tenía y teniendo en cuenta la parte complicada del cuadro que ha tocado en el Mundial, creo que España ha competido muy bien. Sí que es cierto que al ver que se falló fuerte en los últimos cuartos ante Letonia y Canadá, cuando tenías una victoria en camino, ha penalizado, pero la falta de un líder estrella o veterano que asumiera esos momentos complicados es lo que ha fallado en esta selección. Antes lo fueron Navarro o Gasol, que se echaban el equipo a las espaldas cuando no entraban los tiros", explica la especialista.

Pocos jugadores a la altura

No hay un jugador que se haya echado el equipo a las espaldas y que haya jugado el rol de líder inconfundible de los españoles en el campeonato. La referida ausencia de una estrella se ha echado en falta: sin Ricky Rubio —líder en lo deportivo y lo espiritual de este equipo desde la marcha de los hermanos de Sant Boi de Llobregat— y sin Lorenzo Brown —que se echó a la selección a sus espaldas en la dirección cuando el esférico quemaba en el pasado Eurobasket— todas las miradas se dirigían a los hermanos Hernangómez. De hecho, la estela de grandes baluartes asociada a Willy y Juancho era merecida, y más aún tras el excepcional baloncesto desplegado en Alemania 2022. El hermano mayor ha sido, quizás, la pieza más destacada del equipo en números, pero su particular kryptonita ha sido la faceta en la que se suele mostrar más vulnerable, la defensiva. Juancho, por el contrario, ha estado más desacertado. Solo pudo verse algo parecido a su mejor versión en el intrascendente choque ante la selección de Irán. "Necesitábamos de su acierto en el tiro exterior ante la falta de tiradores en el equipo y ha estado discreto", apunta Rodríguez. Quizás, parte del problema procede su inactividad previa, como añade Arias Maldonado.

Foto: Momento del encuentro. (Reuters/Willy Kurniawan)

Achacar todos los errores a la pareja de hermanos resultaría injusto, pues a la mayoría se le puede otorgar parte del pastel que ha enviado a la lona a la selección. "Llull no ha estado al nivel que cabe esperar de él, como atestiguan sus porcentajes de tiro, Núñez ha mostrado su bisoñez y Díaz sus limitaciones como play-maker. Poco puede reprocharse a Rudy Fernández, y Abrines y Brizuela son víctimas, sobre todo este último, de su irregularidad. En cuanto a Claver, ha estado sólido, pero se encuentra en fase declinante. De Aldama he echado en falta más decisión, su desempeño resulta abúlico por momentos pese a sus condiciones naturales, aunque la falta de adaptación al baloncesto FIBA ha podido dificultarle las cosas", analiza el académico y escritor. Sobre el alero de Memphis Grizzlies, una de las grandes esperanzas para el futuro de la selección, le ha penalizado, según Rodríguez, su falta de experiencia y su irregularidad, pese a su excepcional encuentro disputado ante Canadá, donde sobresalió. Para Blez, por último, el talentoso jugador canario y el también debutante Juan Núñez han estado por encima de las expectativas, y destaca la firmeza de jugadores como Usman Garuba, que siempre que han salido a cancha han aportado. "No hay alguien que me haya decepcionado en exceso, si bien los que he visto peor han sido Juancho Hernangómez y Alex Abrines", concluye.

El crédito de Scariolo

Lo único que impide calificar la trayectoria de Sergio Scariolo con matrícula de Honor al frente de la selección es la ausencia de un oro olímpico. Lo ha tocado, y si no hubiese sido por haberse topado en la final con la Estados Unidos de Coach K, lo habría logrado. A estas preseas, no obstante, se han de sumar los cuatro oros cosechados en Europeos y el oro del Mundial ganado con brillantez en China 2019. No invita el pretérito inmediato y los éxitos alcanzados, pese al decepcionante torneo comandado desde el banquillo, a que la Federación tome decisiones drásticas. El de Brescia se ha ganado un crédito que, si no ilimitado, sí debería ser generoso. Así lo creen los entrevistados. "Scariolo es irrefutable, porque su hoja de servicios así lo demuestra; no olvidemos los fracasos que sufrieron seleccionadores como Lolo Saiz, Imbroda o Pesquera antes que él", afirma Arias Maldonado, mientras que Andrea Blez recuerda todo lo que el técnico ha dado a la selección española, siempre capaz de sacar lo mejor de los jugadores en los torneos FIBA.

