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Las palabras inculparon al asesino: así trabaja una lingüista forense
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Las palabras inculparon al asesino: así trabaja una lingüista forense

Sheila Queralt repasa en su libro 'Atrapados por la lengua' (Larousse, 2021), medio centenar de investigaciones policiales y judiciales resueltas por la lingüística

Foto: Sheila Queralt con su libro en las manos. (Julia Castells Ribalta)
Sheila Queralt con su libro en las manos. (Julia Castells Ribalta)

Un día, el cadáver apareció en una bañera. La persona que había contratado a Sheila Queralt, lingüista forense, para descubrir quién estaba detrás de los anónimos que le llegaban desde hacía dos años, estaba muerta. Aparentemente, a causa de una sobredosis. La Policía dudaba entre la tesis del suicidio y del asesinato. Queralt había invertigado en su laboratorio de Lingüística Forense cada uno de los textos sin firmar que le habían llegado a su cliente. Pero el resultado era desconcertante: algunas particularidades de la manera de escribir indicaban que esa misma persona había escrito dichos anónimos; otras apuntaban a que habían sido dos personas diferentes. La investigación siguió adelante y en el juicio se descubrió que el cliente sufría de un Trastorno de personalidad múltiple. "Y de ahí queremos pensar, creemos -porque nunca volvimos a analizar más textos suyos- que estas contradicciones se podían explicar a causa de su trastorno", explica a 'El Confidencial' la propia Queralt, que acaba de publicar 'Atrapados por la lengua. 50 casos resueltos por la Lingüística forense' (Larousse editorial, 2021), un libro de divulgación sobre una disciplina muy poco conocida en nuestro país, pero que ha ayudado a la resolución de todo tipo de casos: desde asesinatos en serie -como el del Asesino del Zodiaco- a acusaciones de plagio.

Al inicio de su libro, Queralt recuerda un caso muy popular en Estados Unidos en los años 40, el de 'Mad Bomber', una de las investigaciones pioneras en requerir los servicios de un psiquiatra, el doctor James A. Brussel, para trazar el perfil psicológico del sospechoso de colocar una treintena de bombas en lugares tan concurridos como la Biblioteca de Nueva York y de mandar misivas burlonas a los medios con la técnica de recortar y pegar letras de periódico. "Pensaron que una persona que es capaz de colocar treinta bombas a lo largo de quince años debía de estar muy mal de la cabeza; así que lo mejor parecía preguntar a un especialista de le cabeza, ¿no?", escribe la autora en su libro. También comenta sus impresiones sobre investigaciones tan mediáticas como la del asesinato de Diana Quer, en la que se tuvo que determinar -Queralt no formó parte del equipo forense- si la propia joven había escrito el correo electrónico enviado a la plataforma SOS Desaparecidos tres meses después de su desaparición. Tan sólo había trece palabras con las que trabajar: "Hola. Estoy bien necesito estar un tiempo fuera de España. Saludos, Diana Quer".

placeholder Portada de 'Atrapados por la lengua'
Portada de 'Atrapados por la lengua'

Apasionada del derecho, la criminología y la lengua, Queralt estudió Traducción e interpretación y, posteriormente, se especializó en un master de Lingüística forense que ya no existe. "En España ahora no hay ningún master (se cerraron todos los másters que había) y hay que irse al extranjero. La Lingüística forense es muy amplia y nosotros somos especialistas en uno o dos campos, como mucho. No es lo mismo analizar una muestra de voz, que una muestra escrita, que una interpretación o un anónimo", explica. "Nuestro laboratorio [SQ-Lingüistas forenses] es privado y nos contrata la Policía o el Agente Judicial nos contrata de manera externa. Pero también hay cuerpos policiales, como el laboratorio de fonética acústica de la Policía Nacional, que te analiza las muestras de voz, y que tiene su propio laboratorio y que llevan desde el 87 o así. En el caso de las muestras textuales las analizamos nosotros".

PREGUNTA. Pongamos, por ejemplo, un caso actual. ¿Cuál sería tu labor si te pidiesen un peritaje en el caso de Cristina Cifuentes?

