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¿La muerte de los cámaras? Llegan las retransmisiones automáticas al deporte
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Disrupción en los derechos televisivos

¿La muerte de los cámaras? Llegan las retransmisiones automáticas al deporte

La crisis sanitaria y económica del coronavirus acelera la implantación de un nuevo modelo de retransmisión deportiva, la automática, con cámaras robotizadas gracias a la inteligencia artificial

Foto: Imágenes automáticas del campo del Deportivo de La Coruña, generadas por inteligencia artifical.
Imágenes automáticas del campo del Deportivo de La Coruña, generadas por inteligencia artifical.
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Las pérdidas económicas del coronavirus han acelerado un proceso imparable en el mundo del deporte: a casi nadie le sale rentable ya comprar derechos televisivos. Los cambios tecnológicos y la atomización de la atención ya habían alumbrado un ecosistema en el que una cosa quedaba clara: la generación Z ya no se sienta dos horas delante de un televisor a mirar un partido. Pero la crisis derivada de la pandemia abrevia la transición tecnológica. Si el baloncesto ACB ya ofrecía dudas sobre su rentabilidad, hoy ni siquiera el fútbol se salva de la quema: basta con ver el escándalo que envuelve a Mediapro en Francia después de haber dejado sin pagar en octubre 172 millones de euros.

En la continua búsqueda de modelos para monetizar la afición por el deporte en tiempos de estadios vacíos, la producción automatizada parece destinada a ser la próxima revolución: retransmisiones sin camarógrafos, operadas por inteligencia artificial y dirigidas en remoto por un pequeño grupo de productores audiovisuales a distancia, cuyos contenidos se suben a la nube para que puedan distribuirse por varios canales y plataformas (y no por uno solo en exclusiva, como ha sido la norma hasta ahora).

Vodafone perdió menos de un 10% de sus clientes cuando dejó de emitir el fútbol en sus paquetes de suscripción, hace un año y medio. “Y ahora, con el virus, nos hemos dado cuenta de que se vive perfectamente sin fútbol”, dice en conversación con este periódico Antonio del Corral, CEO de la empresa gallega Cinfo, principal representante español de la producción automática. La pujanza actual de Cinfo (80 empleados), que ha recibido una subvención mixta de más de cinco millones de la UE por ser “líder del segmento de la producción automática en Europa”, es un indicio del mundo poscoronavirus que se avecina: "Uno en el que no hay que estar todo el día pensando en vender los derechos a un solo operador".

placeholder Retransmisión automática en los campos de entrenamiento del Celta de Vigo.
Retransmisión automática en los campos de entrenamiento del Celta de Vigo.

El final de los derechos en exclusiva

“El modelo ya no vale”, insiste Del Corral: “Ya no compramos. Añadimos 'apps'… Los operadores han cambiado. La exclusividad de los contenidos es siempre un modelo negativo, porque acabas pagando de más, no es posible asignarles un valor. Los únicos que han ganado fueron la Liga y Tebas, el vendedor, gracias a su alianza con Roures. Pero esos negocios no volverán. Lo que hay que hacer ahora es construir el modelo en una colaboración entre federaciones, clubes, socios tecnológicos y patrocinadores”.

¿Gana dinero Telefónica hoy con el fútbol? Al no existir una métrica directa (como en los tiempos de Canal Satélite Digital), es complicado de calibrar. La impresión generalizada, sin embargo, es que no: los cambios en los hábitos de consumo y la irrupción de actores como Netflix y el resto de OTT, la proliferación de ofertas competidoras, constriñen cada vez más el espacio de juego de los deportes. En el caso de los no mayoritarios (prácticamente todos, menos el fútbol, el tenis y el baloncesto), la única solución rentable parece ser la producción automática: equipos o federaciones que se dotan de tecnología para constituir su propia OTT (servicio de libre transmisión de contenidos a través de internet), sin exclusivas, y venden los contenidos a diferentes plataformas para consumo de los usuarios.

Foto: Comparación entre la señal real y la virtual en un partido en el Camp Nou.

“La falta actual de ingresos y el confinamiento han acelerado un modelo de negocio que ya estaba aquí”, afirma el israelí Oren Simanian, fundador de la conocida plataforma Colosseum Technology y consultor del FC Barcelona: “El modelo clásico de derechos televisivos ya no funciona, y surgen soluciones disruptivas o digitales que buscan soluciones personalizadas y la participación de los fans: ya no se trata de ofrecer un mismo modelo para millones de personas”.

Simanian explica que la industria del automóvil ha sido la gran referencia de la producción automatizada y que “requiere tiempo e inversión alcanzar un modelo rentable… De hecho, no se ven coches autónomos en la calle todavía, ¿verdad? Hoy, el 95% de los partidos que se juegan en el mundo no se emite ni graba; la pregunta es: ¿queremos un futuro con más deporte y más categorías?".

