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El español que quiere reinar en el croquet ha demostrado que está cerca de lograrlo
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jugará con su verdugo en el open británico

El español que quiere reinar en el croquet ha demostrado que está cerca de lograrlo

Pepe Riva se quedó en semifinales del mundial donde perdió con el cuatro veces campeón del mundo Reg Bamford. Lleva meses estudiando la táctica del juego para ganar algún día el gran torneo

Foto: Riva, durante el campeonato.
Riva, durante el campeonato.

Es el mes de septiembre y en la terraza de un bar en la calle Santa Engracia se desarrolla una conversación completamente inverosímil. Se habla de un mundial, de la opción de ser campeón, del trabajo de los meses y las dificultades para subir en el ránking. Es improbable que en cualquier otro lugar de Madrid, incluso de España, alguien más esté hablando sobre croquet en ese momento. Pero ahí, con una cerveza en la mano, Pepe Riva se muestra confiado. Va al mundial de Nueva Zelanda y quiere ganar. No lo consiguió, pero bien cerca estuvo. Semifinalista, medallista mundial y halagado por todos los presentes. ¿Cómo ha llegado hasta allí?

La sorpresa es relativa porque Riva es, en todo caso, uno de los mejores jugadores del mundo. Sí, es cierto, que un español compita de igual a igual con los anglosajones es algo inaudito, el deporte tiene bastante tradición en la Commonwealth, pero desde luego no en este país. A veces, sin embargo no se necesita más que una sola persona que lo intente para conseguirlo. Y hoy Riva es medallista del mundial, pero a nadie de los que le han seguido en Nueva Zelanda estas últimas dos semanas le sorprendería que en el futuro levantase el título. Solo le consiguió ganar Reg Bamford, un sudafricano que, con cuatro títulos a sus espaldas, es quizá el mejor jugador de siempre en este deporte.

Foto: Pepe Riva estudia una jugada (Federación Española)

Y tanto le gustó a Bamford el juego de Riva que le propuso que en el próximo Open Británico ambos disputen juntos los dobles. "Me dijo que lo vamos a ganar, que habíamos hecho un partidazo y que hasta ese día no había encontrado su mejor juego", explica el asturiano a El Confidencial. Riva aceptó el elogio y la invitación, pero también le advirtió que haría todo lo posible por tomarse la revancha en el cuadro de individuales. "Me comentó que tenía que aprovechar ahora, que las próximas veces le será más complicado", cuenta el español. Y es que Riva, con 31 años, es un pipiolo dentro de un deporte que pide tanta precisión como estrategia.

placeholder Riva calcula una jugada.
Riva calcula una jugada.

El mentor

La parte de la precisión siempre fue el punto fuerte de Pepe. También es un excelente golfista, con handicap 4, un deporte que le ayuda a controlar el 'swing' y a poner la bola en el lugar exacto. Con eso, a pesar de todo, no era suficiente. En el mundial anterior, en Miami, no pasó de la fase de grupos aunque luego ganó uno de los cuadros de consolación. Allí conoció a Chris Clarke, exnúmero 1 del mundo, que detectó en su juego mucho potencial. Se acercó a él y le dijo que le quería ayudar, que él podía darle otra dimensión a su juego. Y desde entonces se convirtió en su entrenador a distancia, con una cadena de emails en la que ambos discutían la táctica, las aperturas y revisaban jugadas para hacer de Pepe uno de los mejores jugadores del mundo. "Luego hay que ser capaz de ponerlo en práctica, que esto no es mover una ficha con los dedos, hay que darle y ya puedes ser el mejor estratega del mundo, que si no eres capaz de pegarle...". Antes de empezar el Mundial el mentor y el alumno se vieron en Christchurch como último paso en la preparación.

Llegó al torneo como número 6, aunque vivir en España y trabajar todo el día no hace especialmente sencillo poder jugar muchos torneos. El pasado año solo estuvo en los más prestigiosos, siempre con buenos resultados. Cuartofinalista en el Open Británico, campeón de Europa y campeón de la Presidents Cup, en la que solo juegan los ocho mejores jugadores del hemisferio norte. Esa experiencia acumulada con el mazo en la mano le ha dado una nueva dimensión como jugador, pero el nivel cada vez es más alto y en Nueva Zelanda no lo ha tenido en absoluto sencillo.