RESPUESTA. En este caso, si tuviéramos el TFM lo que haríamos es un análisis para determinar si ella ha escrito el trabajo o no. Necesitaríamos más muestras de ella y determinaríamos si hay rasgos compatibles con su forma de escribir. También podríamos elaborar un análisis de plagio, como se ha hecho con otros políticos. Pero también podríamos haber hecho lo siguiente: he escuchado que han llamado a dos testigos, cada una con una versión diferente. Nosotros podríamos detectar si hay estrategias en las que se intenta ocultar la verdad u ofrecer información poco veraz. Estudiaríamos las fórmulas pragmáticas, es decir, cómo utilizan el lenguaje: la repetición de ideas, el no responder de manera directa a las preguntas, irse por la tangente… Generalmente, cuando alguien repite mucho la misma idea lo que intenta es convencer al interlocutor. También formulamos y reformulamos preguntas de varias formas para encontrar contradicciones. En fin, análisis de pragmática y de contenidos.

P. Siendo una disciplina bastante desconocida en España, ¿cómo convencer de la fiabilidad de la lingüística forense a la hora de aportar pruebas? No es como si se tratase de una prueba de ADN, ¿no?

R. Hay un gran desconocimiento de las pruebas forenses en general. Se piensa que las pruebas de ADN son 100% fiables, pero no es verdad. En la mayoría de procedimientos judiciales no hay una única prueba, sino que va a ser la complementariedad evidencial, es decir el cúmulo de todas las pruebas, la que va a informar al juez sobre si esta persona es culpable o inocente. La lingüística es una ciencia más que contribuye a la opinión informada del juez. También depende de los casos. En un caso de plagio, la Lingüística forense tiene un papel fundamental. En el caso de los perfiles lingüísticos no solemos ir a juicio. Normalmente son aproximaciones a lo que puede ser la persona real y solemos quedarnos en el proceso de investigación.

placeholder La lingüista forense Sheila Queralt. (Julia Castells Ribalta)
La lingüista forense Sheila Queralt. (Julia Castells Ribalta)

P. ¿No es posible que una persona imite exactamente la escritura de otra?

R. Por mucho que se intente no es posible imitar a alguien. Cualquier profesional de la imitación, por muy bien que lo haga, no puede copiar de la misma manera todas las variables de la persona real. Normalmente escogen frases que caracterizan al personaje y las repiten hasta el extremo. “Andreíta, cómete el pollo, por ejemplo”. Hay variables relacionadas con la voz que, por nuestra forma física no son imitables. En la escritura, lo que más nos delata es que no somos constantes. Podemos imitar un rasgo, pero no todos. Puedes imitar la letra, pero, ¿te fijas en cómo ordena la secuencia de palabras, si pone los adverbios antes o después en la frase? Hay variables más profundas en las que la mayoría de los imitadores no reparan. Ni un lingüista forense puede imitar totalmente todas las variables.

Cuenta Queralt que a su laboratorio llegan, sobre todo, peticiones de análisis de cuentas en las redes sociales. Saber si detrás de un nick de Twitter hay una persona o varias organizadas, o quién hay detrás en una situación de ciberacoso. Uno de los casos que analiza en 'Atrapados por la lengua' es el del supuesto controlador aéreo español en Kiev, identificado como Carlos y dueño de la cuenta de Twitter @spainbuca, que afirmó que el derribo del Vuelo 17 de Malaysia Airlines el 17 de julio de 2014 -en el que murieron 239 personas- había sido orquestado por el Gobierno ucraniano, que trataba de encubrirlo. Para determinar la identidad real del usuario de Twitter, el Laboratorio SQ-Lingüistas Forenses investigó los tuits que hasta entonces había publicado y las grabaciones de algunas declaraciones en medios, y pudo certificar que el usuario era "hablante nativo del español peninsular, con dialecto castellano septentrional y modalidad dialéctica de Madrid. Además, detectamos algunos rasgos peculiares, como la pronunciación de las 's' de una manera bastante idiosincrásica". Al final, el hombre, que responde al nombre de José Carlos Barrios Sánchez reconoció que el Gobierno ruso le había pagado alrededor de 50.000 euros por publicar tuits inculpando a Ucrania en el derribo, que resultó causado por un misil lanzado por rebeldes prorrusos.

Investigamos si una cuenta pertenece a un grupo de gente organizada o a una persona, si la persona se trata de un hater o de alguien del círculo cercano, si se conocen en la vida real o sólo por las redes

P. ¿Qué tipo de perfiles de redes sociales soléis investigar?

R. Nos lo piden, sobre todo, para cuentas de Twitter, Instagram o lo que sea. Investigamos si la cuenta pertenece a un grupo de gente organizada o a una persona, si la persona se trata de un hater o de alguien del círculo cercano, si se conocen en la vida real o sólo por las redes, el grado de familiaridad que hay entre ellas… Un hater que no conoce a la víctima lo que hace es monitorizarla, por ejemplo, en Twitter. Utiliza la información que encuentra para mensajearla. Pero si utiliza información externa que no aparece en redes sociales, las pistas son otras. También nos llaman mucho para casos de narcotráfico y terrorismo y nos piden, generalmente, perfiles geolectales: si la persona es española o extranjera que lleva mucho tiempo en España, si tiene contacto con otras lenguas…

P. Pero hoy en día, el contacto con otras lenguas y con otras culturas a través de las redes es mayor que en el pasado. ¿Puede seguir determinándose de dónde es alguien por las expresiones que utiliza?

R. El lenguaje cambia muchísimo y antes las personas estábamos más aisladas, pero ahora estamos en contacto a través de varias plataformas con varios idiomas y varias culturas. Antes modificábamos menos nuestro lenguaje y ahora recibimos muchos más ‘inputs’ externos. Lo primero que tenemos en cuenta es la franja de edad: la gente joven recibe o adquiere con más facilidad los cambios. Lo bueno es que ahora también contamos con herramientas tecnológicas y bases de datos que nos permiten saber dónde se utilizan más los vocablos o las franjas de edad en las que son más populares. Obviamente no podemos saberlo todo.

P. ¿Un lingüista forense español puede trabajar en un caso en el extranjero, aunque sea en Latinoamérica?

R. Depende del encargo y del grado de especialización del perito. Es recomendable que el lingüista forense sea nativo de esa lengua o casi nativo. No es suficiente que sepas hablar el idioma, sino que debes tener un conocimiento profundo. Esto es muy relevante en los perfiles, pero no en una autoría. Si nos llega un caso en Latinoamérica y vemos que necesitamos ayuda, contactamos con expertos en sociolingüística, sobre todo profesores universitarios, que conozcan esa forma de hablar y nos asistan para llegar a conclusiones. El perito debe saber, sobre todo, que no lo sabe todo.

Un día, el cadáver apareció en una bañera. La persona que había contratado a Sheila Queralt, lingüista forense, para descubrir quién estaba detrás de los anónimos que le llegaban desde hacía dos años, estaba muerta. Aparentemente, a causa de una sobredosis. La Policía dudaba entre la tesis del suicidio y del asesinato. Queralt había invertigado en su laboratorio de Lingüística Forense cada uno de los textos sin firmar que le habían llegado a su cliente. Pero el resultado era desconcertante: algunas particularidades de la manera de escribir indicaban que esa misma persona había escrito dichos anónimos; otras apuntaban a que habían sido dos personas diferentes. La investigación siguió adelante y en el juicio se descubrió que el cliente sufría de un Trastorno de personalidad múltiple. "Y de ahí queremos pensar, creemos -porque nunca volvimos a analizar más textos suyos- que estas contradicciones se podían explicar a causa de su trastorno", explica a 'El Confidencial' la propia Queralt, que acaba de publicar 'Atrapados por la lengua. 50 casos resueltos por la Lingüística forense' (Larousse editorial, 2021), un libro de divulgación sobre una disciplina muy poco conocida en nuestro país, pero que ha ayudado a la resolución de todo tipo de casos: desde asesinatos en serie -como el del Asesino del Zodiaco- a acusaciones de plagio.

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