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Lo efímero y lo íntimo a gran escala
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Lo efímero y lo íntimo a gran escala

La galería Carmen de la Calle de Madrid apuesta por la obra de Mónica Bengoa (1969), una artista chilena de 38 años visible internacionalmente gracias a

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Lo efímero y lo íntimo a gran escala

La galería Carmen de la Calle de Madrid apuesta por la obra de Mónica Bengoa (1969), una artista chilena de 38 años visible internacionalmente gracias a su contundente presencia en la 52 bienal de Venecia, celebrada este año, con un impresionante conjunto de 4 murales.

Su obra tiene un carácter efímero debido a los materiales que utiliza: servilletas de papel o flores, principalmente, y eleva la manualidad a la máxima potencia, algo que se ve especialmente en este proyecto para la Carmen de la Calle titulado SCL–MAD–SCL cuyo eje central es una instalación mural de 528 servilletas coloreadas a mano, que tiene como tema referencial la fotografía de uno de los ventanales de su propia casa y perteneciente a su serie El color del jardín.

En este trabajo y en otro díptico más pequeño se puede apreciar su gusto por reflejar su propia vida y eso se aprecia en una serie de 14 fotografías impresas en papel acuarela, cada una de ellas compuesta a su vez por un mosaico de pequeñas fotografías del mismo formato que las servilletas, 10 x 10 cm. En ellas se muestra paso a paso un recorrido panorámico por la habitación de la artista que finaliza mostrando una vista del ventanal de la instalación anterior.

Además, llama la atención la serie de dibujos muy tenues sobre una superficie blanca en los que se han colocado pequeños bastidores redondos con bordados de vivos colores de esa parte exacta del dibujo sobre la que se coloca. De esta forma, Mónica Bengoa demuestra de nuevo su gusto por elevar a la categoría de arte técnicas creativas muy cotidianas. Algo que sucede también en los murales florales -tan asociados a ciertas festividades de diferentes regiones del planeta- de la Bienal de Venecia. En ellos representó unos insectos en dos tonos de ahí el nombre del trabajo: Algunos aspectos del color en general y del rojo y gris en particular. Estos animales amenazantes reflejados a gran escala creaban sentimientos encontrados en el espectador gracias al material con el que fueron compuestos: 28.000 flores de cardo tintadas.

Con todo esto y algunos trabajos más en los que acciones cotidianas de sus hijos como lavarse los dientes, fueron objeto de varias instalaciones en las que, como el resto de su obra, el paso del tiempo está muy presente. Y es que la superficie cambiante de la realidad es el gran objeto de su obra llena de una minuciosidad extrema, pero paradójicamente bañada en las aguas del minimalismo, mirando a las cosas con una sencillez pasmosa, llenándolas de significado por la forma en que las representa y, sobre todo, sabiendo evolucionar paso a paso, ya que como dice la propia artista: "cada nuevo proyecto sirve de base para el siguiente, para seguir investigando e ir más allá". No lo dudamos.

La galería Carmen de la Calle de Madrid apuesta por la obra de Mónica Bengoa (1969), una artista chilena de 38 años visible internacionalmente gracias a su contundente presencia en la 52 bienal de Venecia, celebrada este año, con un impresionante conjunto de 4 murales.