El Real Madrid es una máquina de competir: remonta a Partizán y hace historia (98-94)

Ningún equipo lo había logrado. Nunca. Nadie, en la historia de la Euroliga moderna, había conseguido remontar un 0-2 desfavorable en una eliminatoria europea (98-94). Hasta que el Real Madrid de Chus Mateo decidió desafiar a la lógica y a la tradición. En una remontada épica, con el 'Chacho' Rodríguez como revolucionario tras el descanso y Sergio Llull como verdugo, el Real Madrid reaccionó en el momento justo para alterar la dinámica de un encuentro que se había puesto cuesta arriba. Concretamente, hasta 18 puntos de diferencia a favor de Partizán de Belgrado, con un Kevin Punter en llamas y que mandó callar al WiZink Center tras anotar un triple. El equipo blanco, que superó un segundo cuarto negro, reaccionó tras el paso por vestuarios en una exhibición de fe y corazón.

Mejoró la defensa, creció el ataque y coronó una serie inolvidable que ha tenido todos los ingredientes necesarios para mantenerse en las retinas de los espectadores durante décadas. El Real Madrid estará en la Final Four de Kaunas, donde ha estado en cinco de las últimas seis ediciones. La clave la daría el MVP del encuentro, Sergio Rodríguez: "Lo teníamos perdido, pero luchamos hasta el final. Hasta lograr el objetivo... Ganar dos veces en Belgrado y remontar un partido así es muy difícil. Sacamos el espíritu y hemos sabido jugarles. Yo he intentado hacer lo que he hecho toda la vida". Sin Deck, Poirier ni Yabusele, el Madrid firmó la hazaña.

Alen Smailagic abrió el fuego en el primer cuarto. En un inicio duro para el Real Madrid, donde los de Chus Mateo no consiguieron anotar en los dos primeros minutos, el equipo blanco fue de menos a más tras dos penetraciones forzadas de Musa y Hanga. Fue a través de Walter Tavares como el Real Madrid entró en el partido. El caboverdiano tiró del carro para anotar los dos primeros puntos y hundir el aro acto seguido. Punter anotó y luego Partizán volvió a aprovechar la poca contundencia defensiva del Real Madrid y sus imprecisiones. Una pérdida de Tavares fue castigada por Madar con celeridad. Los serbios poblaban la zona de la pintura y taponaban las vías de pase interiores. Partizán dobló al Madrid en el marcador y entró el canterano Eli Ndiaye con grandes minutos.

Chus Mateo le indicó el camino: estar muy encima de Zach LeDay. Y cumplió con la tarea a través de un tapón imperial. Madar falló lo más sencillo y clavó una canasta estratosférica. Partizán era una mole en defensa, intensos, ensuciando líneas de pase, pero el Madrid había sacado la cabeza. En el minuto 6, por primera vez en el primer cuarto, el Madrid se puso por delante. Se habían cambiado las tornas gracias a los minutos de Ndiaye, que se marchó ovacionado y con el banquillo en pie. Rudy rozó un robo y Papapetrou firmó el primer triple del partido. Las distancias eran mínimas. El Madrid ajustó y realizó un buen balance defensivo. Al final del primer tiempo, con un notable Musa, el Real Madrid solo se iba un punto por debajo (22-23). Todo cambiaría en el siguiente cuarto.

A pesar de que Sergio Rodríguez selló un triplazo para empatar el partido en el segundo cuarto, Punter emergió como un jugador imparable con siete puntos consecutivos (dos triples entre ellos) y se alzó hasta los 16 puntos. Al banquillo del Real Madrid le pitaron una técnica, pero Partizán se escapó hasta el 25-32 en el electrónico del Palacio de Deportes. Lessort se impuso en la puntura, aprovechando la falta de centímetros blanca sin Tavares, cargado con tres faltas, y la superioridad física del quinteto serbio. Por momentos el Madrid amenazó con recortar cuando Causeur anotó un triple y rascó la falta de Trifunovic, pero Nunnally respondió con otros cuatro puntos. Partizán encontraba canasta​ con suma facilidad y la selección de tiros de tres del Real Madrid era pésima. Punter logró otro triple, muy suelto y entre él y LeDay catapultaron al Partizán hasta los 39-55. 16 puntos de distancia al descanso. Los mismos de Punter. Demasiado.

El 'Chacho' Rodríguez cambió el partido

Empezó el tercer asalto con un mate de Hezonja en la cara de Punter y Tavares falló una canasta fácil. La respuesta de Punter fue un triplazo. Pudo anotar otro seguido, pero perdonó. Musa siguió como el máximo anotador del Madrid, ya con 12 puntos. Otro mate de Hezonja despertó al WiZink Center, pero Lessort remachó el mate y Hanga volvió a anotar (48-61). Otra vez Hanga anotó un triple para ponerse a tres. El Madrid empezó a creérselo tras un segundo cuarto muy complicado. Cuaando había espacio para la duda en Paetizan, Punter tiró otro triple y mandó callar el público. Musa contestó con la misma medicina. Hasta Exum se animó desde la línea de tres. Los lanzamientos de Partizán eran sencillos, sin ayudas defensivas blancas y una efectividad muy alta. La contundencia en la pintura de Tavarez, los puntos de Musa y un gran triple de Sergio Rodriguez hizo que el Madrid bajara de la barrera mental de los 10 puntos de distancia en el tercer tiempo (69-75). La defensa había cansado a Punter y Partizán bajó sus registros espectaculares en ataque.

El Chacho llevaba en volandas al Madrid (71-76). Ndiaye se fue expulsado tras la quinta falta. Mientras los líos en la grada se multiplican entre aficionados españoles y serbios, el Madrid rozaba un empate épico tras pasarlo muy mal. Smailagic firmó un mate imperial a dos manos. De tres tiró Sergio Rodríguez para destacarse como el héroe del Madrid tras el descanso (74-78) y Punter metió otro triple estelar. Sergio Rodríguez volvió a anotar (76-81).

Hizo lo propio Hezonja y Rudy cazó el rebote en el ataque de Partizán. A partir de ese momento, Sergio Rodríguez empataría la eliminatoria a falta de 6 minutos y 16 segundos. Después de estar 18 puntos por debajo, entre Sergio Rodríguez y Llull castigaron los nervios y las dudas de Partizán, que no pudo con el gen competitivo del Real Madrid. En el tramo final, los blancos se colocaron ocho puntos por encima, pero tres puntos de Exum y un triple de LeDay rozó el empate. Lo tuvo Punter en sus manos, que falló el triple decisivo y Hezonja cazó un rebote que vale una Final Four. El Madrid vuelve a hacer historia.