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'La francesa Laura': Lope de Vega ya escribió sobre la violencia machista de hoy
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'La francesa Laura': Lope de Vega ya escribió sobre la violencia machista de hoy

La actriz Marta Poveda debuta en la dirección con esta obra descubierta en enero pasado en la Biblioteca Nacional y atribuida a Lope de Vega gracias a la inteligencia artificial

Foto: Un momento de la puesta en escena de 'La francesa Laura'. (Pablo Lorente)
Un momento de la puesta en escena de 'La francesa Laura'. (Pablo Lorente)

La historia es esta. Chico y chica, casados y enamorados. El jefe del chico, encaprichado de su mujer, envía al marido fuera del país para tener el campo libre. La chica sufre y aguanta el acoso de este señor, pelín baboso, pero se mantiene firme. El jefe manipula e inventa porque para eso tiene el poder y el calentón. Le hace creer que es una cornuda, que su marido se la está pegando mientras ella espera en casa. No funciona. El jefe insiste en la estrategia, reubica la supuesta infidelidad y hace creer al marido que su mujer se lo ha pasado en grande mientras él trabajaba fuera. Sí funciona. El marido vuelve a casa y decide matar a su mujer.

La historia podría suceder hoy, ayer y mañana, y ahí están las cifras de asesinatos por violencia machista, pero sucede en París, en 1453. La chica se llama Laura y es hija del Duque de Bretaña. Su marido es el Conde Arnaldo. El jefe es el Delfín, el heredero al trono de Francia, que acaba de sellar la paz con Inglaterra tras la Guerra de los Cien Años. Y, aunque no lo parezca, esta historia titulada La francesa Laura es una comedia y llevaba años acumulando polvo en la Biblioteca Nacional, donde se había conservado anónima en un manuscrito de fines del siglo XVII. El pasado enero fue descubierta por investigadores de las universidades de Valladolid y Viena y atribuida a Lope de Vega (1562-1635) tras el uso de inteligencia artificial. Así que, aunque nos suene a vieja, es la primera vez que esta obra se lleva escena y eso tiene algo de gran acontecimiento teatral tratándose del autor de La dama boba o El perro del hortelano.

placeholder Un instante de la representación de 'La francesa Laura'. (Pablo Lorente)
Un instante de la representación de 'La francesa Laura'. (Pablo Lorente)

Al frente del montaje, alguien que, como el texto, también vive su primera vez: Marta Poveda, actriz de reconocida trayectoria en el teatro del Siglo de Oro y en la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), que debuta en la dirección de escena con este montaje de la Fundación Siglo de Oro, que en 2015 ya estrenó otro texto de Lope recién descubierto entonces, Mujeres y criados. En el reparto, Macarena Molina, Martín Puñal, Manuela Morales, José Juan Sevilla, Sheyla Niño y Ángel Ramón Jiménez, actores de la compañía a los que se suma Agus Ruiz, el único intérprete elegido por Poveda. La obra, que se puede ver en los Teatros del Canal hasta el 17 de diciembre, llegará en 2024 a los festivales de teatro clásico de Olmedo y Almagro.

Quise matarla porque era mía, claro

“Tenía dos objetivos principales”, explica Poveda a este diario, “el primero, que se entendiera perfectamente la palabra de Lope y que el público pudiera disfrutarla teniendo en cuenta que es la primera vez que se representa; el segundo, descubrir si el texto podía ser aproximado al siglo XXI”. Y esa aproximación está en esta puesta en escena porque Lope es hijo de su tiempo y su obra, espejo de la sociedad de su época y, aunque es problemático leer un texto de hace cuatro siglos con ojos de hoy, lo cierto es que La francesa Laura pone sobre la mesa el eterno asunto de la honra, tan habitual en el teatro áureo como en nuestro siglo XXI, con la diferencia de que ahora sabemos que esa honra en disputa no es la de las mujeres, sino la de esos hombres que se sienten agraviados, amenazados y legitimados para ejercer la violencia.

