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Carlos Rodríguez se consagra en Joux Plane, Pogačar y Vingegaard firman tablas
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En la etapa 14

Carlos Rodríguez se consagra en Joux Plane, Pogačar y Vingegaard firman tablas

Victoria extraordinaria del español para asaltar el tercer puesto en la clasificación general del Tour de Francia. El podio es el gran objetivo del granadino en una actuación espléndida

Foto: TEl español celebra la victoria. (Reuters/Benoit Tessier)
TEl español celebra la victoria. (Reuters/Benoit Tessier)
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A mí la Joux-Plane siempre me moló. La Joux-Plane está en Saboya, tierra de condados, y ducados, la de los Vittorios Amedeos y los Vittorios Emanueles y todo ese asunto. Seguro que me siguen. Territorio liminar, con sus versos en arpitán, sus nombres de remembranza transalpina, sus tensiones, su ascendiente en la política europea. De Saboya era Maurice Garin, que tiene récord insuperable como ganador del primer Tour. De Saboya era, digo, porque nació en el Valle de Aosta, así que italiano, aunque lo nacionalizaron francés para 1901, dos años hasta la Grande Boucle. Ya era doble vencedor en el Velódromo de las Hilaturas, así que igual fue fichaje.

Y eso, que la Joux-Plane está por Saboya, y menudos puertos hay por Saboya. Este es, creo, el más duro de todos. Debut tardío, época Hinault. Siempre finales de etapas maratones, etapas para temblar locamente. Allí casi pierde la carrera el gafitas Laurent en su año debutante, allí se hizo campeón el gafitas Laurent en su año debutante. Allí sufrió como un perro Indurain, pero nadie se dio cuenta, porque Indurain sonreía en plena angustia. Y allí, sobre todo, encontraron badenes dos yanquis. Mira que saltan badenes, los yanquis. En 2000 Armstrong palmó tiempos como un perruco, y si dura dos kilómetros más Joux-Plane lo mismo te pierde el Tour y aparece al julio siguiente sobre una bici con motor, reprís para salirse de la estratosfera y más médicos que Montgomery Burns... Pero salvó el asunto sobre Ullrich (ejemplo de limpieza y ética, Ullrich), y siguió hasta los siete, con Oprah en el horizonte.

Foto: Carlos Rodríguez, en una etapa de la Vuelta del año pasado. (EFE/Javier Lizón)

El otro era (ex) menonita, tenía clara de chiflao y menos escrúpulos que Vlad Tepes afilando estacas. Se llama Floyd Landis y ahora curra en el negocio de la marihuana medicinal (y recreativa, Floyd, tienes cara de recreativa, a mí no me mientas). ¿Pocas palabras? Landis se hunde en La Toussuire y dice que a tomar por el culo. Atraca siete farmacias, habla con Ferrari, con Bernard Sainz, con Eufe, con Panorámix y con el profesor Charles Xavier. Ustedes recuerdan aquello, ustedes saben cómo acabó. Sí, sí, lo saben. Pereiro no ha vuelto a pellizcarse desde entonces, por si acaso.

Festival de caídas

Todo eso es Joux-Plane. Eso y uno de los cols más duros que hay en Alpes, con sus "diez al diez", redondeando. Sin paredes imposibles, sin descansos cortarollos. Hoy llegaba, además, en etapa de espesor, con otras tres primeras antes. De acuerdo, Cou y Feu daban vergüencita (pa lo que ha quedao el Tour... en 1973, final por Les Orres, pusieron La Madeleine de segunda), pero Ramaz es cosa seria. Así que terreno sobra.

De primeras... caídas. Gordísima una casi nada más salir, con medio pelotón implicao (es un decir, no se me pongan a contar dorsales), parada por seguridad (la carrera no puede ir sin ambulancias, era obligao, es decisión correcta), quince minutos en las cunetas, parte de daños, volver al principio. Luego otra. Bardet fuera, Chaves fuera, Shaw fuera, Meintjes fuera, Pedrero fuera. El ciclismo es un deporte cruel en estas cosas, inmisericorde... Porque hay peligros, porque hay dolor, porque los demás siguen, los demás siempre siguen.

Siguen tanto que ritmito y escapada. Numerosa. Numerosa de cojones. Y calité. Llevan unos años estas etapas de monte que no hay fugas, sino grupos gordos que ruedan por delante del pelotón. Y sus buenos nombres. Pinot, Woods, Daniel Felipe, Ciccone, Juanpe, Powless, otros. Y él. Sobre todo él.