El fundador de Colosseum menciona empresas como MySite, Pixellot, MyPlay o la propia Cinfo... Soluciones con diferencias entre sí, pero con un denominador común: utilizan el mínimo 'hardware' posible, para ahorrar costes. El elemento fundamental, como es fácil suponer, es el algoritmo: la inteligencia artificial genera cada segundo entre 30 y 40 instrucciones diferentes para cada cámara. Después, en una suerte de ‘call center’ audiovisual remoto, unos técnicos completan la producción de la emisión. “La producción es tan barata que resulta sostenible”, defiende Del Corral: “La operativa anual sale rentable”.

placeholder Una cámara de televisión, en un estadio de Primera División.
Una cámara de televisión, en un estadio de Primera División.

La idea de fondo es dar servicio a varios clientes con un solo equipo de cámaras robotizadas. “Un modelo de vídeo abierto”, que pueden utilizar los diferentes equipos de un mismo pabellón y cuyos contenidos alimentan propósitos diferentes (retransmisiones, detección de talento, análisis táctico, entrenamientos, seguridad en las gradas, etc.) mediante API y el pago de un porcentaje.

Este abrupto descenso del coste de las retransmisiones con la producción automatizada es posiblemente el último escalón en una caída de precios que dura ya una década. Si una retransmisión estándar tradicional (pongamos cuatro cámaras, con emisión vía satélite o con mochila) costaba 8.000 o 10.000 euros en 2010, hoy se pueden encontrar a 2.000 o incluso menos. “El mercado de las productoras está reventado”, aseguran en privado fuentes del sector.

¿La muerte del camarógrafo?

¿Implica este nuevo modelo una progresiva desaparición de los cámaras humanos? “Es habitual en tecnología un desplazamiento del empleo”, dice Simanian: “Hay nuevas reglas y exige una coordinación. Pero no creo que vaya contra ese sector: hoy hay cámaras en menos del 5% de los eventos deportivos mundiales. En mi opinión, hará falta más gente en producción, porque generará una ventaja competitiva”.

Foto: un-ingenio-espanol-para-ver-el-deporte-en-primera-persona

Borja Varela, consultor y asesor de la aceleradora británica de deporte y tecnología HypeSportsInnovation, no cree que “a corto o medio plazo” este proceso aumente el desempleo entre los camarógrafos. “Se trata de contenido que antes no se hacía, como categorías regionales, la Tercera División de fútbol o el rugby. Añade contenido a la parrilla, no se reemplazan cámaras de fútbol o baloncesto (donde sí se justifican)”.

“La producción automática no es el futuro”, continúa, “es el presente. Estaba incluso antes del covid, en el deporte y en otros sectores como la música: inteligencia artificial para seguimiento de patrones y movimientos, reconocimiento de imágenes. Ya hay varias industrias haciendo eso, con su propio 'hardware' o más flexibles, ‘hardwareagnósticas’ [más idóneas]. Se trata de una revolución: debido al coronavirus, empresas, organizaciones, federaciones y tenedores de derechos están casi en la obligación de buscar nuevos caminos para emitir contenidos y monetizar”.

placeholder La española Laura Puigdueta y la argentina Valentina Fernández, en el Mundial de hockey sobre patines. (EFE)
La española Laura Puigdueta y la argentina Valentina Fernández, en el Mundial de hockey sobre patines. (EFE)

El CEO de Cinfo, Antonio del Corral, repite que hay un millón de seguidores de federaciones de deportes ‘pequeños’ a los que nadie da servicio. El responsable de contenidos de la LigaSportsTV, Jaume Zorita, que coordinó emisiones de numerosas federaciones hasta el cambio de modelo este año por el llamado Pacto de Viana con el Consejo Superior de Deportes, no está seguro de que exista esa masa crítica de aficionados suficientes para hacerlo sostenible. (Y pone como ejemplo el hockey sobre patines, de gran tradición en Cataluña, cuyas retransmisiones en abierto en TV3 alcanzan muy poca cuota de pantalla).

“Me cuesta ver que un usuario vaya a pagar por estos deportes”, expresa Zorita en conversación telefónica: “No estoy seguro de que haya tanto mercado. Lo hay en Segunda B y Tercera División de fútbol, como demuestra la plataforma Footers, pero en otras modalidades está menos claro”.

Un millón de seguidores

Del Corral, sin embargo, ve la luz al final del túnel: “Solamente unas cuantas ligas en baloncesto, balonmano, waterpolo y volleyball suman un millón de seguidores en redes sociales. Y quedan muchas más ligas y deportes. Nuestro proyecto es juntar miles de pequeños clubes en el mismo sistema integrado de producción y distribución, con una tecnología que permita que, a medio plazo, el coste por evento sea inferior a 100 euros. Que seas del Real Madrid no impide que quieras ver el partido de tu localidad, o de tus hijos o sobrino. La base de nuestra propuesta es la suma de muchas pequeñas audiencias: es un tema de cifras, no un juicio cualitativo; habrá un punto de corte entre audiencia y coste”.

