Es noticia
Los sobrecogedores objetos del refugio de Ana Frank llegan a Madrid
  1. Cultura
exposición holocasuto

Los sobrecogedores objetos del refugio de Ana Frank llegan a Madrid

"Nuestro escondite solo ahora se ha convertido en un verdadero escondite (...) delante de la puerta de acceso hay una estantería giratoria"

Foto: Ana Frank
Ana Frank

En 1948, Otto, el padre de Anna Frank decidió ofrecer al mundo el diario íntimo de su hija, unos escritos que transcurren entre 1942 y marzo de 1944, un periodo que demarcó el paso de la infancia a la adolescencia. No llegan a la madurez porque Anna Frank murió en el campo nazi de Bergen Belsen de tifus en 1945, sólo unas semanas antes de su liberación, a los 16 años. Nadie revelaría las interioridades de su hija a desconocidos por mucho que se editaran partes, pero el testimonio de la joven Anna era un sobrecogedor relato que define aún hoy uno de los muchos aspectos del Holocausto. Las reflexiones, anhelos y vivencias de la joven Anna transcurrieron en un escondrijo en Amsterdam, conocido como el ‘anexo secreto’, en el que convivieron dos familias judías durante dos años y medio. Una vida encerrada entre cuatro paredes y el miedo a ser descubiertos, como ocurrió finalmente.

Foto: Más de 600 objetos originales en el estreno mundial en Madrid de la exposición 'Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos' en el Centro Arte Canal (EFE)
TE PUEDE INTERESAR
Supervivientes de Auschwitz: ¿cómo lo consiguieron?
Julio Martín Alarcón

La exitosa exposición de Musealia, ‘Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos’, que acoge el Centro de Arte Canal de Madrid desde hace ya casi un año, ha ampliado una de sus salas con nuevos objetos pertenecientes a la historia de Anna Frank cuyas páginas se convirtieron en un best seller inmediato. Entre ellos está el tirador de madera con el que se accedía al anexo secreto en el que residían los Frank. El espacio lo ocultaba una estantería que, en agosto de 1942, construyó Johan Voskuijl. El tirador que ahora se puede visitar en la muestra en Madrid estaba situado en la parte posterior de dicha librería. Unido a un trozo de cuerda y sujeto por un gancho se utilizaba para abrir y bloquear la entrada al escondite. La librería original se puede visitar actualmente en la Casa de Anna Frank, mientras que el citado tirador de madera, por motivos de conservación, no se expone al gran público.

placeholder El último regalo de Ana Frank, un manual de botánica. Foto: Musealia
El último regalo de Ana Frank, un manual de botánica. Foto: Musealia

Tal y como consignó ella misma en su diario el 21 de agosto de 1942: “Nuestro escondite solo ahora se ha convertido en un verdadero escondite (…) Al señor Kugler le pareció que era mejor que delante de la puerta de acceso colocáramos una estantería, (porque se están registrando muchas casas en busca de bicicletas escondidas). Aunque, por supuesto, se trata de una estantería giratoria, que se abre como una puerta.”

Icono del Holocasuto

Teresien da Silva, jefa de colecciones de la Casa de Ana Frank, que estuvo en Madrid presentando los objetos explicó que “Ana Frank y Auschwitz son los dos símbolos más conocidos del Holocausto. La historia de la vida y el diario de Ana Frank nos muestran a dónde puede conducir la discriminación y la exclusión. Al mismo tiempo, necesitamos conocimientos sobre Auschwitz para poner el diario de Ana Frank en perspectiva y entenderlo mejor. Después de todo, el diario termina donde comienza el desastre del campo. Por eso es importante que Ana Frank esté representada en esta exposición. Su diario y la historia del campo sirven como una ventana a la historia y como un espejo para la humanidad”.

Facilitó en la posguerra la difusión de Holocausto, cuando los historiadores estudiaban el aspecto militar de la II Guerra Mundial

Es indudable que los diarios atrajeron la atención del público inmediatamente, a diferencia de los de los preciados escritos de Primo Levy, que se publicaron al mismo tiempo y cuya primera edición, de apenas 200 ejemplares, fue un fracaso. Ana Frank facilitó en la inmediata posguerra la progresiva difusión de la Solución Final en una época en la que los historiadores aún estaban demasiado ocupados dirimiendo los aspectos fundamentalmente militares de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, el director de Musealia, Luis Ferreiro, se mostró entusiasmado y agradecido por la incorporación de los nuevos objetos: “Cada uno de ello tiene su propia voz histórica en la exposición, su propio eco, que nos ayuda a conocer y comprender mejor este traumático pasado. Incorporar en Madrid, de manera excepcional, estos objetos de la Casa de Ana Frank supone todo un hito para la muestra”.

Es el caso también del ‘Beginselen der Plantkunde’: el último regalo de Ana Frank. Un manual de principios de botánica fue el regalo que recibió Ana Frank por su decimoquinto y último cumpleaños. En él se puede leer la inscripción manuscrita “Ana Frank, 12 de junio de 1944, anexo”. Este libro, fue adquirido por la Casa de Ana Frank en 2012 y constituye también el ultimo regalo que Otto y Edith Frank, sus padres, tuvieron la oportunidad de hacerle. “Mi cumpleaños ha terminado otra vez, de modo que ahora tengo ya 15 años”, escribió un día después en su diario. “Me han regalado un montón de cosas: papá y mamá, los cinco tomos de la Historia del arte de Springer, un conjunto de ropa interior, dos cinturones, un pañuelo, dos yogures, un tarro de mermelada, dos pasteles de miel (de los pequeños) y un libro de botánica”.

En 1948, Otto, el padre de Anna Frank decidió ofrecer al mundo el diario íntimo de su hija, unos escritos que transcurren entre 1942 y marzo de 1944, un periodo que demarcó el paso de la infancia a la adolescencia. No llegan a la madurez porque Anna Frank murió en el campo nazi de Bergen Belsen de tifus en 1945, sólo unas semanas antes de su liberación, a los 16 años. Nadie revelaría las interioridades de su hija a desconocidos por mucho que se editaran partes, pero el testimonio de la joven Anna era un sobrecogedor relato que define aún hoy uno de los muchos aspectos del Holocausto. Las reflexiones, anhelos y vivencias de la joven Anna transcurrieron en un escondrijo en Amsterdam, conocido como el ‘anexo secreto’, en el que convivieron dos familias judías durante dos años y medio. Una vida encerrada entre cuatro paredes y el miedo a ser descubiertos, como ocurrió finalmente.

Auschwitz Holocausto