Las diez vidas de la “inventora del aborto”

Esta es la historia de una racista, una maníaca genocida, miembro del KKK, fascista y comunista, la vida de la inventora del aborto. ¿Algo más? Ahora la verdad, a pesar de lo que escupen los buscadores cuando les preguntas quién fue Margaret Sanger (1879-1966): es la fundadora de la planificación familiar y eso todavía no se lo han perdonado. “La Iglesia católica estaba obsesionada con encontrar el modo de acabar con su reputación, y sigue estándolo a día de hoy, décadas después de su muerte”, explica el veterano autor de cómics Peter Bagge.

Esta vez, en La mujer rebelde. La historia de Margaret Sanger (La Cúpula), el autor abandona su temática habitual –personajes (ficticios) nacidos para estrellarse contra la frustración, ya sea por negación ya por sumisión a las normas- y se centra en la persona (real) que luchó por el derecho de la población más desfavorecida a controlar su natalidad. EEUU, años veinte y treinta del siglo XX. La historia de Margaret Sanger es una ruptura en la trayectoria del padre de la mítica serie Odio, al apostar por el recorrido moral antes que el humorístico.

El talante del personaje no da pie a bromear, pero sí permite a Bagge ironizar con los tabúes a los que su protagonista tuvo que enfrentarse. Valiente y nihilista como un panzer sin control que aplasta la mala yerba, arrasando con toda figura –bien política, bien legal- que lesione la libertad femenina: “Las mujeres hemos vivido demasiado tiempo esclavizadas por nuestra propia biología. Es hora ya de que nos liberemos de esas cadenas…”, explica en la viñeta que recoge la presentación de su libro La mujer y la nueva raza, en el Foro del escritor, en 1920.

Las cadenas de la biología

Bagge explica que Sanger “cambió el curso de la civilización”, desde la Junta de Investigación Clínica sobre Anticoncepción, que fundó en 1922 gracias a las donaciones de John D. Rockefeller. “El acceso legal a métodos anticonceptivos seguros y eficaces han hecho posible que continuemos con nuestra vida y nuestros sueños, libres de las cadenas de la biología”, asegura el autor.

Por eso se sintió atraído por este personaje que, paradójicamente a pesar de las críticas de la Iglesia, fue contraria al aborto toda su vida. Le interesó porque “vivió la vida de diez personas”, con una existencia tan ajetreada que a Bagge le costó elegir qué partes de su vida debía obviar. No podía saltarse las amenazas de arresto y las encarcelaciones, no podía pasar de largo tampoco su efectiva desobediencia civil. Nunca cedió a sus enemigos.

“Estaba de verdad preparada para morir por su causa, lo que la convertía en un enemigo todavía más intimidante”, dice. A pesar de las loas a sus hazañas, Peter Bagge trata de rebajar el tono hagiográfico mostrando todos los defectos de su protagonista, desde el egocentrismo a la vanidad. No es ni una santa, ni un demonio. Una luchadora que crece con sus dificultades en un mundo infectado por la hipocresía. Esto también es nuevo en Bagge: mientras que en series como Mundo idiota, sus personajes conformistas y obedientes acaban asumiendo sus limitaciones, ella rompe –sin concesiones- todas las que puede. Dignidad.

Bagge se ventila la intensa historia de Sanger en poco más de setenta páginas. El ritmo es febril y cada plancha funciona como un pequeño capítulo dentro de la historia, afilando la retórica al máximo y garantizando rematar siempre en alto, con un golpe sarcástico. La mujer rebelde es uno de los mejores retratos de la EEUU recalcitrante, apresada por los poderes religiosos, capaces de mantener la obscenidad de una ley que prohibía de manera efectiva la anticoncepción hasta 1970.