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Nunca he visto una mujer gorda en la playa
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'TRINCHERA CULTURAL'

Nunca he visto una mujer gorda en la playa

El resultado no solo es cutrérrimo, tosco y feo, sino que además es un cartel fraudulento, por el robo de imágenes

Foto: Cartel bajo el lema 'El verano es nuestro'. (Ministerio de Igualdad)
Cartel bajo el lema 'El verano es nuestro'. (Ministerio de Igualdad)

El Ministerio de Igualdad lanza una campaña para reclamar que las mujeres gordas también puedan disfrutar de la playa. El cartel lo hace Arte Mapache, una cuenta de Twitter de "activismo gordo y por la diversidad corporal" que, se conoce que por falta de kilos tras la operación bikini, termina agarrando fotos de varias modelos obesas extranjeras sin su permiso, las retoca y las calza en una playa con Photoshop. Le pagan cinco mil euros por esta mierda. Cinco mil euros. Un cartel.

El resultado no solo es cutrérrimo, tosco y feo, sino que además es un cartel fraudulento, por el robo de imágenes. Lo más destacable: utilizan la foto de una chica sin pierna, y se la ponen con Photoshop. Sí: le ponen una pierna. A la chica sin pierna. Cuando esta se entera, flipa. Flipa, sobre todo, de que esto sea una campaña de "body positive". Es inenarrable.

Foto: Campaña bajo el lema 'El verano también es nuestro'. Fotografía: Ministerio de Igualdad

Pero no hay nada raro ni fuera de lugar aquí, puesto que la misma idea que promociona el cartel es fraudulenta. La presencia de mujeres gordas en la playa es una de esas luchas vencidas hace décadas que el Ministerio decide batallar. Dado que los asesinatos por violencia doméstica no descienden, lo suyo es emprender también cruzadas ya ganadas, para compensar.

"El verano también es nuestro", dicen. Desde luego que hace falta tener los cojones gordos. Daos una vuelta por Los Coceores, playa en el término municipal de Pulpí. El trabajo del Ministerio consiste en lograr que el mayor número de mujeres en España experimenten miedo, inseguridad o rabia para que terminen convencidas de que el Ministerio es necesario. El Ministerio se dedica, por tanto, a la fabricación de inseguridad, agravio y malestar, lo cual requiere gastar mucho dinero público. Ahora toca provocarlo entre las mujeres con sobrepeso.

Foto: Foto: iStock.

"Violencia estética" es como llaman a esa supuesta imposición del canon de belleza en las playas. Llevo yendo a la playa desde que tengo uso de razón. No existe un muestrario de cuerpos alejados del canon como este en ningún otro contexto del planeta. Por cada tipo o tipa escultural, en la playa, hay doscientos como yo: fofos, blancuzcos, torcidos, normales. Que uno (o una) se sienta agraviado por la belleza humana ocasional que se deja ver en una playa es lo que el Ministerio de Igualdad necesita.

Qué caro nos sale sufragar campañas para lograr lo que ya tenemos. Si el terreno de trabajo del Ministerio de Igualdad fuera la astronomía, en lugar del ombliguismo de género, entonces dedicarían ingentes cantidades de dinero público a reivindicar que la tierra debe girar, inmediatamente y por el bien de todes, alrededor del sol. ¡Exijamos lo normal! ¡Reclamemos con urgencia lo que poseemos!

Foto: Foto: iStock.

Por un poco de dinero público gratis, hubiera mandado yo una foto de mi tía y sus amigas en la playa de la Colonia. Si se trata de luchar porque ellas puedan seguir yendo a remojarse y a tomar unas empanadillas en la arena, ofrezco mis servicios. Foto de mi tía en la playa, 3.000 euros. Foto del grupo completo dándole a las empanadillas y recibiendo por ello violencia de NADIE en los últimos cuarenta años, diez mil euros. Y hacéis unos carteles preciosos. Unos carteles tan naturales, tan reales, como ir a la playa.

Pero no, lo sé. El cartel hay que hacerlo con Photoshop para que parezca que esa imagen es imposible en el mundo real. Llámale "violencia", ponle "fobia" y lo tienes hecho. "Violencia" con apellidos y "no-sé-qué-fobia" convierten cualquier cosa en una causa política. Esta, en concreto, viene importada de los Estados Unidos, que es el vivero mundial de causas baratas pensadas para convertir la izquierda en la ideología de la ridiculez.

Aquel es un país donde muere más gente al año por enfermedades relacionadas con el sobrepeso que por disparos de arma de fuego. Dado que no saben cómo combatir la obesidad, que es un problema de los pobres, llevan unos años en la delirante batalla cultural por convertirla en un motivo de orgullo.

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Esto es lo más siniestro. Convertir la enfermedad en motivo de orgullo es una de las patas de la corrección política. La corrección política sirve, primero de todo, para dejar de ayudar a la gente con problemas y, en cambio, persuadirla de que no tiene problemas, o de que sus problemas son motivo de orgullo. Todo esto empezó dejando de llamar "neurosis de guerra" a la neurosis de guerra. Le pusieron "estrés postraumático", y así podía experimentar el mismo sufrimiento un veterano de Vietnam y una estudiante de primero de carrera sometida a un debate. ¿La guerra como causa? ¡Qué va! ¡Estrés postraumático! ¡La vida es así!

De la sustitución de la "neurosis de guerra" por el "estrés postraumático" a la celebración de la ceguera, la sordera, la parálisis o la obesidad, como si fueran dones de la naturaleza, hay una línea directa y diáfana. Haz que los desgraciados estén orgullosos de su desgracia, logra que los enfermos crean que no están enfermos, intenta que los discapacitados se pasen la vida ofendidos, y todo el dinero que inviertas en destruirlos será agradecido.

Foto: Pablo Motos y Cristina Pedroche, en 'El hormiguero'. (Antena 3)

¿Qué han dicho desde el Ministerio tras destaparse lo del plagio y someterse a la opinión pública toda esta bobada? Que lo que nos molesta es que las mujeres gordas tengan visibilidad. No todo lo demás, no. Justo eso. Sueltan una estupidez financiada con nuestros impuestos, la gente normal se rebota o se ríe en sus caras, y salen con que esta reacción prueba que queda mucho por hacer (que queda mucho dinero por gastar, vaya). Gordofobia, ahora: causa y solución de todos los problemas.

PD: No está mal repetir esto, a modo de resumen para subir nota. La campaña del Ministerio de Igualdad, las del "solo sí es sí", para que las mujeres acepten su cuerpo, usó sin consentimiento fotos de diversas mujeres, entre ellas una que tenía una pierna ortopédica, que le quitaron con Photoshop para que mostrara una pierna normal. Fin.

El Ministerio de Igualdad lanza una campaña para reclamar que las mujeres gordas también puedan disfrutar de la playa. El cartel lo hace Arte Mapache, una cuenta de Twitter de "activismo gordo y por la diversidad corporal" que, se conoce que por falta de kilos tras la operación bikini, termina agarrando fotos de varias modelos obesas extranjeras sin su permiso, las retoca y las calza en una playa con Photoshop. Le pagan cinco mil euros por esta mierda. Cinco mil euros. Un cartel.

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