En escena veremos una réplica del Corral de Comedias de Almagro y en ella, a siete intérpretes vestidos de nude y blanco, un color oxímoron en una historia llena de toxicidad y maltrato psicológico que transita entre la comedia palatina y el vodevil de puertas y que se abre con el reparto dividido en dos bandos enfrentados, como si aquello fuera una guerra —la de los Cien Años o la del machismo y el patriarcado contra las mujeres—, una guerra que comienza en escena muda y con movimientos ralentizados y que termina con un baile de Laura y Arnaldo, una pareja que parece feliz, pero que apenas se conoce, que sublima un amor de cimientos frágiles que se convertirá en un infierno de celos y desconfianza: “La función habla, perdón por el cliché, de relaciones tóxicas, de un amor que se supone que es el que tenemos que vivir, ahora y hace cuatro siglos, en el que no parece importar tanto conocer a alguien como el hecho de cumplir con lo que se supone que uno tiene que cumplir”, dice la directora, “y eso hace que la relación de Laura y Arnaldo esté supeditada al auto boicot, a los celos infundados y al estatus. Y lo más tremendo de todo es que Arnaldo es un tipo que no quiere hablar ni escuchar, que se va alimentando de lo que tiene alrededor y decide cargársela, que es exactamente lo que está pasando hoy, en el siglo XXI”.

Britney Spears y un final ambiguo

En ese corral de comedias de dos alturas, lleno de puertas por las que entran y salen los intérpretes, Poveda intercala escenas de mucho texto con movimientos coreografiados que a veces son repetitivos y otras, puro slastic, una decisión que resta solemnidad y dota de agilidad y contemporaneidad a un montaje con algunos momentos bellísimos, en los que sus intérpretes tararearán Blue moon o sonarán acordes de Toxic, de Britney Spears. La francesa Laura comienza con un ritmo un poco desbocado y se va asentando cuando la comedia muta en un drama en el que Poveda mirará con dulzura y empatía a las mujeres que lo protagonizan —Laura, su prima Flordelís o su doncella— y apostará por explotar una comicidad que raya en el ridículo y el patetismo en el caso de los personajes masculinos, convertidos todos en mequetrefes a excepción de un criado, el único con dos dedos de frente, el único capaz de identificar la injusticia y prever el terror, el único capaz de modificarlo. Poveda apuesta por un final ambiguo y agridulce que bascula entre la fidelidad al texto de Lope y su negativa a asumir con ligereza un final de fueron felices y comieron perdices.

placeholder Puesta en escena de 'La francesa Laura'. (Pablo Lorente)
Puesta en escena de 'La francesa Laura'. (Pablo Lorente)

Y quizá hubiera estado bien un desmarque más claro de la directora en ese final, pero la obra es un encargo y se nota. Es evidente que Marta Poveda ha puesto en este montaje mucho juego y oficio y que sale más que airosa de su debut como directora (ojalá sea la primera vez de muchas), pero también es notorio que el reparto es irregular y que no todos los intérpretes encajan con su personaje. Agus Ruiz (Conde Arnaldo), Sheyla Niño (Laura) y Manuela Morales (Flordelís) hacen un trabajo solvente y brillante por momentos, pero Ángel Ramón Jiménez no convence como el delfín, un grandullón caprichoso muy lejos del tipo perverso y nocivo que orquesta toda una estrategia de mentiras y falsedades para llevarse a la cama a una señora y, de paso, destruirle la vida. Tampoco convence Martín Puñal, que interpreta los papeles de Filiberto, el rey de Inglaterra y Albano con un código engolado y declamativo que resulta antiguo y que está muy lejos del que usan sus compañeros de reparto. Y si el vestuario que firma Gloria Caballero es precioso, elegante y delicado, las luces del montaje, de Rodrigo Arribas, director de la Fundación Siglo de Oro, dejan mucho que desear. Le queda tiempo a este montaje para pulir todo eso antes de llegar a Olmedo y Almagro, y ojalá suceda.

'La francesa Laura'. Autor: Lope de Vega. Dirección: Marta Poveda. Reparto: Macarena Molina, Martín Puñal, Manuela Morales, José Juan Sevilla, Sheyla Niño, Ángel Ramón Jiménez y Agus Ruiz. Hasta el 17 de diciembre en los Teatros del Canal.

La historia es esta. Chico y chica, casados y enamorados. El jefe del chico, encaprichado de su mujer, envía al marido fuera del país para tener el campo libre. La chica sufre y aguanta el acoso de este señor, pelín baboso, pero se mantiene firme. El jefe manipula e inventa porque para eso tiene el poder y el calentón. Le hace creer que es una cornuda, que su marido se la está pegando mientras ella espera en casa. No funciona. El jefe insiste en la estrategia, reubica la supuesta infidelidad y hace creer al marido que su mujer se lo ha pasado en grande mientras él trabajaba fuera. Sí funciona. El marido vuelve a casa y decide matar a su mujer.

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