El WARM UP Festival resiste tras la lluvia con Carolina Durante, Vetusta Morla y sorpresa de Leiva

Por mucho que intentemos dejar nuestra huella en el mundo, y sentirnos fuertes como seres humanos y como sociedad, hay ciertos sucesos que aún nos demuestran que, por muy preparados que estemos, la naturaleza puede hacer saltar por los aires nuestros planes. En el caso del festival WARM UP Estrella de Levante de Murcia, la lluvia y la tormenta destruyeron sin piedad todo el trabajo y la ilusión que se habían invertido para la primera jornada principal, aunque al día siguiente el evento murciano logró armarse de resiliencia y tesón para brindarnos un día y una noche para el recuerdo.

Todo empezó los días previos con un preámbulo de lujo: secret shows de las bandas murcianas Viva Suecia y Second, y bandas tan excitantes como La Élite y Apartamentos Acapulco en la programación gratuita en salas de la ciudad. El viernes ya abrió sus puertas el recinto principal de La Fica con la jornada Welcome V Aniversario, un día de calentamiento encabezado por Kasabian, quienes dieron un concierto satisfactorio, aunque quienes ya les habían visto anteriormente con el cantante original debieron sentir que faltaba algo importante. Por su parte, Ojete Calor dieron su ración de verbena y diversión sin ninguna pretensión, en una fórmula que puso contentos a muchos.

Aunque la noche anterior ya se habían divisado algunos truenos en el cielo nocturno, pocos sospechaban que, al llegar el primer gran día principal, la lluvia arrasaría con prácticamente todo lo que había programado. Solo Maestro Espada y Natalia Lacunza, a primera hora de la tarde, pudieron dar sus conciertos antes de que la tromba de agua detuviese el festival en el momento en el que los ingleses Temples empezaban a conectar con el público con su rock psicodélico tras apenas un cuarto de hora.

La intensidad con la que empezó a caer la lluvia no solo obligó a la organización a detener todos los conciertos, sino que más tarde confirmaron que, tras reunirse con los responsables de Protección Civil, Policía Local y Concejalía de Seguridad Ciudadana, habían decidido cancelar el día entero "al no poder garantizar las condiciones de seguridad al 100%". Por lo tanto, todos los demás artistas programados para el sábado se quedaron sin actuar, incluyendo los excelentes cabezas de cartel internacionales que había logrado contratar el festival, Franz Ferdinand y Moderat.

El festival resucita el domingo

El domingo, los asistentes empezaron a llenar el recinto de La Fica desde bien temprano por la tarde, con ganas de pasarlo bien ante la incertidumbre de si la tormenta iba a acabar trastocando también los planes ese día. Tras entrar en calor con el pop de Cariño, ya llegó una agradable sorpresa en el concierto de Iván Ferreiro, que salió al escenario acompañado de una banda en la que estaba incluido el mismísimo Leiva al bajo. Alternaron temas del nuevo y aclamado disco de Ferreiro, Trinchera Pop, con clásicos del repertorio del gallego como Turnedo e himnos de su antigua banda Los Piratas como El Equilibrio es Imposible y Años 80. Además de tocar durante todo el concierto, Leiva puso la voz en El Pensamiento Circular.

La tormenta, que hasta ese momento había dado una tregua para disfrutar de la jornada, volvió a cebarse con el festival cuando salió la banda de rock, punk y pop Carolina Durante. Mientras despachaban sus temazos, la lluvia se iba volviendo cada vez más intensa, y cada vez eran más los que temían que de repente todo volviese a cancelarse y el público fuese desalojado del recinto, como el día anterior. Precisamente ese fue uno de los motivos para que la gente desafiase al clima saltando y cantando sin parar mientras podían, y metiéndose a los pogos a divertirse por muy empapados que acabasen, al ritmo de canciones tan enérgicas como Cayetano, Casa Kira, Famoso en Tres Calles, Las Canciones de Juanita o Perdona (Ahora Sí Que Sí), en la que les acompañó a la voz Alicia Ros de Cariño, como ya hizo en el WiZink Center. "Es solo agua", animó el cantante Diego Ibáñez a corear al público, gran parte del cual se mantuvo firme en su voluntad de jolgorio hasta el final del show, pese a la tromba que estaba cayendo. Fue una locura en la que la música de Carolina Durante demostró tener el poder de que muchos restasen importancia al hecho de calarse hasta los huesos, y bien que mereció la pena.