Se fuga Mikel Landa. Se fuga Mikel Landa, y hoy es sábado, y habrá fiestas en algún pueblo, se fuga Mikel Landa y suena Marea, se escapa Mikel Landa y todos están felices, fúgate Mikel, cuando quieras arrancamos / que en las líneas de la mano lo leyó. Hoy pegaban más versos de Amélie Gex, pero romper previsiones también es landismo. Porque, seamos claros... se fuga Mikel Landa y todos nos excitamos, se fuga Mikel Landa, hoy salimos, una y me voy, la última y me voy, me sentó mal el chupito. Se fuga Mikel Landa, hay verbena, baile, sonreír, guiñar, se fuga Mikel Landa, esta noche no se duerme, se fuga Mikel Landa y somos más jóvenes, se fuga Mikel Landa y la vida landista es la vida feliz.

El intento de Vingegaard

Se fugó Mikel Landa. (Y detrás tira el equipo de Vingegaard. No respetan nada, estos campeones sin corazón). Ah, en la escapada no entró mi corredor preferido de todos (Landa no es un corredor, sino el mesías, el enviado, el elegido, un vehículo para la autoparodia). No entro, digo, Phil Bauhaus. Bauhaus es que lo mola todo, Bauhaus es el puto amo, bien tonto debes ser para que no te guste Bauhaus. Denigrar a Bauhaus es sinónimo de ignorancia, incultura y estolidez. Empiezas odiando a Bauhaus y terminas por gritar "muera la inteligencia". Viva Bauhaus, hostias ya.

(Hablo de bicis, ¿eh?). ¿Decíamos que tira el equipo de Vingegaard? Oigan, miren, no... eso no es tirar. Eso es tortura, inquisición, el pozo y el péndulo, que te hagan cosquillas en las plantas de los pies. Van desgranando ciclistas como cuentas del rosario más colorido y hortera que usted imagine. Cuesta arriba y cuesta abajo. Benoot, van Baarle, van Aert antes de irse a dormir poco y perder calidad de vida. Suben Ramaz a ritmo cuartelero, y peta Pidcock, que tenía pinta interesante de cara al pódium (bueno, tampoco demasiado, pero oye, se queda Pidcock), bajan Ramaz a ritmo vanaertiano. Ritmo vanaertiano es arar la huerta con el rotabátor de motor lamborghini, ritmo vanaertiano es que vas a toda hostia, siempre igual, como sin cansarte. Entre sus patas y que el tío baja como los ángeles pues... el grupo queda en doce, no se para, locomotora chucuchú hasta base de Joux-Plane. Selección y desgaste.

placeholder Vingeaard en plena acción. (Reuters/Stephane Mahe)
Vingeaard en plena acción. (Reuters/Stephane Mahe)

Jumbo quiere montar la del Granon unos kilómetros al norte... (Corre por ahí la teoría de que Vingegaard va mejor con calorazo, la teoría de que Vingegaard maneja los esfuerzos encadenaos por encima de Pogačar, la teoría de que el esloveno tira más en puertos cortos y sufre por kilometrajes serios. Al menos en montaña, porque los Monumentos tienen distancia a montones, eh, distancia a montones. Ojo, no son castillos en el aire, que los basan toditos en el Tour 2022. Y con eso juegan).

Empieza Joux-Plane... y entra Majka. Entra Majka, hay dudas, se rompe la estrategia, estira el grupo. Ojo, también entró Majka en Granon, así que podríamos citar al Señor Lobo. Pero, oye, espera a ver si Jumbo no ha hecho una jumbada. Hasta que recupera van Aert, y descuelga a Mjka, porque van Aert te conquista él solo Cimmeria, van Aert encuentra a la Maga por el laberinto de Takeshi Kitano, van Aert puso notas al pie en el Ulysses...

Escalera clásica... van Aert, luego Kuss. Qué fino va Kuss, está currando bien Kuss, este año (otras veces Kuss tenía mejor pinta que laburo). Se quedan siete... los dos líderes, los dos gregarios, los dos del pódium (Hindley, que lleva coulotte en plan exhibicionismo, Carlos Rodríguez), y Félix Gall. Cinco a meta y... Hindley. Antes se quedó el austriaco, pero el último austriaco emocionante fue Anton Polster (esperaban otro chiste, ¿eh?). Así que se queda Hindley, aguanta Carlos Rodríguez, Pogačar manda pasar a Yates, así que se queda Carlos Rodríguez. Y Kuss. Y solo tres delante. Yates (que se olvida de que tiene sillín), Pogačar, Vingegaard. Cada cual a lo suyo. Ahora es casi carrera individual, aguante propio.

