Rosalía llegó al Mad Cool... y 50.000 personas guardaron silencio
Después de que Coachella y Lollapalooza se rindieran ante la diva de la fusión flamenca, Rosalía hace una parada en el festival madrileño
"Tía, he visto una coleta, te lo juro". Mientras las trompetas de 'The Cat Empire' daban sus últimos acordes en el escenario de al lado, los asistentes de la 'Welcome Party' ya esperaban el concierto de Rosalía. Lo hacían sentados con más de media hora de antelación frente al escenario principal del Mad Cool 2019. "Va a salir ya".
Desde bastidores, solo hizo falta una coleta para poner a todos en pie. Las palmas de 'Pienso en tu mirá' provocaron la histeria general. Pero los mechones al viento no eran de Rosalía, sino de una de las seis bailarinas que la arroparon en el concierto que dio el pistoletazo de salida al festival madrileño. El capítulo tercero de 'El mal querer', el que trata sobre los celos, acompañó al primer griterío del público.
Después de que Coachella y Lollapalooza se rindieran ante la diva de la fusión y el flamenco, Rosalía llegó a Madrid vestida con volantes. "¡Que te duele el coño de ser tan guapa!", gritaron cerca. Las seis bailarinas con el pelo recogido, vestidas de blanco, la rodearon creando una atmósfera de baile desafiante, de videoclip de Rosalía. Arrancó el espectáculo.
Aunque sirvió de introducción al festival, el sonido urbano y flamenco de Rosalía poco tiene que ver con el cartel de los próximos días. Mad Cool es un macrofestival y una amalgama de géneros que aúna las promesas de Greta Van Fleet con la nostalgia noventera de The Smashing Pumpkins.
Por primera vez, la 'Welcome Party' se ha celebrado en el mismo recinto del festival. Se anunció como un "formato reducido", con un aforo máximo de 50.000 personas. Después de las quejas del año pasado, la organización ha decidido limitar la entrada del resto de jornadas a 75.000 asistentes y eliminar un escenario.
Aun en "formato reducido", todo el público se entregó al directo de Rosalía. Una versión de 'Barefoot in the park', de James Blake, recogió la esencia de la cantante en el principio del concierto. Los requiebros de la catalana acompañados por unas voces distorsionadas, robóticas.
Hechas las presentaciones (la cantante grita: "¡Madrid!", y Madrid responde con una ovación), nadie creería que Rosalía pidiera silencio a la multitud para cantar 'a cappella'. El público concedió: todos dejaron las palmas y los 'olés' para chistar al de al lado si no se callaba. Se creó en el césped artificial de Valdebebas un recogimiento propio de un auditorio, que solo interrumpieron un "¡Almeida, cara polla!", y la risotada general.
"Quítate de mi presencia, que me estás martirizando". La versión de 'Catalina', el viejo tango de Manuel Vallejo, introdujo lo que probablemente sea el flamenco más puro de Rosalía. Enganchó a un público en el que se mezclaban todas las edades y les arrancó algo más grande que las ovaciones: el silencio.
Rosalía hipnotiza, hace lo que quiere. Llevó al público de Ifema desde la intimidad hasta el reguetón de las "flores azules y quilates" sin romper el clima. Serán los dos mundos de 'Aute Cuture', "sangría y valentino, en el Palace y en el chino". El sol se estaba poniendo cuando se colocó las gafas y sonó 'Brillo'. La canción que hizo gritar al público 'millennial', la de "estoy brillando con 'highlighter" y "he subido 15 'stories".
Además de seis bailarinas y cuatro palmeros, en una esquina del escenario estaba El Guincho, coautor y coproductor de 'El mal querer', con una mano en la baqueta y otra en el teclado. La cantante se acercó a tocar con él, las uñas kilométricas no le dejaron. Pero no faltó su último lanzamiento: 'Fucking Money, Man'. Mientras daban palmas de rumba catalana, el público del Mad Cool cantaba en tres idiomas e intercalaba algún que otro 'olé'. Lo que une Rosalía, que no lo separe nadie.
La gira de 'El mal querer' es un paradigma del ascenso internacional. Los Ángeles, México, Chile... Después del Mad Cool, cantará en el BBK Live Fest y el Somerset House Summer Series de Londres, con las entradas ya agotadas. "Se ha puesto la noche rara, han 'salío' luna y estrellas". El atardecer le vino al pelo a 'Malamente', el tema que cerró un concierto raro, entre un intimismo impropio del festival y el magnetismo de una diva.
"Tía, he visto una coleta, te lo juro". Mientras las trompetas de 'The Cat Empire' daban sus últimos acordes en el escenario de al lado, los asistentes de la 'Welcome Party' ya esperaban el concierto de Rosalía. Lo hacían sentados con más de media hora de antelación frente al escenario principal del Mad Cool 2019. "Va a salir ya".