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Gabriel Deck, el 'Tortuga' que encestaba en un volante de tractor
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Gabriel Deck, el 'Tortuga' que encestaba en un volante de tractor

Gabriel Deck, nuevo jugador del Real Madrid, dejó su familia a los 13 años, debutó en primera división a los 15 y en los últimos años ha sido el mejor jugador de la liga argentina

Foto: Gabriel Deck firmó un contrato de tres años con el Real Madrid. (EFE)
Gabriel Deck firmó un contrato de tres años con el Real Madrid. (EFE)

De pequeño, si alguna vez Gabriel Deck (Colonia Dora, 1995) se imaginó jugando en el Real Madrid, lo hizo marcando en el Santiago Bernabéu, porque lo suyo era el fútbol. Hasta los 12 años, su obsesión era meter goles y no canastas, pero todo cambió muy rápido. Tanto que siendo un niño se marchó de casa para jugar en las inferiores de Quimsa y antes de cumplir los 15 años ya había debutado en la Liga Nacional. Ahora, con 23, tras haber demostrado que Argentina se le queda pequeña, llega al campeón de la Liga Endesa y la Euroliga.

Con el Real Madrid ha firmado un contrato de tres temporadas y, salvo cambio de planes, no saldrá cedido tras el verano. "Estoy muy contento y muy feliz con mi fichaje. Creo que es un gran paso en mi carrera y que lo necesitaba", dijo en su primera entrevista a los medios del club. A Deck no le quedaba ya nada por hacer en su país: solo en esta temporada ganó la liga y la Liga de las Américas (equivalente a la Euroliga) con San Lorenzo y fue elegido el mejor jugador en las dos finales. En ambas competiciones promedió más de 19 puntos y 5 rebotes.

placeholder La canasta en la que jugaba Gabriel Deck en Colonia Dora. (Facebook.com/gabriel.deck.1)
La canasta en la que jugaba Gabriel Deck en Colonia Dora. (Facebook.com/gabriel.deck.1)

Un tipo de pueblo

El salto que da Gabriel Deck es muy grande, uno que no todos los jugadores soportan. La distancia entre el mejor equipo de América (NBA al margen) y el mejor de Europa es muy grande. Pero ha dado saltos mayores, como cuando cambió Colonia Dora por Santiago del Estero. Los 160 km que separan su pueblo de la capital provincial fueron una distancia enorme para un niño de 13 años, la edad que tenía cuando se fue junto a su hermano Joaquín, también jugador de baloncesto. "Mi hermano, que era un poco más grande, un día me sentó y me dijo que teníamos que irnos para sacarle dos platos de comida a mis viejos. Ese fue el motivo por el que nos fuimos, porque allá nos ofrecían comida, casa, escuela", recordó hace unos meses en una entrevista en la web argentina 'Básquet Plus'.

Antes de eso, Deck había comenzado a jugar al baloncesto siguiendo los pasos de Joaquín en un pequeño campo de fútbol que había detrás de su casa. "Teníamos un vecino que era herrero, al que mi hermano le había pedido que nos hiciera un aro. Lo usamos, pero al tiempo se nos rompió y no teníamos cómo arreglarlo. Mi papá tomó el volante del tractor, le cortó el centro con la amoladora, buscó un pedazo de tabla y lo colgó de uno de los palos del arco de la cancha de fútbol que había atrás de casa", explicó hace un año en una entrevista con 'La Nación'. La foto que encabeza su perfil de Facebook es de esa cancha de tierra y aro raquítico.

Deck comenzó a jugar más tarde que su hermano, pero fue a él a quien reclutaron antes. Lo hizo Quimsa por mediación de su profesora de Educación Física. Su madre dijo que o aceptaban a los dos o a ninguno. En Santiago del Estero, Deck dejó los estudios y no acabó la secundaria, pero mantiene la promesa a su madre de que algún día lo hará. Allí le pusieron el mote de Tortuga, que no le ha abandonado hasta el día de hoy. Él explica que es porque se lo toma todo con mucha tranquilidad. También el baloncesto, donde tiene ya una larga trayectoria a pesar de su juventud. A nivel de clubes lo ha ganado todo en Argentina y con la selección participó en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Al Tortuga le gusta mucho su pueblo, Colonia Dora. Ese es su hogar y vuelve cada vez que puede, aunque tenga que hacer un viaje de 14 horas por carretera, como hizo estando en San Lorenzo. Le costó adaptarse cuando cambió el interior argentino por Buenos Aires. En la misma entrevista a 'Básquet Plus' reconoce que lloraba por eso, pero que le ayudaron los consejos de su extrenador Julio Lamas, que dirigió al Real Madrid hace 15 años.

Tras la estela de Nocioni

Muchos ven en Deck a un heredero del Andrés Nocioni, pero el Chapu es mucho Chapu: después de hacerlo casi todo en su carrera, llegó al Madrid y se convirtió en un ídolo en sus tres años. Deck intenta frenar las comparaciones antes de que se le vuelvan en contra. "Es una alegría enorme que mucha gente vea en mí cualidades que tenía él. Pero somos dos jugadores diferentes", dijo. Como Nocioni, Deck juega de alero y también puede hacerlo de ala-pívot, donde puede sufrir en defensa por su altura. Deck es sobre todo un gran jugador ofensivo, con recursos para anotar de cara y de espaldas, que penetra bien y tiene buena mano, y que brilla al contraataque.

Para mostrar ese repertorio en el Mardrid tendrá que aprovechar al máximo los minutos que tenga, que no serán tan abundantes como en San Lorenzo, donde era la referencia. También tendrá que rendir en defensa. A Facundo Campazzo, su compañero en el Real Madrid le costó tras su fichaje en 2015, pero más por falta de oportunidades que por su rendimiento. Con Sergio Llull y Sergio Rodríguez por delante, no jugó mucho en su primera temporada en España. Pero fue llegar cedido a Murcia y demostrar que tenía nivel de sobra. Luca Vildoza, otro joven argentino, aterrizó el verano pasado en la Liga Endesa para jugar en el Baskonia. Sus primeros pasos pudieron hacer creer que aún estaba verde, pero acabó la temporada siendo el base titular del equipo baskonista en la final de liga.

Tres años después, el Real Madrid ha vuelto a pescar en Argentina, un caladero que siempre ha explotado mejor que nadie el Baskonia gracias al buen ojo de Alfredo Salazar. Le salió bien con Campazzo y espera que le salga bien con Deck, un tipo al que a partir de ahora le va a costar un poco más escaparse a Colonia Dora cuando tenga un par de días libres.

De pequeño, si alguna vez Gabriel Deck (Colonia Dora, 1995) se imaginó jugando en el Real Madrid, lo hizo marcando en el Santiago Bernabéu, porque lo suyo era el fútbol. Hasta los 12 años, su obsesión era meter goles y no canastas, pero todo cambió muy rápido. Tanto que siendo un niño se marchó de casa para jugar en las inferiores de Quimsa y antes de cumplir los 15 años ya había debutado en la Liga Nacional. Ahora, con 23, tras haber demostrado que Argentina se le queda pequeña, llega al campeón de la Liga Endesa y la Euroliga.

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