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El deportista a seguir | De aprender a jugar con vídeos de Ginóbili a ser el escudero de Curry
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EL ATLETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | De aprender a jugar con vídeos de Ginóbili a ser el escudero de Curry

Con solo 12 años, Brandin Podziemski ni siquiera había jugado al baloncesto: ahora, solo ocho después, es una de las grandes sensaciones de la NBA de la mano de Steve Kerr

Foto: Brandin Podziemski, la gran revelación de la NBA. (Cary Edmondson/USA TODAY)
Brandin Podziemski, la gran revelación de la NBA. (Cary Edmondson/USA TODAY)

Los caminos del éxito son, en muchas ocasiones, inescrutables. En todas las especialidades conocemos deportistas que están llamados a ser grandes estrellas por condiciones, cualidades y, sobre todo, por apoyo mediático. Pero no siempre los mejores terminan llegando a la élite y son numerosos los casos de atletas que acaban por triunfar cuando nadie lo esperaba. Y el protagonista de esta semana es un ejemplo claro de la importancia de esta segunda vía.

Llegar a la NBA no es sencillo, pero aún lo es mucho menos convertirse en un indiscutible dentro de cualquier franquicia, especialmente para los jugadores más jóvenes. El objetivo de cualquier entrenador es conseguir resultados de manera inmediata y, para ello, se apuesta por jugadores con experiencia que sean capaz de conseguir los retos que busca el equipo de manera inmediata. Por ello, los rookies o recién llegados tienen que conformarse con entrar en rotación.

Foto: Great Osobor, un jugador de nivel superlativo. (USU)

Sin embargo, a veces las oportunidades llegan de la manera más inesperada y eso es lo que ha ocurrido con Brandin Podziemski, que se ha convertido en uno de los jugadores a seguir en Golden State Warriors casi por casualidad. Y es que así es como así descubrió su gran pasión y, sobre todo, que el baloncesto podía convertirse en su vía para encontrar la felicidad. Quién le iba a decir hace siete años que sería uno de los nombres de moda en la NBA.

Podziemski, nacido en Wisconsin hace 20 años pero de origen polaco, siempre fue un niño apasionado de los deportes. Desde muy temprana edad, era habitual verle jugando en las calles o el colegio, aunque con una pelota mucho más pequeña: su gran pasión era el béisbol. Jugó varios años, demostrando ser un más que decente deportista, pero a los 12 años algo cambió. Tras quedarse sin equipo, perdió la ilusión por el deporte de su vida. Necesitaba nuevas experiencias.

No dudó en buscar nuevos retos y el baloncesto se cruzó en su camino. El béisbol era su pasión, pero los partidos le resultaban tediosos por la velocidad del juego y él buscaba acción. Por ello, tras encender la televisión, Podziemski no tuvo dudas de que probaría el deporte de la canasta: "Pensé que parecía muy divertido y que tenía que probar", declaraba hace poco. ¿El problema? Ya era casi un adolescente y no había jugado en su vida.

Como cualquier niño nacido en época de las nuevas tecnologías, no dudó en acudir a las plataformas para ver vídeos de jugadores zurdos, como él, para aprender. No tardó en quedar prendado de un nombre: Manu Ginóbili. Podziemski se pasaba horas viendo sus movimientos, su mecánica de tiro y su juego de pies para aprender. Pero, pese a ello, era un habitual del banquillo de sus equipos. Solo su altura le daba una razón para tener minutos.

Con 1,90 metros, comenzó jugando como pívot pero, poco a poco -y a falta de que aumentara su estatura, fue yendo hacia fuera, hasta convertirse en un jugador exterior. Jugador de rotación en el instituto, llegó a la universidad como alguien de plantilla, un buen complemento. Tras pasar por Illinois, ficharía por Santa Clara, donde cambiaría su suerte: decidió dar un paso adelante y convertirse en el líder de su equipo. No solo lo logró, sino que el Draft de la NBA se puso a tiro.

Pero lo que nadie esperaba es que Steve Kerr se lanzase a por él como 19ª elección. Tenía un plan: convertirlo en el sucesor de Klay Thompson. Tenía buena mano, gran movilidad y excelente predisposición para aprender. Como no podía ser de otra manera, llegaba para aprender e ir entrando en dinámica... hasta que todo explotó ante los Timberwolves: con Stephen Curry lesionado, las expulsiones del propio Thomson y de Draymond Green hicieron un agujero en el equipo.

Kerr dio la alternativa a Podziemski y no se arrugó lo más mínimo: con 23 puntos, fue el jugador revelación del partido. A partir de ahí, comenzó a tener minutos y su aportación empezó a ser muy importante, hasta el punto de convertirse en el cuarto rookie de las últimas dos décadas en firmar los números que estaba consiguiendo. Su entrenador lo tenía claro: "Va a jugar todas las noches. Se lo ha ganado. Seguro que será alguien importante para nosotros".

Desde ese día, Podziemski ha visto incrementada de manera exponencial su participación en pista y sus números siguen asombrando. Pero lo que más llama la atención es la especial conexión que ha forjado con Curry, una de las pocas razones que tienen para sonreír a día de hoy los aficionados de Golden State Warriors. El niño que empezó a jugar al baloncesto con 12 años y aprendió imitando a Ginóbili es la gran revelación de la NBA. Quién sabe dónde estará su techo.

Los caminos del éxito son, en muchas ocasiones, inescrutables. En todas las especialidades conocemos deportistas que están llamados a ser grandes estrellas por condiciones, cualidades y, sobre todo, por apoyo mediático. Pero no siempre los mejores terminan llegando a la élite y son numerosos los casos de atletas que acaban por triunfar cuando nadie lo esperaba. Y el protagonista de esta semana es un ejemplo claro de la importancia de esta segunda vía.

El Confidencial
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