Por fortuna, la lluvia empezó a amainar en cuanto acabaron los madrileños, como si fuese cierta la broma que habían lanzado de que eran ellos quienes traían la tormenta. Durante la mayor parte del maravilloso concierto de Rocío Márquez y Bronquio, poco más que chispeaba, o al menos el agua no caía ya con tanta intensidad, lo cual fue una bendición para disfrutar como merecía de esta gran cantante de flamenco, que con esta propuesta en colaboración con el artista electrónico encandiló a quienes se habían congregado, fascinados por muy mojados que estuviesen ante una voz tan poderosa y una muestra de tan buen gusto.

Parecía que lo peor había pasado y que el festival continuaba, para alegría de las miles de personas que querían pasarlo bien hasta el final. Eso sí, con una baja sensible: uno de los cabezas de cartel, The Kooks, cancelaba por "problemas técnicos". Pero, sinceramente, no se les echó mucho de menos, teniendo en cuenta los conciertos que pudo salvar la organización. Una banda internacional aún más emblemática, los estadounidenses Yo La Tengo, mostró la calidad de su indie rock y de su delicado noise abanderando la gran recepción que ha tenido su nuevo álbum, This Stupid World.

En el escenario principal, la banda que más público era capaz de mover en este día lograba que el festival resucitase de forma definitiva, ya casi sin rastro de lluvia (más allá de los charcos): Vetusta Morla. Como siempre, ejecutaron estupendamente las grandes canciones de indie rock de su ilustre trayectoria como Copenhague, Los Días Raros o Finisterre, entre muchas otras, que tan hondo han calado entre tantas personas, e incluso invitaron a Rocío Márquez a que cantase con ellos Corazón de Lava, quien de esta forma volvió a lucirse tras su propio concierto. El vocalista Pucho estuvo muy comunicativo, llenando de calor los corazones de sus fans y animando a seguir disfrutando de la música pese a las complicaciones climatológicas vividas.

Bailes y pogos toda la noche

Y si había algo capaz de levantar el ánimo ya del todo sin duda era Cala Vento. Aquí, la organización tuvo un pequeño desliz al adelantar su actuación un cuarto de hora y comunicarlo con muy poca antelación, lo cual hizo que gran parte del público ni se enterase del cambio y llegase con el show empezado; además, por culpa de este ajuste se pisaron durante un rato con el final de Vetusta Morla, lo cual al principio no estaba contemplado.

Por si fuera poco, Cala Vento se vieron interrumpidos a mitad de concierto por los ruidosos e inoportunos fuegos artificiales que fueron lanzados desde el escenario principal al acabar Vetusta. Sin embargo, nada de ello impidió que el dúo catalán se metiese en el bolsillo a los que habían tomado la buena decisión de acercarse a verles, vibrando con su rock y con las excelentes canciones de su nuevo álbum Casa Linda, uno de los mejores que hemos escuchado en este 2023. Al público le costó un poco arrancar con los pogos, pero en cuanto se pusieron a ello la exaltación se contagió rápidamente y la gente no paró de saltar y cantar hasta el final.

Por su parte, apuestas seguras para un festival como este y tan consolidadas en el indie pop nacional como son Dorian y Varry Brava se alternaron con el gran cabeza de cartel internacional que quedaba, el grupo de electrónica y pop inglés Hot Chip, que ya de madrugada llevó la fiesta a su propia dimensión instigando bailes multitudinarios al ritmo de temazos como Ready for the Floor y Over and Over. Además, en el escenario pequeño aún quedaba otro de los mayores subidones: el dúo de punk con sintetizadores La Élite, que con su divertida propuesta y sus locas letras pusieron patas arriba a un entregado público, como ya habían hecho tres días antes en la programación en salas. En esta ocasión, en un formato Big Show que solo añadía una pantalla con dibujitos en blanco y negro y algo de iluminación complementaria, aunque realmente no necesitan más que su música y su irreverencia para arrasar con todo.

En definitiva, y pese a las enormes adversidades, el WARM UP se las ha apañado para salvar los muebles: la cancelación forzosa del sábado fue dolorosa, pero el festival logró remontar a lo grande el domingo con la que probablemente ha sido la mejor jornada de su aún corta historia por la variedad y la calidad de las actuaciones, así como por la gran experiencia vivida haciendo frente a un clima adverso para que la música fuese la gran triunfadora. De hecho, hay que decir que, aunque los cabezas de cartel del malogrado sábado eran más potentes, lo cierto es que desde el principio la programación del domingo resultaba más atractiva y completa en su conjunto.

También fueron importantes los conciertos gratuitos diurnos que organizó el festival durante el fin de semana en las plazas de Murcia, que sí pillaron a esas horas del mediodía con sol y muy buen tiempo y regalaron conciertos tan bailables y movidos como Camellos, Tito Ramírez y Los Tiki Phantoms, que resultaron ideales para reforzar la experiencia del evento. Larga vida al WARM UP, y que los cielos estén despejados en próximas ediciones.