Castellanos se pone al frente de su firma familiar para culminar el asalto a Vocento

El financiero Jaime Castellanos no está dispuesto a dejar nada al azar en su enésimo asalto a Vocento. Y se ha puesto al frente de la sociedad que aglutina la participación de su familia en la compañía editora de ABC. Según consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), Casgo S.A. ha acordado el cese de todo el Consejo de Administración y el cambio a una fórmula de administradores solidarios, entre los que figura el que fuera presidente y principal accionista de Recoletos (Expansión y Marca). La firma atesora formalmente un 4,4% de Vocento, si bien fuentes próximas a Castellanos aseguran que éste puede aglutinar un paquete mayor en la pelea por tomar el control de la compañía.

La anotación aparece en el Borme del 27 de febrero, precisamente el día en que las familias Bergareche y Urrutia abrían la caja de los truenos y escenificaban el golpe de Estado para pedir una Junta Extraordinaria de Accionistas que revocara el Consejo de Administración de la sociedad. El fantasma de Castellanos planeó desde ese día sobre toda la operación, aunque no se hizo evidente hasta el cónclave del 21 de marzo. En esa reunión el frente rebelde propuso la entrada de Casgo S.A. en el máximo órgano de representación de la casa. El temor entre el resto de accionistas, esencialmente el bloque de los Ybarra, es que su presencia implique el troceo de la compañía a medio plazo, con la venta de Recoletos en la memoria.

Es más, la sospecha de los institucionales es que existe un concierto entre varios de los accionistas de la sociedad, que no se ha hecho público para no superar el 30% y tener que lanzar una opa. El temor es que a ese asalto suceda una operación corporativa con un grupo empresarial de la competencia. Y aquí el pasado de Castellanos le precede. No en vano suya fue la última gran venta en el sector de medios en España. Colocó Recoletos al grupo italiano RCS, editor del diario El Mundo, por la friolera de 1.100 millones de euros. Corría el año 2007 y dejó entonces a Vocento con la miel en los labios. Claro que luego, para compensar, le vendió el Qué!, operación por la que obtuvo otros 130 millones.

Según insisten fuentes internas de la compañía con la Junta decisiva a dos semanas vista, el triunfo del triunvirato Bergareche-Urrutia-Castellanos depende de la posición que tomen las hermanas Luca de Tena, cuya posición sigue en el alero pese a que en marzo votaron en contra de los intereses rebeldes. A éstos no les vale ni su abstención, mal menor con el que cuentan los Ybarra. “Ellas tienen un 11% y pueden arrastrar perfectamente otro 3%. A ese 14% habría que sumarle el 3% de autocartera. Si los Ybarra aglutinan cerca del 40% y se concede al frente rival un 30%, sólo baila en torno a un 10%. Y ya hay paquetes que han apuntado que se abstendrán para no enfrentarse a ninguna familia”, se asegura.

Gestionar el día después

Para agotar sus opciones de victoria, el bloque Bergareche-Urrutia ha contratado a una empresa de proxy advisory –firmas que contactan con inversores de sociedades cotizadas para conseguir su voto en las Juntas, en este caso Georgeson- para allanar el camino de cara al encuentro en el que se decidirá el futuro de Vocento. Otros accionistas, sin embargo, no quieren llegar a ese punto y en estos días se aceleran los contactos para buscar un acuerdo in extremis que zanje la brecha abierta antes de acudir a una votación. “Hay accionistas que están muy preocupados por el día después. Hay una compañía que gestionar, salga lo que salga de la Junta Extraordinaria”, aseguran fuentes internas de la sociedad.

Los accionistas tendrán que elegir entre dos propuestas en la Junta de los días 26 y 27 de abril. Por un lado, la de los rebeldes, que plantean un Consejo reducido de 16 a 11 miembros (seis representantes de las familias, cuatro independientes y el consejero delegado, Luis Enríquez) con una distribución de tres contra tres en los dominicales (un Urrutia, un Bergareche y la familia Castellanos vs. dos Ybarra y las Luca de Tena). El modelo deja la compañía en manos de los independientes. Por otro lado, los Ybarra lograron fraguar en marzo un acuerdo que asumía el plantel de la oposición pero ampliaba en dos miembros el número de dominicales, con la entrada de otro Ybarra y de un no alineado institucional. El plan suponía la entrada en la presidencia de Enrique Ybarra; la fórmula fue aprobada por el Consejo –Luca de Tena incluidas- y es la que actualmente comanda la compaña.

Claro que nada es gratis. La complicada situación creada en torno a la compañía estaría haciendo que algunos de sus consejeros más reputados se planteen la posibilidad de abandonar el cónclave. Sin ir más lejos, fuentes internas de la casa aseguran que Víctor Urrutia, a la sazón vicepresidente de Iberdrola, estaría meditando no continuar. Aunque la batalla familiar como cabeza visible del sector crítico la está librando su hijo -Juan Urrutia-, la proximidad de su padre a las Luca de Tena era una de las principales bazas de los Bergareche para atraer a sus tesis a las descendientes del fundador de ABC. Tampoco se descarta que, en pleno baile de alianzas y conversaciones a media luz, se trate de una salida táctica en vísperas de la Junta.