'El buque fantasma', el último cuadro de Eduardo Arroyo

Poco antes de morir el pasado 14 de octubre de 2018, uno de los más grandes pintores españoles recientes dio la pincelada final a su último cuadro. El lienzo póstumo de Eduardo Arroyo, de tintes crepusculares y wagnerianos, muestra un submarino con ruedas, casi de los Picapiedra, que se sumerge en un océano de máscaras. El pintor lo quiso llamar 'El buque fantasma' y bajo ese nombre podrá verse a partir del sábado 12 de enero y hasta el 17 de marzo en una gran exposición en torno a sus últimos lienzos en el Jardín Botánico de Madrid comisariada por Fabienne di Rocco, su más cercana colaboradora en sus años finales. Isabel Azcárate, viuda de Eduardo Arroyo, y Pimpi Arroyo, hijo del artista, presentan este viernes una muestra organizada por La Fábrica y que reúne 38 obras.

Nacido en Madrid en 1937, Arroyo se educó en la capital española durante la posguerra y vivió el exilio en Francia durante la dictadura franquista hasta que decidió regresar a España en 1976, con la llegada de la democracia, lo que significó que su obra solo pudo ser vista con normalidad en España a partir de 1980. El pintor representó la continuidad de una identidad de artista que generaron las vanguardias en los años 30, y a cuya configuración contribuyeron decisivamente artistas españoles como Pablo Picasso y Joan Miró. En el caso de Arroyo, se trata de una identidad marcada por las pautas de comportamiento de "lo español", lo que influye en su trayectoria creativa.

Arroyo publicó una decena de libros sobre los temas mas diversos, un sinfín de artículos, algunos manifiestos y una obra de teatro, 'Bantam', estrenada en el Residenztheater de Múnich bajo la dirección de Klaus Michael Grüber. Su obra pictórica ha sido expuesta en París, Milán, Roma, Venecia, Madrid, Nueva York, Berlín o Múnich, entre otras grandes ciudades de todo el mundo.

En el transcurso de su dilatada trayectoria, recibió un buen número de distinciones, entres las que se puede destacar el Premio Nacional de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, en 1982, o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en el 2000. También fue nombrado en 1983 Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia