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Tim Robbins: “Veo al Quijote en todos los papeles que hago”
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Tim Robbins: “Veo al Quijote en todos los papeles que hago”

El actor protagoniza la última película de Fernando León de Aranoa, sobre un grupo de cooperantes en la guerra de los balcanes, y analiza su carrera y el estado del cine de Hollywood

Foto: El actor Tim Robbins presenta 'Un día perfecto', de Fernando León de Aranoa (EFE)
El actor Tim Robbins presenta 'Un día perfecto', de Fernando León de Aranoa (EFE)

Tim Robbins espera a la prensa en una habitación del Hotel Villa Magna de Madrid. Le espera una jornada interminable para presentar su nueva película, Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa. El actor y director se muestra curtido en mil batallas y saluda y da la mano a todos y cada uno de los periodistas. Entre entrevista y entrevista la versión más loca e impredecible de Robbins asoma y como un niño pequeño se divierte gritando por la ventana bromas a su compañero de reparto Benicio del Toro, que hace lo propio en la habitación contigua. Sus gritos se escuchan por los pasillos del hotel y nadie puede aguantar la risa.

Lo que ayer se respiraba era la química entre dos actores internacionales que han rodado un filme 100% español sobre el drama de los cooperantes de la guerra de los balcanes que llega a las salas este viernes. Fue, precisamente, Benicio del Toro uno de los principales motivos por los que accedió a protagonizar un guion que le encantó, pero que le hizo rodar a “más de 80 grados con ropa de invierno”. “Luego pensaba que la gente real a la que interpreto está arriesgando su vida, así que me decía: crece un poco”, cuenta el actor a El Confidencial.

Robbins se ha pasado todo el verano en España, en junio presentaba en Madrid su adaptación teatral del clásico de Shakespeare, El sueño de una noche de verano, que luego ha representado junto a su compañía en Alcalá y Almagro. Allí confesaba su admiración por Cervantes, y su deseo de adaptar alguna de sus obras. B, su personaje en Un mundo perfecto tiene mucho del famoso hidalgo. Un loco convencido de que puede cambiar el mundo, enfrentándose a conflictos bélicos e intereses privados en vez de a molinos de viento. “Veo al Quijote en todos los papeles que hago”, confirmaba el actor sobre la influencia del clásico cervantino en su trabajo.

El cine europeo me ofrece buenos guiones escritos para gente adulta. Eso lo encuentro también en televisión

Un trabajo que le llevó al Oscar por Mystic River, y a optar al mismo galardón como director de Pena de muerte. Premios de una industria con la que se siente decepcionado. Hollywood ya no es lo que era, y por eso Robbins busca (y encuentra) sus mejores papeles en el cine europeo y en la televisión. “El cine europeo me ofrece buenos guiones escritos para gente adulta. Eso lo encuentro también en televisión. Ahora estoy haciendo The brink, para HBO. Es una sátira sobre la política de exteriores de los EEUU y cómo se comportan en una crisis nuclear. Estoy feliz de poder hacerlo porque es una serie valiente”, cuenta el actor, que cree que el formato es lo de menos, lo que importa es “contar historias”. Por ello se muestra “desencantado con las decisiones que toma Hollywood”, pero no así con su trabajo y su carrera. “Estoy más contento que nunca”, añade.

El cine bueno perdura

En un mercado dominado por los superhéroes, los remakes y los efectos especiales, cuesta ver a dos actores de Hollywood en una película como Un día perfecto, que ahora tendrá que buscar su hueco en la cartelera y llegar a los espectadores. Robbins confía en que esto ocurra, aunque tiene claro que “las buenas películas encuentran su forma de perdurar”. “Para el negocio es mejor que funcionen desde el principio, pero para la cultura es importante que una película encuentre su público. Actualmente, gracias a la tecnología, las buenas historias pueden sobrevivir y durar”, opina el actor, que recuerda que Cadena perpetua no hizo mucho dinero en su estreno.

En la guerra o te vuelves loco o encuentras una forma de procesar lo que estás viendo, y el humor es la mejor forma

León de Aranoa le ha regalado otro papel en el que lucirse con un cambio de registro: el cooperante loco y deslenguado que protagoniza los momentos más hilarantes del filme, porque Un día perfecto es una comedia negra en pleno conflicto bélico. Tim Robbins valora el humor de los cooperantes, una forma de “no perder la cabeza cuando has visto el horror de la guerra". “O te vuelves loco o encuentras una forma de procesar lo que estás viendo, y el humor es la mejor forma. Cuando tienes la muerte a tu alrededor encuentras alegría hasta en el acto más pequeño de bondad”, ha explicado.

placeholder Tim Robbins y Benicio del Toro en 'Un día perfecto'

Robbins considera a estos trabajadores por la paz verdaderos “héroes aunque no lleven capa y máscara para ayudar a la gente”. En el caso de B afirma que es uno de esos “americanos locos que van en contra del estereotipo”. Alguien sin un propósito en la vida pero que da el salto y decide dedicarse en cuerpo y alma a los demás.

Tim Robbins espera a la prensa en una habitación del Hotel Villa Magna de Madrid. Le espera una jornada interminable para presentar su nueva película, Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa. El actor y director se muestra curtido en mil batallas y saluda y da la mano a todos y cada uno de los periodistas. Entre entrevista y entrevista la versión más loca e impredecible de Robbins asoma y como un niño pequeño se divierte gritando por la ventana bromas a su compañero de reparto Benicio del Toro, que hace lo propio en la habitación contigua. Sus gritos se escuchan por los pasillos del hotel y nadie puede aguantar la risa.

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