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"Ismael, no voy a bregar contigo". Los dos hermanos que se negaron a luchar en la final
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UNA TRADICIÓN EN LA LUCHA CANARIA

"Ismael, no voy a bregar contigo". Los dos hermanos que se negaron a luchar en la final

Álvaro e Ismael Déniz protagonizaron el pasado sábado un momento emocionante en la final de una competición en Gran Canaria. Su duelo era el decisivo, pero se negaron a enfrentarse

Foto: Los dos hermanos abrazados al final de la luchada.
Los dos hermanos abrazados al final de la luchada.

La lucha canaria dejó el pasado fin de semana un episodio poco habitual en el deporte, sea cual sea el nivel. Con un importante título en juego, dos hermanos renunciaron a enfrentarse para respetar una larga tradición de esa disciplina, aunque eso perjudicara gravemente a uno de ellos. Los protagonistas fueron Álvaro e Ismael Déniz, luchadores grancanarios que demostraron que a veces no solo importa ganar, que hay asuntos más importantes.

La historia es la siguiente. Estrella y Unión Gáldar se enfrentaban el sábado en la final de la primera categoría de la Liga Cabildo de Gran Canaria, la competición de lucha canaria más importante de la isla. Con empate a 11 en el marcador (gana el que llega a 12), el decisivo enfrentamiento iba a tener como protagonistas a Álvaro e Ismael, 'Pollo de Moya III' y 'Pollo de Moya IV', como son conocidos. Nada extraño salvo porque en la lucha canaria existe la tradición de que dos hermanos no bregan entre ellos.

Era una circunstancia que ya estaba prevista. A principio de temporada, ambos acordaron, y así se lo comunicaron a sus equipos, que llegado el caso de tener que verse las caras respetarían la tradición. Ese momento llegó, con la circunstancia de que estaba el título en juego. La situación se resolvió con algo de suspense y tensión mientras el público que llenaba las gradas del terrero empujaba para que sí se produjera ese enfrentamiento.

"O somo serios o somos serios", le decía el mayor, Álvaro, luchador del Estrella, al mandador (entrenador) del Unión Gáldar. "Ismael, yo no voy a bregar contigo", le recordaba a su hermano, al que incluso le ofreció pagarle la ficha. Todo eso, con las cámaras de la Televisión Canaria recogiendo toda la discusión. Al final la tradición permaneció y el menor levantó la mano vencedora del mayor, antes de abrazarse entre lágrimas en medio del terrero.

"Este triunfo es amargo porque mi familia está por encima de todas estas cosas. Lo siento por mi hermano", dijo Álvaro tras la final. "Puedo llegar a entender a esas personas que piensan que di por perdido el encuentro sin ni siquiera pelearlo, a pesar de que quien sabe de lucha sabe que mi hermano es superior, pero permití conservar unos valores, una tradición de este deporte y no pasar a la historia como el primero que rompe esa tradición", explicó días después Ismael.

"Yo llevo desde que empecé en este deporte, desde que prácticamente no tenía casi ni edad de practicarlo, luchando y compitiendo junto a mi hermano", continuó el menor de los Déniz. "Me ha enseñado todo lo que sé y lo he tenido siempre como referente (...) Creo que es el tío con el que más leña me he dado entrenando y sería una falta de respeto intentar hacerle frente. Mantuve una tradición de este deporte. Vale, había un título en juego. Yo entreno todos los días para intentar ganarlo, pero tengo un vínculo de sangre con mi hermano y lo antepuse a cualquier cosa".

La lucha canaria dejó el pasado fin de semana un episodio poco habitual en el deporte, sea cual sea el nivel. Con un importante título en juego, dos hermanos renunciaron a enfrentarse para respetar una larga tradición de esa disciplina, aunque eso perjudicara gravemente a uno de ellos. Los protagonistas fueron Álvaro e Ismael Déniz, luchadores grancanarios que demostraron que a veces no solo importa ganar, que hay asuntos más importantes.

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