Arte en vez de sexo en el barrio rojo de Amsterdam

Luces rojas, cielo azul y verde en los árboles. La primavera llega a Ámsterdam regalando a la Venecia del Norte más horas de luz y el comienzo de un buen tiempo que anima a los primeros turistas de la temporada a darse un paseo por sus canales. Este año, sin embargo, todo es un poco diferente, al menos en el barrio con las prostitutas más famosas del mundo.

El Rosse Buurt de Ámsterdam está cambiando mucho. Lo lleva haciendo desde que hace casi dos años el Ayuntamiento decidiera dar la vuelta a la imagen de la zona aludiendo a la necesidad de combatir el proxenetismo, el tráfico de personas y el crimen en general: nada que a los vecinos de la zona de la madrileña calle del Desengaño no conozcan. Hace dos semanas, sin ir más lejos, el consistorio anunció un endurecimiento de las condiciones para abrir burdeles, agencias de acompañantes o salones de masaje.

 

La prostitución sigue siendo legal en toda Holanda a menos que se ejerza en la calle, pero Ámsterdam quiere que el área comprendida entre la plaza Nieuwmarkt y las calles Niezel, Sint Janstraat y Warmoesstraat cambie de imagen. Las luces rojas siguen encendidas, pero más como un símbolo turístico que como encarnado signo de los lupanares.

La última iniciativa en llegar al barrio es Redlight Art, un proyecto que invita a artistas seleccionados a residir en antiguos burdeles (ase han acondicionado dos residencias en la Bergstraat y la Korsjespoortsteeg) usando el espacio como lugares de inspiración para su arte. A finales de año se podrá conocer el trabajo in situ. Además, las otras dos iniciativas públicas para dinamizar el espacio, Redlight Fashion y Redlight Design, continúan hasta finales de verano.

Pero un city break en Ámsterdam es mucho más que un paseo por el más o menos reformado barrio rojo. Este próximo sábado, por ejemplo, se celebra el día nacional de los molinos de viento. En el hogar por antonomasia de estos ingenios, 600 molinos subvencionados por el Estado abren sus puertas a los visitantes, que pueden aprender su funcionamiento o adquirir productos realizados a la manera tradicional.

También a final de este mes tendrá lugar el día ciclista, una jornada en la que 200.000 ciclistas le dan a los pedales por más de 200 rutas diferentes adaptadas a diversos grados de dificultad y longitud. En la ciudad de las dos ruedas por antonomasia, alquilar una no resulta caro: las más baratas se encuentran a partir de los cuatro euros, aunque ocho es una buena media para asegurarse un sillín decente y unos frenos seguros. Un buen lugar para alquilarlas es Mac Bike, con tiendas en la Estación Central de tren, Waterlooplein y Leidsplein. Otra opción, Mike’s Bike Rental (Kerkstraat 134. Ambas ofrecen también tours guiados a pedales por la ciudad.

Esta primavera, no sólo el barrio rojo se gira hacia la cultura: la ciudad entera, a través del programa Amsterdam Art City, propone una agenda repleta de propuestas interesantes, comenzando con Vincent Van Gogh. Al principal reclamo del turismo cultural está dedicada la muestra Los colores de la noche, que indaga en su pintura a través de una selección diferente particular, los cuadros nocturnos, nunca hasta ahora congregada en una sola exposición. Su nombre también es reclamo para The Van Gogh Experience, una actividad turística completa que incluye no sólo la visita a la pinacoteca que honra al loco del pelo rojo, sino un recorrido por el Museo del Diamante, la House of Bols dedicada a la experiencia espiritosa de la ginebra holandesa, y por la P.C. Hoofstraat, calle del shopping por excelencia: Bulgari, Cartier o Gucci en esta particular Milla de Oro.

Otros pequeños museos se reparten escondidos en pequeñas casas de la ciudad, como el FOAM dedicado a la fotografía (con una muestra sobre Richard Avedon hasta el día 13 de este mes) o el Museo de los Bolsos (Tassenmuseum Hendrikje), una institución única en el mundo por lo especializado de sus fondos. Además, el 20 de junio de este año tendrá lugar la apertura del Museo del Diseño (Stedelijk Museum), con trabajos de Willem de Kooning o Karel Appel y los fondos más extensos sobre Malevich que hay en el mundo.

Si hace buen tiempo no hay mejor lugar para rematar la visita que el Vondelpark. El pulmón verde de Ámsterdam, aparte de ser uno de los lugares favoritos de sus habitantes para un picnic estival, es sede también del Nederlands Filmmuseum, cuenta con una escultura de Picasso y su Openluchttheater organiza actividades musicales o de danza durante todo el verano.