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'La sombra de la ley': anarquistas, mafiosos y golpistas en la Barcelona de los años veinte
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'La sombra de la ley': anarquistas, mafiosos y golpistas en la Barcelona de los años veinte

Dani de la Torre vuelve a contar con Luis Tosar en su segundo largometraje, un 'thriller' histórico que recrea la Ciudad Condal en los momentos previos al golpe de Primo de Rivera

Foto: Luis Tosar protagoniza 'La sombra de la ley', de Dani de la Torre. (Fox)
Luis Tosar protagoniza 'La sombra de la ley', de Dani de la Torre. (Fox)

Viene a recordarnos Dani de la Torre en ‘La sombra de la ley’ que caer en el error de creerse originales y pioneros en la historia política es cuestión de vanidad y desmemoria; que Villarejo no se crea (ni lo hagamos nosotros) el primer fontanero ni que las cloacas del Estado son un invento moderno. El director gallego lo hace con una reconstrucción panorámica de la Barcelona de los años veinte, apenas unos meses después del magnicidio a tiros del presidente del Consejo de Ministros de Alfonso XIII, Eduardo Dato, y un par de años antes del golpe de Primo de Rivera.

En esa España en aguda crisis social e institucional, con el Desastre de Annual recién acontecido, el aumento de las tensiones entre la patronal y los sindicatos anarquistas por la mejora de las condidiones laborales, el movimiento feminista reforzado con la creación de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME) en 1918 y la represión policial consentida y amparada por la puesta en práctica de la 'ley de fugas' (asesinatos encubiertos de detenidos), 'La sombra de la ley' coloca al agente ficticio Aníbal Uriarte (Luis Tosar) como testigo privilegiado del maremágnum que fue Barcelona en 1921.

placeholder Michelle Jenner interpreta a Sara, una anarquista feminista. (Fox)
Michelle Jenner interpreta a Sara, una anarquista feminista. (Fox)

Y lo hace con maneras de superproducción de Hollywood, con citas a ‘Los intocables de Eliott Ness’ de Brian de Palma y un despliegue de suficiencia técnica (la cámara se mueve por los espacios como un capo por las calles bajo su dominio, como diciendo "estoy aquí y puedo hacer lo que quiera") pocas veces vista en el cine español. ¡Incluso hay persecuciones en las que coches de época dan vueltas de campana!

De la Torre ha recreado a su antojo las calles y los espacios de la Ciudad Condal de principios de los veinte

Después de sorprender con ‘El desconocido’, un ‘thriller’ contenido en el interior de un coche, De la Torre ha dado buena cuenta de los medios a su alcance y ha recreado a su antojo las calles y los espacios de la Ciudad Condal de principios de los veinte, turbulenta y efervescente, en un filme que baila entre el cine 'noir' clásico y el drama histórico, y que pretende una lectura muy actual sobre las crisis sociales, los falsos gurús y el recurso de la violencia como motor de cambio.

placeholder Ernesto Alterio interpreta a El Tísico. (Fox)
Ernesto Alterio interpreta a El Tísico. (Fox)

‘La sombra de la ley’ comienza casi como un wéstern rodado con maneras de cine de gánsteres: un grupo de hombres armados espera en la oscuridad el paso del tren militar de la MZ. Cuando las barricadas que hay en las vías obligan al ferrocarril a detenerse, el convoy es ametrallado. Y nadie sabe ni quiénes han sido los responsables del ataque, ni cuál era la carga (¿armas u oro?) ni el propósito final del robo.

Tosar ya se puso a las órdenes de De la Torre en 'El desconocido'

Para echar una mano en la investigación sobre el ataque, llega a la Brigada de Información Aníbal Uriarte (Tosar ya se puso a las órdenes de De la Torre en ‘El desconocido), un Bogart norteño de pocas palabras y con un pasado misterioso que pronto se integra en el sistema de corrupción y terror con que funciona la comisaría. De la Torre arma su propio 'grupo salvaje' con el inspector Rediú (Vidente Romero), el cabecilla del grupo; El Tísico (Ernesto Alterio), lento, desagradable y desconfiado, y Beltrán (Fredi Leis), el novato. Y en la presentación de personajes, De la Torre no acierta a dibujar el personaje de Beltrán con el suficiente empaque, que queda en un bosquejo frente a un Tísico histriónico y excesivo.

placeholder Luis Tosar, en 'La sombra de la ley'. (Fox)
Luis Tosar, en 'La sombra de la ley'. (Fox)

Y es a lo largo de la investigación cuando la película aprovecha para hacer una radiografía del panorama socio-político barcelonés, porque cada facción en conflicto está vinculada de una manera u otra con el golpe al tren militar. En la fábrica dueña del expreso atacado, los trabajadores, liderados por el sindicalista anarquista Salvador (Paco Tous), se niegan a reanudar el trabajo hasta que el propietario (William Miller) mejore sus condiciones. Y dentro del propio sindicato existe una fractura entre quienes abogan por una lucha pacífica y basada en el diálogo y la negociación y los que ven como única vía posible el uso de la violencia.

placeholder Otro momento de 'La sombra de la ley'. (Fox)
Otro momento de 'La sombra de la ley'. (Fox)

En las calles, las manifestaciones feministas encabezadas por Sara (Michelle Jenner) son castigadas con virulencia por parte de las fuerzas del orden, que además tergiversan el relato mediático para presentarlas como un grupo violento y peligroso, al que además responsabiliza de sus propios males. Y vemos también el cabaret El Edén, regentado por El Barón (Manolo Solo), un delincuente venido a más que acoge en su local tanto al hampa como a los políticos y a la burguesía catalana, que tienen más en común de lo que pretenden aparentar. Y el problema del guionista Patxi Amezcua ('El aviso', 2018) al abrir tantos frentes resulta en un exceso de metraje en una película que, por otro lado, transmite la sensación de opacidad de las conexiones del poder.

placeholder Cartel de 'La sombra de la ley'.
Cartel de 'La sombra de la ley'.

De la Torre consigue combinar en 'La sombra de la ley' el ritmo trepidante de las persecuciones y los tiroteos con una narración más reposada y evocadora. Además, conecta su relato con la actualidad, apuntando a los paralelismos que devuelven los momentos de crisis y conmoción social. Una película de género con fondo al que le falta, quizás, una caligrafía más íntima y propia, pero que es un golpe en la mesa para reivindicar que en España sí se puede hacer cine de industria, con factura, un cine de peso y de poso, y que se puede hacer bien.

Foto: 'First Man'.
Foto: Fotograma del filme.
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