Dicho lo cual, la merecida loa por los éxitos pretéritos no se acompaña de la ceguera cuando toca criticar los errores presentes. Es obvio que el preparador no supo tocar la tecla adecuada en los apretados finales contra Letonia y Canadá, cuando la pelota no entraba en el aro y la ventaja menguó hasta la derrota final. "Creo que en los últimos cuartos, cuando nada salía, podría haber rotado más, lo vi demasiado parado mientras te caía un parcial alto. Sin embargo, viéndolo en perspectiva y conociendo a Scariolo, puede que no tuviera claro que tenía el arma para desatascar la sequía anotadora, pero creo que debería haber hecho algo más en esos minutos difíciles", afirma Blez.

placeholder Nadie duda de Scariolo. (Reuters/W. K.)
Nadie duda de Scariolo. (Reuters/W. K.)

A las críticas por el colapso ofensivo en los momentos donde la pelota quema, se debe señalar otra gran polémica, que fue la "comidilla" para aficionados y especialistas en el indigesto postpartido tras caer contra los letones. No contento con la actuación de los jóvenes Aldama y Juan Núñez en la primera mitad del encuentro, Scariolo no les dio entrada en la segunda. Un castigo que, en opinión de Arias Maldonado, fue excesivo y contraproducente para los intereses del equipo. Rodríguez, por su parte, si cree justificada la falta de presencia del canario en el decisivo partido ante Letonia.

A tenor de lo visto en Yakarta, parece que el primer descontento con la actuación colectiva de la selección es el propio Scariolo. Ante la televisión, en diferentes momentos del partido, resultaba difícil no escuchar los gritos del mosqueado seleccionador, y sus declaraciones tras los partidos, incluso en la primera fase, evidenciaban su idea de que mucho habrían de mejorar sus pupilos si se quería llegar a la última semana del campeonato. No fue así, pero Scariolo se ha ganado la decisión de seguir, y tendrá un gran reto en junio de 2024: clasificar a la selección para los JJ.OO. de París.

Optimismo futuro. Paso 1: preolímpico

Han salido tan bien las cosas a la selección en lo que va de siglo que parece España disputa de forma puntual los Juegos Olímpicos desde hace eones —pese a la dificultad para clasificarse, pues solo juegan doce selecciones, y de diferentes continentes—, y sin necesidad de jugar un preolímpico. Se cree que la selección compite por el oro olímpico desde que las retransmisiones eran en blanco y negro o el incansable Woody Allen filmaba sus primeras películas, pero lo cierto es que ya faltaron en Atlanta 1996. La racha de España, aun así, es mayúscula, con participaciones ininterrumpidas desde Sidney 2000, y con un gran bagaje en cuanto a las preseas cosechadas, pero lo cierto es que disputar este torneo es muy complicado, y los preolímpicos se pueden convertir en un infierno.

Para que España no rompa la racha y esté presente en la villa olímpica parisina deberá ser el primer clasificado de seis equipos en un torneo preolímpico que se prevé a cara de perro. Rodríguez tira de memoria para evocar tiempos en que España estaba acostumbrada a torear en semejantes plazas: "¿Posibilidades para los Juegos? Uno —y aquí tiro de años—, que se crio en su juventud entre preolímpicos y que volverá a vivirlo, sabe que es una lotería. Hay que estar muy bien en el día D, ya que se disputa dos semanas después de haber finalizado una temporada durísima y vete a saber cómo estarán física y anímicamente los jugadores. Optimista soy, por supuesto, pero será complicado. Esa es la meta, llegar a los Juegos, pero luego hay que dar el callo. Los veranos, viniendo desde un preolímpico, son extraordinariamente largos", explica.

Aún no sabe cuáles son los rivales con los que lucharán los de Scariolo, pero puede que en uno de los cuatro grupos estén selecciones como la Grecia de Giannis Antetokoumpo, la Eslovenia de Luca Doncic, la Lituania de Jonas Valanciunas y Domantas Sabonis, o selecciones como Letonia, que saben lo que es ganar a la actual España. Será complicado, pero el premio merecerá la pena.

Optimismo futuro. Paso 2: los pilares del futuro

El verano baloncestístico para España ha sido excepcional más allá del varapalo de Yakarta, ya que se han cosechado notables éxitos en las categorías inferiores, tantos en los torneos femeninos como en los masculinos, y la selección absoluta femenina logró una plata en el Eurobasket del pasado junio, tras caer en la final contra Bélgica.

