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Polémico final del España-Holanda: el punto de la norma que daría la razón a la árbitra
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Polémico final del España-Holanda: el punto de la norma que daría la razón a la árbitra

El reglamento dice que en los 30 últimos segundos del partido, si el balón no está en juego se castiga con la expulsión y 7 metros que un rival impida el saque para evitar una ocasión clara de gol

Foto: Ainhoa Hernández siendo expulsada. (EFE)
Ainhoa Hernández siendo expulsada. (EFE)

Quedaban ocho segundos cuando, tras un tiro a puerta de España errado, Ainhoa Hernández se colocó delante de la guardameta Tess Wester e impidió su saque. El balón salió rebotado hacia Shandy Barbosa, que sin oposición y con seis segundos para el final del partido, podía haber realizado un lanzamiento con muchas papeletas para que se convirtiera en el tanto definitivo. Sin embargo, la pareja arbitral francesa paró el partido y expulsó a la jugadora española y ordenó el lanzamiento desde los 7 metros. La norma dice que un jugador puede estar fuera del área, pero no puede tocar el balón hasta que no ha cruzado la línea. Las colegiadas galas interpretaron que Ainhoa cometió una ilegalidad y el certero lanzamiento de Lois Abbingh desde los 7 metros provocó que Holanda se llevara el Mundial y España la plata.

Hernández saltó desde fuera con los brazos extendidos, pero luego los movió hacia adelante. ¿Tocó el balón antes de que saliera del área? La pareja arbitral, que no pudo revisar la jugada porque en este torneo no había vídeoarbitraje, parece que interpretó que sí. Incluso pudieron pensar que Ainhoa había saltado desde dentro del área...

No obstante, al margen de esta posible explicación a su decisión, el reglamento también dice que en los 30 últimos segundos del partido, si el balón no está en juego (situación que se produce cuando lo coge la portera, como sucedió en esa acción), se castiga con la expulsión y los 7 metros que un rival impida o retrase el saque para evitar un lanzamiento o una ocasión clara de gol. En este caso, si bien es cierto que parece improbable que fuera un lanzamiento a portería, sí que es probable que fuera una ocasión clara de gol. Una interpretación, de cualquier manera.

El 30-29 final del marcador dejó con mal sabor de boca a una España que jugaba su primera final de un Mundial y sin la clasificación directa para los Juegos Olímpicos de Tokio, pero una muy buena excusa para una revancha precisamente en la cita nipona previo paso por el preolímpico que tendrá lugar del 19 al 22 de marzo.

Las jugadoras españolas, lejos de quejarse del arbitraje al final del encuentro, valoraron que estos episodios son normales en el deporte y que ahora corresponde levantarse y seguir trabajando para mejorar este resultado. Muy diferente enfoque al del caso del penalti de Piqué ante la Real Sociedad.

Quedaban ocho segundos cuando, tras un tiro a puerta de España errado, Ainhoa Hernández se colocó delante de la guardameta Tess Wester e impidió su saque. El balón salió rebotado hacia Shandy Barbosa, que sin oposición y con seis segundos para el final del partido, podía haber realizado un lanzamiento con muchas papeletas para que se convirtiera en el tanto definitivo. Sin embargo, la pareja arbitral francesa paró el partido y expulsó a la jugadora española y ordenó el lanzamiento desde los 7 metros. La norma dice que un jugador puede estar fuera del área, pero no puede tocar el balón hasta que no ha cruzado la línea. Las colegiadas galas interpretaron que Ainhoa cometió una ilegalidad y el certero lanzamiento de Lois Abbingh desde los 7 metros provocó que Holanda se llevara el Mundial y España la plata.

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