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La guinda a la mejor temporada del Madrid sería un humillante 3-0 en casa del Barça
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los blancos tienen a tiro el triplete

La guinda a la mejor temporada del Madrid sería un humillante 3-0 en casa del Barça

Los de Pablo Laso han sido muy superiores al eterno rival en los dos primeros partidos y tienen ante sí la posibilidad de ganar el Triplete en el Palau y con un 3-0 que sería histórico a la par que humillante

Foto: Rudy y Llull estuvieron sensacionales en el segundo partido (Cordon Press).
Rudy y Llull estuvieron sensacionales en el segundo partido (Cordon Press).

Siempre que se juega un Clásico se recurre inevitablemente al manido discurso que dice eso de “no hay favoritos”, o “puede ganar cualquiera”, o “no se pueden hacer apuestas”. Cualquiera de esas, en muchos partidos entre Real Madrid y Barcelona pueden ser aplicables, porque es cierto que durante la historia de nuestro baloncesto, en numerosas ocasiones se han encontrado dos equipos muy parejos entre sí, donde es cierto que tanto uno como otro podía salir vencedor del enfrentamiento directo. Pero no es el caso en esta fase final por el título de la Liga ACB. Hay un equipo que es muy bueno. Hay otro que es el mejor de Europa. Y la balanza está muy volcada hacia el que es superior.

El 2-0 es un síntoma de la importante superioridad. Algunos dicen que el baloncesto es uno de los pocos deportes en los que el que es mejor, siempre suele ganar. Y esta temporada, esta frase se ha convertido en una máxima. El Real Madrid se ha impuesto al Barcelona en todas las competiciones oficiales. En todas, literalmente. Empezó con triunfo en la Supercopa ACB allá por septiembre, después le ganó en el Palacio en la Liga regular y le superó en la clasificación general, también le superó en la final de la Copa del Rey y fue mejor que el Barça en la segunda fase de la Euroliga. Ahora se vuelven a encontrar en la final de la ACB, otra vez, y van tres.

El ciclo ha cambiado. El Real Madrid ha dado la vuelta a la tendencia que se venía imponiendo en el baloncesto español desde hace años ya. El Barcelona había instaurado algo similar a una dictadura, donde ganaba prácticamente todo cada año. Ganó cuatro Ligas entre 2009 y 2014, otras cuatro Copas del Rey entre 2007 y 2013, todo ello unido a la Euroliga de 2010. Y en muchas de esos encuentros importantes, decisivos, estaba el Madrid de por medio, que siempre solía salir derrotado. Había entrado en una rueda de derrotas ante el máximo rival que le comía la moral. El Madrid salía derrotado a la cancha, sabiendo que lo más probable era perder. Ahora pasa todo lo contrario.

Esa evidente superioridad dentro de la cancha quedó muy clara en el primer cuarto de este segundo partido. El Barça entró con el rabo entre las piernas, con los brazos engarrotados. Apareció como agua de mayo Justin Doellman en el segundo cuarto para evitar que la paliza fuera tan histórica como la semifinal de la Euroliga del año pasado, pero nada más. Xavi Pascual no supo hacer reaccionar a sus jugadores, que vivieron siempre a remolque, sin posibilidad de meterse en el partido en ningún momento. Y lo peor es que la sensación fue muy parecida incluso en el primer encuentro a pesar de que la diferencia fue mucho menor, llegando a ser de dos puntos en ciertos momentos del mismo.

El Madrid puede vivir su momento cumbre el próximo miércoles en el Palau Blaugrana. El Barcelona hizo sufrir mucho al Real Madrid, tanto en el Palacio de los Deportes como en el feudo culé, y los blancos tienen ahora la oportunidad de devolverle parte de ese daño sufrido en esos años allí, en el campo de su enemigo y de una manera humillante. Porque no es lo mismo ganar en campo contrario, que hacerlo con un 3-0, demostrando una superioridad abismal, dando un golpe sobre la mesa y encumbrándose definitivamente como el mejor equipo de Europa de 2015, con un Triplete histórico, cuatriplete si contampos la Supercopa, lo nunca visto.

Siempre que se juega un Clásico se recurre inevitablemente al manido discurso que dice eso de “no hay favoritos”, o “puede ganar cualquiera”, o “no se pueden hacer apuestas”. Cualquiera de esas, en muchos partidos entre Real Madrid y Barcelona pueden ser aplicables, porque es cierto que durante la historia de nuestro baloncesto, en numerosas ocasiones se han encontrado dos equipos muy parejos entre sí, donde es cierto que tanto uno como otro podía salir vencedor del enfrentamiento directo. Pero no es el caso en esta fase final por el título de la Liga ACB. Hay un equipo que es muy bueno. Hay otro que es el mejor de Europa. Y la balanza está muy volcada hacia el que es superior.

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