Foto: El Nueva Zelanda-Sudáfrica del 21 de septiembre fue el primer partido en estrenar el 'Free Viewpoint Video System Canon'. (EFE)

Borja Varela pronostica que la producción será 100% automática en categorías inferiores y 'amateur', y semiautomática (producida en remoto) para la Segunda División de fútbol. “La automática se usa ya para hacer clips de vídeo de ligas superiores y colgarlos en redes sociales. Se va a utilizar cada vez más. Los grandes deportes se adaptan”.

El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, hace una valoración “positiva” de la producción automática: “Creo sin duda que es bueno para el deporte, necesario para el deporte. Va a aportar más rapidez, más inmediatez y más posibilidades para que el deporte sea difundido en toda su extensión. La Liga ha sido una gran ayuda a las federaciones, fundamentalmente a aquellas que no tenían posibilidad de una enorme divulgación. Pero estamos hablando de otras posibilidades, de otros productores, de otros medios o de otras empresas… Sería una gran posibilidad para los deportes minoritarios”.

"No solo dinero público"

Además, apunta: “Cada vez somos más conscientes de que el deporte no puede estar subvencionado únicamente por dinero público. Al deporte tiene que venir dinero privado. Hay que traer a patrocinadores que vengan al deporte, y también el deporte dar lo mucho que pueda aportar a la sociedad a través de sus patrocinadores. Y esta producción automática posibilita una mejor y más rápida difusión, y una mejor producción deportiva. Y no solo del deporte minoritario. También de aquellos deportes mayoritarios”.

Blanco se refiere a la Liga4Sports, que cambió después su nombre a LigaSportsTV: un sistema de subvenciones a las federaciones a cambio de influencia política y partidos para emitir en su OTT (sin intervenir en su producción). Este modelo está en suspenso desde esta primavera: el contenido de las federaciones depende ahora del Consejo Superior de Deportes, que estaba en conversaciones con empresas de producción automática, pero no ha puesto en marcha aún su fundación. Sin capacidad todavía para gestionar estos contenidos ágilmente, ni tampoco plataforma para difundirlos, el CSD ha reculado y dado a las federaciones libertad para volver a emitir contenidos a través de la OTT de la Liga transitoriamente.

Foto: Irene Lozano, hace tres meses, en la toma de posesión de Joaquín de Arístegui como director general de Deportes (Efe).

Según Antonio del Corral y Alejandro Blanco, la producción automática acabará llegando al fútbol profesional (de hecho, la Liga tiene ya algún pequeño proyecto y Mediapro, una empresa llamada AutomaticTV, inspirada en la israelí Pixellot). Pero falta tiempo aún para eso. El asunto ahora es ver quién arriesga un par de millones de euros en el deporte minoritario para probar el sistema y su rentabilidad (espectadores, patrocinadores, etc.) antes de expandirlo.

Esta temporada es ya imposible, pero el caldo de cultivo indica claramente que en la 2021-22 llegarán las cámaras sin operador al deporte. Jaume Zorita explica que “todavía hay diferencia de calidad entre las retransmisiones con cámaras operadas y no operadas... No es lo mismo, al menos por ahora, tener cuatro cerebros humanos en un partido que no tenerlos". Los prototipos, sin embargo, mejoran a buen ritmo gracias a los avances en electroóptica (a pesar del reciente gag viral en el que un algoritmo confundió a un calvo con un balón de fútbol en un partido de la Segunda División escocesa, arruinando la retransmisión del partido). “Sigue habiendo un salto cualitativo”, dice el director de Contenidos de LaLigaTV, "pero ya son menos mecánicas. Para la ACB no valdrían, por ejemplo, debido a la diferencia de calidad. Pero lo veo bien para otros deportes donde no hay otra opción. Las que deben apostar ahora son las federaciones”.

Las pérdidas económicas del coronavirus han acelerado un proceso imparable en el mundo del deporte: a casi nadie le sale rentable ya comprar derechos televisivos. Los cambios tecnológicos y la atomización de la atención ya habían alumbrado un ecosistema en el que una cosa quedaba clara: la generación Z ya no se sienta dos horas delante de un televisor a mirar un partido. Pero la crisis derivada de la pandemia abrevia la transición tecnológica. Si el baloncesto ACB ya ofrecía dudas sobre su rentabilidad, hoy ni siquiera el fútbol se salva de la quema: basta con ver el escándalo que envuelve a Mediapro en Francia después de haber dejado sin pagar en octubre 172 millones de euros.

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