Es noticia
Hallan en retretes de Jerusalén la muestra más antigua del parásito que provoca la diarrea
  1. Cultura
LETRINAS DE 2500 AÑOS

Hallan en retretes de Jerusalén la muestra más antigua del parásito que provoca la diarrea

Los dos retretes analizados se encontraban en una vivienda de una familia de clase alta, que eran los pocos que podían permitirse tener una letrina con pozo negro

Foto: Las dos letrinas de Jerusalén. Armon ha-Natziv (A, izquierda) y la Casa de Ahiel (B, derecha). Créditos de imagen: (A) Y. Billig, (B) F. Vukosavović (cambridge.org)
Las dos letrinas de Jerusalén. Armon ha-Natziv (A, izquierda) y la Casa de Ahiel (B, derecha). Créditos de imagen: (A) Y. Billig, (B) F. Vukosavović (cambridge.org)

Los científicos no solo analizan restos óseos o vasijas milenarias para entender cómo eran nuestros antepasados, qué comían o qué enfermedades padecían. A veces, toca hacer un trabajo un poco menos solemne y lanzarse a analizar excrementos y letrinas. Nuestros antepasados también iban al baño y, aunque los retretes no eran tan comunes como en la actualidad, contamos con varias letrinas bien conservadas, como las encontradas en Jerusalén.

En estas letrinas, los científicos han buscado restos de heces para estudiar. Al igual que los médicos actuales pueden analizar nuestras defecaciones, sangre u orina para conocer nuestro estado de salud, los científicos hacen lo mismo con restos fecales de hace más de 2.500 años. El hallazgo de un parásito que provoca disentería es más que sorprendente, y explica mucho de la familia que hacía uso de esos retretes.

Foto: 'Tropas de asalto avanzan bajo el gas', Otto Dix. (1924). The Museum of Modern Art, Nueva York

La investigación, fruto de una colaboración entre la Universidad de Cambridge, la Universidad de Tel Aviv y la Autoridad de Antigüedades de Israel, se enfocó en el descubrimiento de ‘Giardia duodenalis y disentería en la Jerusalén de la Edad del Hierro’. Las muestras se tomaron de los sedimentos de unas letrinas que datan de los siglos VII-VI antes de Cristo y en ellas se encontraron restos del organismo unicelular Giardia, un parásito que causa disentería. Aunque en la Edad de Hierro las letrinas no eran desconocidas, eran más habituales en las viviendas de la élite.

Más viejo que el cagar

La disentería es una enfermedad intestinal producida por diferentes bacterias o parásitos microscópicos, como la Giardia lamblia. Es una causa bastante común de enfermedad diarreica, y cursa con dolores, calambres, fiebre, diarrea debilitante y deshidratación. Puede llegar a ser mortal. La muestra del parásito encontrada en las dos letrinas del Reino de Judá es la más antigua que tenemos hasta la fecha.

Las ciudades antiguas se veían afectadas por brotes de enfermedades intestinales

El autor principal del estudio, el Dr. Piers Mitchell, del Departamento de Arqueología de Cambridge, explica que “el hecho de que estos parásitos estuvieran presentes en los sedimentos de dos pozos negros de Jerusalén de la Edad del Hierro sugiere que la disentería era endémica en el Reino de Judá”. Los expertos explican que esta enfermedad se transmite por las heces, que contaminan el agua potable y los alimentos. Se cree que en las primeras ciudades del Cercano Oriente, debido al hacinamiento, al calor y a las moscas, padecían estos brotes de enfermedad, que se extendían con rapidez.

Varios textos médicos antiguos de Mesopotamia hacen referencia a una diarrea que afectaba a las poblaciones de la zona donde se encontraron las letrinas, por lo que los científicos están seguros de que Giardia fue uno de los responsables de estas afecciones endémicas. Esta no es la primera vez que se encuentran restos de parásitos intestinales en muestras fecales antiguas. En anteriores investigaciones, se han encontrado restos de Entamoeba, Tricocéfalos, Tenia y Oxiuros.

Los científicos no solo analizan restos óseos o vasijas milenarias para entender cómo eran nuestros antepasados, qué comían o qué enfermedades padecían. A veces, toca hacer un trabajo un poco menos solemne y lanzarse a analizar excrementos y letrinas. Nuestros antepasados también iban al baño y, aunque los retretes no eran tan comunes como en la actualidad, contamos con varias letrinas bien conservadas, como las encontradas en Jerusalén.

Israel Arqueología
El redactor recomienda