Es más, cerca estuvo de no pasar de la fase de grupos. El primer día, con el campo sencillo, perdió dos de sus tres encuentros. Remontó, pero ese resbalón inicial le empujó a jugar un desempate para pasar el cuadro principal. No contento con eso, se puso 21-0 abajo en el encuentro definitivo, su rival estaba a solo cinco tantos de mandarle fuera del torneo, pero el turno era suyo. "Tenía un tiro de 25 yardas y si no le pegaba me iba a casa, pero mi casa estaba muy lejos, no nos habíamos pegado ese pedazo de viaje para caer en un play-off", explica con cierta suficiencia. "Él estaba jugando muy bien, cuando metí el tiro pensé que tenía que hacer el recorrido entero y para eso necesitaba controlar la adrenalina, bajar las pulsaciones y pensar la estrategia que me fuese a dar mejor resultado".

Foto: Pepe Riva, con el plato que distingue al campeón.

Con él estaban su madre, su hermana y su tía, con unas banderas españolas que en este ambiente tan anglosajón son tan extrañas como osos polares en el Serengueti. Tanto que en la web del torneo, cuando hacían comentarios en directo de los partidos, no tardaban en señalar la alegría que siempre acompañaba al representante español. "Las pobres sufrieron lo que no está escrito", dice el protagonista. Eso en persona, desde España le tenían el whatsapp siempre ardiendo, lleno de amigos interesados en un deporte del que tampoco saben mucho más allá de que Pepe Riva es uno de los mejores del mundo. Como pequeño homenaje, en la camiseta que llevó en este Mundial aparecían serigrafiados los nombres de muchos de ellos.

placeholder Riva, tras conseguir la medalla.
Riva, tras conseguir la medalla.

La presión existe

Y el sufrimiento no se quedó en la primera ronda, ya que en los octavos de final, contra Ed Wilson, también necesitó de su mejor juego para sacar adelante la partida. Perdió los dos primeros enfrentamientos y era un duelo al mejor de cinco, pero se las arregló para sobrevivir también a esto. "Fue brutal, él venía de ganar el Open de Nuva Zelanda al último campeón del mundo, necesité un tirazo de 17 yardas para seguir vivo, cuando lo conseguí di un grito de rabia y de nuevo intentar controlarme, porque tenía que hacer el turno entero para ganar", explica.

Se podría pensar que no es más que ocio, que al fin y al cabo Riva ni se dedica a esto ni nunca hará del croquet el centro de su vida. Pero no, porque esto es un deporte y él es un deportista, como tal respira y vive. En los momentos duros, en aquellos en los que estuvo cerca de salir del torneo por debajo de sus objetivos, temió. "¡Claro que hay mucha presión! Cuando estás ahí tienes que pegarle, te obligas, te importa. Ha sido un exitazo para mi y para el croquet en España", explica. En el cuadro final Riva, por poner un poco en contexto, era el único de todos los presentes cuyo idioma materno no era el inglés.

Nueva Zelanda es la última muestra de que lo puede conseguir, y es improbable que deje de intentarlo hasta logar el objetivo final, que no es otro que ser campeón del mundo. "Voy a tener más oportunidades y aquí la gente me dice que tengo juego para ganarlo. Fui de menos a más y me faltó haber estado en esta situación antes para poder ganarlo". La mayor parte de los competidores eran bastante mayores que él. Que algún día se lleve el torneo es un objetivo realista, a pesar de que un español en el croquet sigue siendo una rareza digna de estudio.

Es el mes de septiembre y en la terraza de un bar en la calle Santa Engracia se desarrolla una conversación completamente inverosímil. Se habla de un mundial, de la opción de ser campeón, del trabajo de los meses y las dificultades para subir en el ránking. Es improbable que en cualquier otro lugar de Madrid, incluso de España, alguien más esté hablando sobre croquet en ese momento. Pero ahí, con una cerveza en la mano, Pepe Riva se muestra confiado. Va al mundial de Nueva Zelanda y quiere ganar. No lo consiguió, pero bien cerca estuvo. Semifinalista, medallista mundial y halagado por todos los presentes. ¿Cómo ha llegado hasta allí?

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