El Valladolid, de un proyecto para Europa al descenso a Segunda (y Ronaldo en Formentera)

Hay un 2% de posibilidades de que el Valladolid de Ronaldo Nazário y Sergio González continúe en Primera División la próxima temporada. El milagro requiere la concurrencia de tres fenómenos improbables: que el Huesca y el Elche pierdan sus partidos (ambos en casa) contra equipos sin aspiraciones y que el propio equipo pucelano derrote al líder, el Atlético de Madrid, necesitado de tres puntos para conquistar la Liga más divertida de los últimos tiempos.

El pasado domingo, en el estadio de Anoeta, los blanquivioletas —el único equipo castellano en la categoría— hicieron uno de los mayores ridículos del fútbol español moderno. (El cronista del diario 'As' calificó a todos los titulares con la misma sentencia: “Realizó un partido indigno, muy lejos de la altura del Real Valladolid y de su afición”). Los pucelanos se jugaban la vida, pero decidieron salir al campo con varios suplentes y deambularon los primeros 45 minutos por el campo con una indolencia estupefaciente. En sus casas (y en las redes sociales), los aficionados se tiraban de los pelos. A 800 kilómetros, el presidente del club, Ronaldo Nazário, disfrutaba de los primeros calores de mayo sobre un barco en Formentera.

El exfutbolista brasileño ha escogido una forma de gestión relajada y distanciada, al estilo de Peter Lim en el Valencia, y pese al discurso machacón sobre que el club se está saneando y profesionalizando, el único dato incuestionable (además de la ausencia, en efecto, de deudas) es que el proyecto europeo del exmadridista tiene una pierna y tres cuartos en Segunda.

¿Cómo explicar la impotente y ridícula desidia de Anoeta? La prensa especializada y los periódicos regionales han dedicado estos dos días palabras muy duras al equipo, al técnico y al ‘Fenómeno’, sobre todo tras conocerse su espantada balear, especialmente sorprendente (como el comportamiento de sus jugadores) por el hecho de que el descenso no solo amargaría la vida a la afición, sino que frenaría el proyecto de construcción de la nueva ciudad deportiva (como también las obras de acceso al estadio José Zorrilla). Un histórico financieramente saneado, pero frenado en Segunda División.

La apuesta de Sergio

Varios aficionados colocaron la noche del domingo dos pancartas —una en la puerta 4 del estadio Zorrilla, otra en la Residencia de Jugadores— para responsabilizar a Ronaldo Nazário del inminente descenso. (Todavía no se había difundido su imagen, sonriente y ajeno a la tormenta, en compañía del actor Bruno Gagliasso, también brasileño).

El presidente se negó a cambiar de técnico a comienzos de año, cuando la situación lucía ya un aspecto muy preocupante, por motivos económicos: no quería “endeudar” al club. La jugada era arriesgada y ha salido mal: en la segunda vuelta, el equipo solo ha ganado un partido. Los fichajes no han destacado y la plantilla con la que se pretendía llegar a la Europa League ha terminado el campeonato de forma lastimosa. Saneamiento económico y fracaso deportivo. "Quiero pedir disculpas por el partido que hicimos hoy en la primera mitad, por lo importante que era para nosotros este encuentro", dijo el técnico tras la conclusión del penúltimo partido de la Liga: “La estrategia se vino abajo con los goles de Isak, el primero con tres defensas por delante”.

Ronaldo, que adquirió en septiembre de 2018 el 51% de las acciones del club y amplió posteriormente su participación hasta el 72%, fue muy bien recibido en Valladolid al liquidar con 19 millones la deuda que mantenía la entidad pucelana (en fase de concurso de acreedores) cuando regresó a Primera. Hoy, sin embargo, dirige el club por delegación, tiene su centro gravitatorio en Madrid y solo da entrevistas a grandes medios (internacionales). “No me voy a quedar aquí para siempre, tengo otras cosas para el futuro en mi mente”, afirmó en marzo a la revista 'Sports Illustrated': “Pero es demasiado pronto para hablar de eso. Quiero hacer que este club sea mucho mejor y más grande que cuando llegué. Después de eso, veremos. Por ahora, hay que seguir trabajando y mantener al equipo en Primera”.

Un paseo por Twitter permite ver que los aficionados le culpan, principalmente, por no haber cambiado al entrenador cuando el color del panorama era ya gris oscuro. Fuentes próximas al club aseguran que en la plantilla no cayó bien su ausencia en San Sebastián, aunque es imposible encontrar un nexo entre ello y su descanso dominical (estuvieron varios minutos descendidos matemáticamente).

Solo el presidente confió en Sergio González hasta el final. Al entrenador catalán le queda un año de contrato, pero es inimaginable que lo cumpla después del desplome de esta temporada. La profesionalización de uno de los clubes con el presupuesto más bajo de Primera no ha traído hasta el momento ventajas deportivas. “Somos un club muy ejecutivo”, afirmó la mano derecha de Ronaldo, David Espinar, tras la compra de la entidad en 2018. En este tiempo ha modificado la estructura de gestión, y este año ha fichado a un ejecutivo de LaLiga y a otro del Girona FC.

'El Presidente'

La imagen de sus futbolistas convocando al descenso y siendo zarandeados por la Real Sociedad —cuatro goles en 35 minutos— tardará en olvidarse en Valladolid. Mientras tanto, además de sus viajes y otros negocios, Ronaldo Nazário rueda el primer capítulo (hay anunciados tres) de la serie que prepara DAZN sobre su vida: 'El presidente'. El pasado domingo, el club explicó que su máximo accionista no acudía a San Sebastián por asuntos personales, pero que sí estaría este próximo sábado (18:00 horas) en Zorrilla para presenciar el partido contra el Atleti. Paradojas de esta vida: con una afición muy molesta y el club prácticamente instalado en Segunda, será un regalo celestial para Ronaldo que el Gobierno no haya accedido finalmente a aceptar público más que en cuatro estadios de Primera División.

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