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Pepe Guirao: amar lo que se hace y disfrutar con ello
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TRIBUNA

Pepe Guirao: amar lo que se hace y disfrutar con ello

Fue una persona realmente brillante, de esas que dejan su impronta cuando tienes la suerte de cruzarte en su camino

Foto: José Guirao. (EFE/Archivo/Juan Carlos Hidalgo)
José Guirao. (EFE/Archivo/Juan Carlos Hidalgo)

Amar lo que se hace y disfrutar con ello. Es quizá lo que mejor resume la pasión vital que Pepe Guirao sentía por el arte y la cultura en cualquiera de sus manifestaciones. En general, por todo aquello que requiriera una mirada crítica y creativa, que removiera los sentimientos. Sin duda, el hecho de haberse criado viendo películas en el cine que regentaba su padre, como ocurría en la maravillosa 'Cinema Paradiso', marcó su destino y su carácter.

Mi amigo Pepe, excelente conversador, lúcido, franco, siempre con una sonrisa elegante, nos ha dejado, a los 63 años. Fue una persona realmente brillante, de esas que dejan su impronta cuando tienes la suerte de cruzarte en su camino. La última vez, en una estación del AVE, pues Pepe viajaba a una jornada cultural en Córdoba a pesar de que la enfermedad estaba ya muy avanzada.

Foto: José Guirao en el congreso a finales de 2018. (EFE/Chema Moya)

Su amor al mar —anclado en las maravillosas playas y calas de su Pulpí natal— nos unió desde el principio. Ambos nos confesamos que la cadencia de las olas, ese arrullo y ese olor tan característico cuando nos acercamos a la costa, tenía un cierto poder sanador, alimento para los espíritus necesitados de calma.

Y con ese lazo en común fuimos sumando conversaciones sobre lo que significaba la cultura como espacio común frente al individualismo, sobre cómo lograr que la cultura fuera realmente un bien al alcance de todas las personas o sobre lo que aportan la innovación y la creatividad a las sociedades contemporáneas.

Pepe fue un gran gestor cultural, reconocido por su inmenso talento y por su capacidad de trabajo. También por su talante conciliador

Una contemporaneidad que Pepe defendía que tenía que nacer desde el conocimiento de lo clásico. "Para ser moderno hay que saber latín", resumía en una frase que lo contenía todo. Porque para él, licenciado en Filología Hispánica, la cultura se conforma a partir de estratos que vamos sumando y decantando, con el paso y el poso de los siglos.

Pepe fue un gran gestor cultural, reconocido por su inmenso talento y por su capacidad de trabajo. También por su talante conciliador, que llevó a gala en todas las tareas que llevó a cabo. "Oír y trabajar", decía a modo de lema, reivindicando la idea de que para que un proyecto salga adelante hace falta sumar desde lo colectivo.

Foto: José Guirao, en una imagen de archivo. (Getty/Paolo Blocco)

Siempre comprometido, ocupó numerosas responsabilidades. Primero en la Diputación de Almería, luego en la Junta de Andalucía, desde donde impulsaría el Centro andaluz de Arte Contemporáneo, el Instituto andaluz de Patrimonio Histórico o la rehabilitación de La Cartuja y San Telmo. De ahí a Madrid, donde fue director de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura, una casa a la que volvería años después, ya como ministro.

Tenía esa visión privilegiada que otorga haber vivido la cultura desde distintas ópticas complementarias. También imborrable es su paso por la dirección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o La Casa Encendida.

Por eso, intentar resumir su legado en unas líneas es un ejercicio inabarcable. No le hace justicia. Y el único consuelo que nos queda ahora es una convicción. Como decía su adorada Carmen Alborch: "Por nosotros no quedará, Pepe".

*María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública.

Amar lo que se hace y disfrutar con ello. Es quizá lo que mejor resume la pasión vital que Pepe Guirao sentía por el arte y la cultura en cualquiera de sus manifestaciones. En general, por todo aquello que requiriera una mirada crítica y creativa, que removiera los sentimientos. Sin duda, el hecho de haberse criado viendo películas en el cine que regentaba su padre, como ocurría en la maravillosa 'Cinema Paradiso', marcó su destino y su carácter.

Pedro Sánchez