Los misteriosos canales de hace casi 3.000 años que desconciertan a los arqueólogos en Israel
Han sido descubiertos en la Ciudad Vieja de Jerusalén y los especialistas están convencidos de que jugaban un papel importante, pero no consiguen desvelar para qué servían
¿Qué eran? ¿Para qué servían? ¿Transportaban quizás algún líquido? Las preguntas se les amontonan a los arqueólogos que han descubierto en la Ciudad Vieja de Jerusalén unas extrañas estructuras de hace 2.800 años. Se trata de un grupo de canales, de un conjunto de grandes tuberías, situadas en el yacimiento de la Ciudad de David. Nunca se había descubierto en Israel nada parecido.
Las enigmáticas tuberías se remontan al siglo IX a.C. y se encontraban próximas tanto al palacio real como al Templo de Jerusalén, lo que empuja a los arqueólogos a sospechar de que debían jugar un papel importante en la economía de la ciudad. Pero los expertos no consiguen determinar para qué servían exactamente esas estructuras.
"Otra posibilidad es que los canales contuvieran dátiles, dejados allí para que los calentara el sol y producir silan (miel de dátiles)"
“Hemos llevado a varios expertos al lugar para ver si encontraban residuos en el suelo o en la roca que no fueran visibles a simple vista y ayudarnos así a entender qué fluía por esos canales”, asegura Yiftah Shalev, investigador de la Autoridad de Antigüedades de Israel, en declaraciones recogidas por el Times of Israel. “Queríamos comprobar si había restos orgánicos o rastros de sangre, por lo que incluso solicitamos la ayuda de la unidad forense de la policía y de sus colegas de investigación de todo el mundo. Pero hasta ahora todo ha sido en vano”.
Los arqueólogos hipotizaban con la posibilidad de que la zona hubiera acogido hace casi tres milenios un matadero de animales para banquetes o sacrificios religiosos. pero al no encontrarse rastros de sangre, esa teoría ha sido descartada. Los arqueólogos se preguntan ahora si el lugar habría podido ser utilizado para remojar productos, en concreto, para remojar linaza para la producción de tejidos de lino. Pero no dejan de ser conjeturas.
“Otra posibilidad es que los canales contuvieran dátiles, dejados allí para que los calentara el sol y producir silan (miel de dátiles), como ocurre con instalaciones similares descubiertas en lugares distantes como Omán, Bahréin e Irán”, señala Shalev.
En lo que los arqueólogos sí parecen estar de acuerdo es en la importancia de esos canales, dada su situación estratégica junto al palacio real y el templo de Jerusalén. “La ubicación central de los canales cerca de las áreas más destacadas de la ciudad indica que el producto elaborado con ellos estaba relacionado con la economía del templo o palacio”, apunta el profesor Yuval Gadot, del departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, al Times of Israel.
¿Qué eran? ¿Para qué servían? ¿Transportaban quizás algún líquido? Las preguntas se les amontonan a los arqueólogos que han descubierto en la Ciudad Vieja de Jerusalén unas extrañas estructuras de hace 2.800 años. Se trata de un grupo de canales, de un conjunto de grandes tuberías, situadas en el yacimiento de la Ciudad de David. Nunca se había descubierto en Israel nada parecido.