La épica de Carlos Rodríguez

Un kilómetro, ataca Pogačar. Sale Vingegaard, Pogačar insiste, Vingegaard se sienta, Pogačar abre diferencias. Diez metros, veinte, treinta. Así empiezan todas las aventuras. Vingegaard aguanta, lo tiene cerca, lo atisba. Cabeza: si Pogačar ve que no abre puede hundirse, si Vingegaard ve que no remonta puede hundirse. Eso es la bici... un deporte donde exprimes patas, sí, pero las hostias más grandes llegan a la psique... Fue un duelo a distancia. A distancia pero con lanzallamas, con bazucas, con espadas llenas de herrumbre (luego se te infecta la herida). Dos kilómetros así, Vingegaard vuelve, los dos se paran. Son Poulidor y Anquetil (sin las golfadas del normando), son Hinault y Lemond (sin la psicopatía del bretón), Son Contador y Andy Schl... na, olviden esto último. Suben mirándose, vigilándose como vigilas tu cuenta bancaria cuando inviertes en criptos...

Doble sprint, porque hay bonificación arriba de Joux-Plane. Doble sprint, segundines, toquecillos, golpes en el morruco. Y Pogačar vuelve a arrancar, acelerón, las motos que molestan, hay más motos que idiotas en el público. Bueno, vale, no, hay más idiotas... pero son demasiadas motos (luego más problemas con las motos cuando empalmaron Yates y Rodríguez). La llegada de arriba para Vingegaard (tres segundos más), Carlos Rodríguez cerquita (cerquita de ellos, cerquita del pódium virtual), cuidao con la bajada de Joux-Plane, que es puñetera, sí, la bajada de Joux-Plane.

placeholder Espectacular victoria del español. (Reuters/Petit Tesson)
Espectacular victoria del español. (Reuters/Petit Tesson)

Y eso, que empalman Carlos Rodríguez y Adam Yates, y Carlos Rodríguez lo hace fenómeno, porque adelanta justo antes de la primera curva (una malísima, a derechas), y baja arriesgando como bajas arriesgando cuando tienes veintidós en el dni, es tu primer Tour, ves Morzine cerca, ves el cajón a tu alcance. Por cierto, Rodríguez ha sido un ciclista con tendencia a besar suelo (con mucha tendencia a besar suelo), pero hoy bajó maravillosamente. Rápido y seguro, trazando con riesgo pero sin volverse loco. No es Konyshev, pero estuvo más que correcto.

Detrás Pogačar y Vingegaard, claro, porque siempre son Pogačar y Vingegaard. Tira el esloveno, arriesga, a Vingegaard le da dos estrincones la bici, no recortan distancias. Va a ganar Carlos Rodríguez, lo tiene hecho Carlos Rodríguez. Victoria y asalto al podium. Hindley va muerto, Hindley es como el profesor Frank-N-Furter. Qué pedazo de Tour, el Tour de Carlos Rodríguez. Increíble. Mira que yo confiaba en el chaval, pero esto supera todas mis expectativas. Ah, Pogačar hizo segundo, Vingegaard tercero. Tablas. Mañana más. Después descanso, crono, pepino, etapa con trampas para tasugos por los Vosgos. Nada decidido. Todo por ver. Enhorabuena, hoy, a Carlos Rodríguez.

A mí la Joux-Plane siempre me moló. La Joux-Plane está en Saboya, tierra de condados, y ducados, la de los Vittorios Amedeos y los Vittorios Emanueles y todo ese asunto. Seguro que me siguen. Territorio liminar, con sus versos en arpitán, sus nombres de remembranza transalpina, sus tensiones, su ascendiente en la política europea. De Saboya era Maurice Garin, que tiene récord insuperable como ganador del primer Tour. De Saboya era, digo, porque nació en el Valle de Aosta, así que italiano, aunque lo nacionalizaron francés para 1901, dos años hasta la Grande Boucle. Ya era doble vencedor en el Velódromo de las Hilaturas, así que igual fue fichaje.

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