Es noticia
'Un bocado exquisito': todo vale para hacerse con una estrella Michelin
  1. Cultura
  2. Cine
ESTRENOS DE CINE

'Un bocado exquisito': todo vale para hacerse con una estrella Michelin

Nikolaj Coster-Waldau encarna a un chef estrella en este irregular drama de pareja en la Copenhague convertida en ciudad de referencia de la alta gastronomía

Foto: Nikolaj Coster-Waldau y Katrine Greis-Rosenthal, en 'Un bocado exquisito'. (Adso Films)
Nikolaj Coster-Waldau y Katrine Greis-Rosenthal, en 'Un bocado exquisito'. (Adso Films)

En 2010, el Noma arrebataba a El Bulli el cetro de mejor restaurante del mundo que otorga anualmente la revista 'The Restaurant Magazine'. Tras años de reinado de Ferran Adrià desde su rincón de la Costa Brava, Copenhague se convertía en la nueva capital de la alta gastronomía y transformaba en polo de atención culinaria un territorio, Dinamarca, con poco peso tradicionalmente en el mapa de los gourmets. Eso sí, el cine danés nos había regalado ya hacía años una de las mejores películas sobre el placer de cocinar para otros y de que cocinen para ti, 'El festín de Babette' (1987) de Gabriel Axel, a partir de un cuento de Karen Blixen. Ahora nos llega una nueva muestra danesa del siempre apetitoso matrimonio entre cine y gastronomía, 'Un bocado exquisito', que se sitúa en este escenario dibujado por el éxito del Noma, el de Copenhague como productora de chefs estrella.

Porque Carsten (Nikolaj Coster-Waldau), el protagonista de esta nueva película de Christoffer Boe, encarna ese prototipo de chef encumbrado en las últimas décadas que quizá justo en estos últimos tiempos ha entrado en cierta decadencia. Esos chefs que han adquirido el atractivo mediático de la estrella del rock'n'roll, mientras presumen de la vocación subversiva del artista de vanguardia que camina un paso por delante del resto a la hora de innovar en su campo de trabajo. El chef que ejerce al mismo tiempo de empresario de su marca y artesano obsesivo con la perfección hasta el punto de, en algunos casos, devenir un tirano para sus trabajadores. El chef que se considera un demiurgo capaz de ofrecer sensaciones únicas a un grupo de elegidos y un explorador que, sin moverse de su restaurante, se adentra en culturas exóticas ignotas a través de la experiencia del sabor. Esta figura sobredimensionada del chef que, por supuesto, dispone de su lado oscuro, es la que presenta 'Un bocado exquisito'.

placeholder La pareja de cocineros protagonista de 'Un bocado exquisito'. (Adso Films)
La pareja de cocineros protagonista de 'Un bocado exquisito'. (Adso Films)

Carsten y Maggi (Katrine Greis-Rosenthal) forman una pareja ideal, un matrimonio joven con hijos que han sacado adelante un restaurante de éxito en Copenhague al que solo le falta la rúbrica de la estrella Michelin para consolidar su prestigio. Aunque, como avisa a Carsten su mentor, conseguir la anhelada estrella puede ser la puerta al triunfo definitivo, pero también puede significar adentrarse en el camino de la ruina. 'Un bocado exquisito' resigue la lucha de la pareja para ser reconocidos por la guía gastronómica por excelencia en una carrera que por momentos, efectivamente, parece conducirlos más bien a la destrucción personal.

Christoffer Boe, el cineasta danés que se dio a conocer con 'Reconstrucción' (2003), posiblemente todavía su filme de mayor impacto, firma aquí un drama de pareja ambientado en el mundo de la alta gastronomía que responde a un modelo de cine de autor europeo de 'qualité' y vocación comercial. Firma el guion un especialista en este formato, Tobias Lindholm, colaborador habitual de Thomas Vinterberg, para quien ha coescrito el libreto de dos de sus filmes de mayor éxito, 'La caza' (2012) y 'Otra ronda' (2020). Quizá porque Boe no resulte un cineasta tan eficaz como Vinterberg o quizá porque nos encontramos ante un Lindholm menos inspirado, en 'Un bocado exquisito' se notan mucho más las costuras del guion y los caminos trillados por los que se desenvuelve el drama. La película imbrica la batalla casi a contrarreloj de los protagonistas para hacerse con la estrella Michelin con los acontecimientos de su vida en el pasado que les han conducido a la crisis de pareja que experimentan ahora mismo.

placeholder Christoffer Boe dirige el guion firmado por Tobias Lindholm. (Adso Films)
Christoffer Boe dirige el guion firmado por Tobias Lindholm. (Adso Films)

Con el foco puesto en las tribulaciones de la pareja, en 'Un bocado exquisito' se hacen más evidentes los tics puritanos que aquejan a menudo los dramas escritos por Lindholm, a pesar de su fachada moderna y liberal. En uno de los 'flashbacks', la protagonista recibe un "aviso" providencial sobre las consecuencias sobre el bienestar de sus hijos que comporta el hecho de ser infiel y de no vigilarlos el cien por cien del tiempo como corresponde a una madre modélica. Mientras que la actitud obsesiva de Carsten respecto a su trabajo también es contemplada desde este mismo prisma inquisidor respecto a su rol en la familia, y no tanto desde la crítica por comportarse como un déspota con los empleados, algo que también se apunta en un momento. El guionista incluso repite un recurso dramático especialmente retorcido (y supongo que esto se puede considerar un 'spoiler'), que una niña pequeña difunda una infamia de consecuencias devastadoras.

Por otro lado, la película descuida los elementos clave de los buenos filmes de cine y gastronomía. Se muestra incapaz de transmitir ese goce supremo que supone entregarse a los placeres del paladar, ni de celebrar las tradiciones culinarias que cuidan y expanden nuestros sentidos. La concepción del arte de la cocina se vincula más al rigor y al trabajo que al hedonismo o a la transmisión de amor, como sucedía en este último caso en 'El festín de Babette'. Por momentos, parece que 'Un bocado exquisito' propone cierta crítica a esta nueva cultura gastronómica liberal que idolatra a figuras individuales obsesionadas por alcanzar el éxito a través de una práctica elitista de la cocina. Pero la conclusión, facilona y complaciente, se desmarca de cualquier cuestionamiento en este sentido para abrazar esta idea conservadora de la familia unida en el triunfo empresarial final.

En 2010, el Noma arrebataba a El Bulli el cetro de mejor restaurante del mundo que otorga anualmente la revista 'The Restaurant Magazine'. Tras años de reinado de Ferran Adrià desde su rincón de la Costa Brava, Copenhague se convertía en la nueva capital de la alta gastronomía y transformaba en polo de atención culinaria un territorio, Dinamarca, con poco peso tradicionalmente en el mapa de los gourmets. Eso sí, el cine danés nos había regalado ya hacía años una de las mejores películas sobre el placer de cocinar para otros y de que cocinen para ti, 'El festín de Babette' (1987) de Gabriel Axel, a partir de un cuento de Karen Blixen. Ahora nos llega una nueva muestra danesa del siempre apetitoso matrimonio entre cine y gastronomía, 'Un bocado exquisito', que se sitúa en este escenario dibujado por el éxito del Noma, el de Copenhague como productora de chefs estrella.

Críticas de cine Cartelera y estrenos de cine
El redactor recomienda