Son muchas las razones para la esperanza si se pone el foco en el cuadro senior masculino. Arias Maldonado explica que se está haciendo un notable trabajo en las categorías inferiores, como acreditan los resultados, y la única pena es que muchos de estos jugadores no tengan la continuidad necesaria en Liga ACB, como muestra el caso de Juan Núñez, que se marchó el Real Madrid en busca de más minutos para recalar en el Ratiopharm Ulm de la liga alemana. Por su parte, Blez destaca el buen trabajo que Scariolo y su equipo realiza durante las ventanas clasificatorias, para preparar el relevo generacional y mantener ese fondo de armario que es tan necesario para que se pueda disponer de jugadores implicados y con garantías.

placeholder Aldama en una entrada a canasta. (EFE/Adi Weda)
Aldama en una entrada a canasta. (EFE/Adi Weda)

Además, no se puede perder de vista la juventud de jugadores que ya han demostrado que pueden ser determinantes. Es el caso de los debutantes Núñez y Aldama, cuyo crecimiento aún puede ser exponencial, pero también de deportistas como Usman Garuba, que pese a aparecer ya en el Eurobasket del pasado curso, solo tiene 21 años. Incluso, es presumible que Scariolo pueda contar, al menos durante el próximo ciclo mundial, con los hermanos Hernangómez a gran nivel, de 29 y 27 años, respectivamente. La vuelta a Europa de ambos tras su paso por la NBA, al FC Barcelona en el caso de Willy y al Panathinaikos en el de Juancho, es una buena noticia para el equipo, con la consiguiente aclimatación al baloncesto FIBA.

Si se mira más allá, existen también grandes motivos para la esperanza. Hay muchos jugadores que están llamados a triunfar en el baloncesto internacional en los años venideros, y que vienen demostrando su valía con creces en las categorías inferiores. La reconstrucción de la selección, por lo tanto, debe ser paulatina y sosegada, y de ninguna manera drástica, según expone Rodríguez: "Tenemos la enorme fortuna de recibir grandes jugadores en un breve espacio de tiempo, en tres o cuatro años a mucho tardar, y que ya están jugando a un notable nivel. Hablo de Aday Mara o de Izan Almansa. Pero es que Hugo González es un tiro. Si nos hemos quejado del poco arsenal de bases elegibles para este Mundial, llegan en breve Conrad Martínez, Lucas Marí o Mario Saint-Supery, junto a Juan Núñez. No es que se acelere el proceso, sino que estos vienen derribando muros a una velocidad de vértigo", afirma.

La aflicción —que Julian Barnes refiere en su fantástico Niveles de vida como algo banal, al igual que la muerte— no cabe ante semejante escenario. Y es que el futuro se vislumbra radiante en el horizonte de la selección, un marco paradisiaco que parece tocarse con las manos, como si fuese el periodo vacacional en los últimos días de julio. La decepción de Yakarta debería considerarse, pues, como una piedra en el camino, un traspiés que no debe cambiar la senda impoluta construida en torno al baloncesto español en los últimos lustros, y que se ha saldado con un reguero de medallas y partidos para el recuerdo.

Sé lo que hicisteis el último verano: ganar de forma magistral el Eurobasket en Alemania, pese a no estar en los pronósticos de nadie y conquistar, así, el cuarto oro continental en lo que va de siglo. Pero en la presente canícula, esta vez sí, el torneo de España se ha convertido —al igual que el título de la película dirigida por Jim Gillespie—, en un slasher, una historia de terror que ha acabado de forma brusca, con una temprana eliminación que dejó a los de Sergio Scariolo sin avanzar a las rondas eliminatorias y con la necesidad de hacer los deberes en 2024 si se quiere estar en los Juegos Olímpicos de París. Pese al serio inicio de La Familia en el Mundial en Filipinas, Japón e Indonesia, la segunda fase se tornó en una pesadilla al caer contra Letonia y Canadá.

Días después de regresar de Yakarta, y más asimilado el temprano adiós al sudeste asiático, es hora de analizar qué ha podido suceder para que la Selección no llegase, ni tan siquiera, a aterrizar en Manila. ¿Cuál ha sido el rol jugado por los jugadores y qué porcentaje de culpa tiene el banquillo? Se trata de un examen donde se mira al pasado, al presente y al futuro de una entidad que no ha dejado de dar alegrías en las últimas dos décadas. Conviene no caer en la nostalgia, esa jalea real que lo suele pringar todo, como la define Juan Manuel Gil en Trigo Limpio, pero sí resultan útiles algunas lecturas necesarias y maduras para lo que está por venir.

Mundial de Baloncesto
El redactor recomienda